La muy oportuna “descomposición” del Estado mexicano, pretexto para militarizar y recrudecer la represión gubernamental
Adán Salgado Andrade (especial para ARGENPRESS.info)
En el excelente libro “The shock doctrine” de la periodista Naomi Klein, se plantea la tesis central de que en todo el mundo la instauración de brutales medidas económicas y de control social que sólo han favorecido, y continúan favoreciendo, al capitalismo salvaje, se ha facilitado cuando concurren eventos tan catastróficos y graves, que son capaces de poner en “shock” a todo el sistema y que en consecuencia merecen un tratamiento de “shock” acorde a la “dramática” situación.
Por ejemplo, eso pasó cuando el 11 de septiembre del 2001 fueron derribadas las torres gemelas de la ciudad de Nueva York, debido a un muy sospechoso atentado de la organización terrorista Al Qaeda comandada por el (¿escurridizo?) Obama Bin Laden. Fue suficiente para que el gobierno de Bush, en aquel entonces, pretextando una crisis nacional, iniciara su famosa “guerra contra el terrorismo”, la cual, si no se hacía, advirtió, podría ocasionar que “eventos terroristas” tales como el de las torres gemelas, pudieran repetirse y toda la estabilidad de EEUU se colapsara y se viniera abajo. Y tan efectivo fue esa especie de psicótico miedo que se indujo en la mayor parte de los estadounidenses (he conocido gente de ese país que se dice progresista y demócrata, que, sin objetar nada, estuvo de acuerdo con la subsecuentes invasiones a Afganistán y a Irak por motivos de “seguridad nacional”), que aceptaron sin titubeos que se implantaran medidas que inclusive atentaban contra los derechos humanos y las libertades básicas de todos los estadounidenses. Se implementaron ilegales cuestiones que permitían a agencias como el FBI o la CIA espiar telefónicamente a sospechosos, se consideraban “terroristas” a personas que tuvieran descendencia o fueran árabes, se investigaba en las escuelas a profesores y/o alumnos que estuvieran estudiando árabe o interesados en esa cultura, se “invitaba” a la ciudadanía a “denunciar” a cualquier persona que tuviera actividades “raras”, se detenía ilegalmente a cuanto extranjero ingresara o estuviera viviendo en ese país… y muchas otras arbitrariedades que la agencia que se formó especialmente para tal efecto, el “Department of Homeland Security”, coordinó, sin menoscabo de violar abiertamente las libertades civiles y de actuar el gobierno ilegal y hasta fascistamente (además, fue tan efectiva la psicosis creada, que a la fecha varios “patriotas” ciudadanos, voluntariamente se dedican a “cazar” terroristas a través del Internet. Aprenden árabe para hacerse pasar por árabes, ya que continúa el estigma de seguir considerando a dicha nacionalidad como “terrorista”, y espían a organizaciones y ciudadanos árabes con tal de “descubrir” planes para futuros atentados “terroristas”. Ver mi trabajo en Internet “Los aficionados antiterroristas o de cómo se sigue extendiendo la paranoia ‘antiterrorista’ ”). Pero además la “guerra contra el terrorismo” ha sido un excelente negocio desde entonces por los miles de millones de dólares que EEUU y el resto del mundo, obligado por aquél, han gastado para tenernos “más seguros” (ver mi trabajo en Internet “La amenaza terrorista: El nuevo gran negocio para la industria del miedo”).
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