Humor y revolución
Mi gran amigo, camarada y maestro, Ted Grant decía que para ser un revolucionario se necesita dos cosas: un sentido de la proporción y un sentido del humor, manifiesta Alan Woods. Cuando más vivo, más comprendo cuán profunda es esta idea. La idea de un intelectual como algo seco, alejado de la clase trabajadora no corresponde a la realidad. La ironía de Sócrates tenía un gran sentido del humor y era muy profunda, los aforismos de Heráclito son muy divertidos. El humor es dialectico. Marx y Engels tenían un gran sentido del humor y Lenin y Trotsky también. Marx tenía como su lema favorito: considero que nada humano es ajeno a mí. La imagen de un intelectual metido en una torre de mármol, aislado de la realidad, leyendo su libro, totalmente indiferente al destino de la humanidad es precisamente la que desprestigia a la filosofía. El revolucionario galés afirma además que la llamada filosofía posmoderna está totalmente desprestigiada y pregunta ¿quién lo toma en serio ahora, a más de cuatro estúpidos en las universidades? Realmente no tienen nada que ofrecer y la gente lo sabe y si somos honestos cualquier estudiante lo sabe, cuando más superficiales y estúpidos son, más se toman en serio, se creen Gardel. Alan señala: para mí la filosofía es importante porque la vida, la sociedad es importante. Todos somos partícipes en esta gran aventura para cambiar el mundo. La filosofía debe ser una herramienta en esta lucha y como somos parte de la raza humana, nada humano nos puede ser ajeno.
8. Saludo para la clase trabajadora ecuatoriana
La lucha del pueblo de Ecuador y sus grandes éxitos conseguidos en los últimos tiempos son una gran fuente de inspiración, al igual que la revolución venezolana. Estamos en una nueva época en la que los pueblos del mundo están empezando a despertarse. En América Latina ningún burgués se encuentra estable desde Tierra del Fuego hasta el Río Grande. La revolución ecuatoriana tiene un papel clave en este proceso que es general. Ahora mismo a vosotros, al pueblo del Ecuador, les corresponde estar en la primera línea del fuego. Les deseo todo éxito en esta lucha para cambiar la sociedad y los animo a estudiar las grandes lecciones de las grandes revoluciones del pasado, concretamente de la revolución rusa y, como no, las ideas brillantes, hermosas profundas y necesarias de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.
Entrevista realizada en México D.F., a los 28 días del mes de febrero de 2009
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