lunes, 30 de marzo de 2009

Vacaciones en 20 pulgadas

Es verdad, hay mucha gente que se queja que está todo caro, y es cierto. Pero también es cierto que uno miraba por televisión, y todo el mundo estaba en las playas, de fiesta en fiesta. Y me mandé mis buenas vacaciones, de lujo. No quedé bronceado, pero que las gocé, las gocé. Todas las noches me compraba unas cervezas, me ponía el gorrito playero, el shorcito, los lentes ahumados que compré en la feria o en el bagashopping, no me acuerdo ahora, sí que eran tres por $ 50, y me sentaba frente al televisor. Mis hijos le decían a su madre, “podemos jugar en la vereda mientras papá está de vacaciones”. Los canales de Montevideo pasaban todo lo de Punta del este, lo de la Mansa, lo de la Brava, La Paloma, La Coronilla, Piríapolis, Atlántida, José Ignacio. Los canales argentinos meta playa, Mar del Plata, Mar de Ajó, Pinamar, y las playas brasileñas, infartantes como siempre.

Es un mundo de gente, apretándose, vaya uno a saber si no tienen pie de atleta, sudores extraños, catingas, ¿y yo?, manso, tirado en la playera, con los ojos en la pantalla, ¡ah!, ¡que placer!, si hasta sentía el calorcito de la arena. Ver de cerquita, sin ruborizarse, a una esbelta muchacha, seguro que si uno estuviera allí en la playa y la mirara como la mira a través del televisor nos gritarían, ¡viejo verde!, y si es media groncha, tal vez otra cosa, y ni le cuento la lluvia de pellizcos de nuestra media naranja por mirar lo que uno no debe…

Un coctelero, siempre hay uno, en todos los programas, nos hablaba del trago de moda y uno hasta el gustito le sentía, mientras le dábamos a la vieja y espumosa cerveza traída del almacén de la esquina. Escuchamos hablar a magnates, vimos a un príncipe, aunque ya no juega más al fútbol, a una princesa. Nos enteramos los planes de una actriz, la queja de una top, de que no es fácil ser modelo en un mundo donde los hombres las acosan todo el día – y la noche -, pero le gusta la profesión. Otra se quejaba que tenía sólo 20 mil dólares para vacacionar.

Entré sin pagar un peso en una boite de moda, un boliche done va la gente, gente. Y mirá lo que son las cosas, ellos pagaban 10 dólares el vaso de cerveza, y yo me tomaba una de litro y ni pagaba el envase.

Las canciones de moda las aprendí enseguida.

Es lindo hacer vacaciones por televisión, ver a tantos conocidos, a gente que no paga sus cuentas, pero que en enero y febrero “anda en Punta” o en “Mardel”. Pero en fin, hay de todo en las viñas del Señor. Yo no me quejo, lo único es que a veces me quedo sin cerveza en medio del programa, y me da no sé que cambiar de canal. Lo que pasa es que el sol y la arena dan sed, ¡ y yo soy un sediento que…!.

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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