Los daños del bloqueo… para el bloqueador
Manuel Yepe (especial para ARGENPRESS.info)Un insólito análisis que reafirma el carácter absurdo del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba ha hecho la educadora, escritora y periodista mexicana residente en Estados Unidos Margot Pepper, quien asegura que el bloqueo de Washington contra La Habana tiene para la superpotencia norteña un costo superior a los perjuicios que le impone a la isla caribeña.
El artículo, publicado inicialmente en la revista digital “Dollars & Sense” (“Dólares y Razones”), reproducido en la Internet por otras publicaciones, sostiene que, aunque el bloqueo constituye una enorme carga económica para el pueblo cubano, su costo para los Estados Unidos es mayor y la brecha sigue aumentando. Por eso, afirma, en las actuales condiciones de crisis económica, crece el coro de los que claman por que se ponga fin a tan costosa vendetta.
Recuerda la autora que el pretexto para el bloqueo que formulara la U.S. Foreign Claims Settlement Commission (Comisión para la solución de reclamaciones en el exterior) fue que se trataba de una respuesta al acto de expropiación por parte del gobierno de Cuba de “propiedades de estadounidenses por valor de unos 1 800 millones de dólares”.
“Hoy la opinión pública estadounidense se vuelve contra el embargo y el 52% de los ciudadanos desean que sea levantado, en tanto que recientes encuestas revelan que incluso la mayoría de los cubanos de Miami apoya la suspensión del bloqueo” –advierte.
“Estos porcentajes pudieran ser más altos si el público en los EEUU conociera que el bloqueo les cuesta a ellos mismos más que a los cubanos, hecho que ha comenzado a afectar a la comunidad de los negocios estadounidense”, dice la articulista.
Refiere que “representantes de una docena de importantes entidades, incluida la Cámara de Comercio de EEUU, enviaron en diciembre una carta a Barack Obama en la que le pedían levantar el bloqueo. En la carta se estimaba el costo para la economía nacional de EEUU del bloqueo a Cuba en unos 1200 millones de dólares, cada año”.
La Cuban Policy Foundation (CPF), de Washington, por su parte, calcula en 4840 millones de dólares anuales las pérdidas por concepto de ventas y exportaciones frustradas por el “embargo”.
Estos números sobrepasan ampliamente los cálculos cubanos de afectación a la economía de la Isla, que son unos 685 millones anuales, según expone Margot Pepper.
Al margen del costo económico para quienes imponen el bloqueo, éste ha privado a los ciudadanos estadounidenses de los adelantos cubanos en el campo de la medicina. “Cuba ha desarrollado la primera vacuna contra la meningitis B; tratamientos contra la retinosis pigmentaria; un preservante para la conservación de la leche sin refrigeración; el PPG, un medicamento contra el colesterol de mucha aceptación en el extranjero por sus efectos colaterales, y CimaVax EDF, la primera vacuna terapéutica contra el cáncer pulmonar”, revela a los internautas norteamericanos el artículo.
Citando datos de investigaciones del Instituto Johns Hopkins de Estados Unidos y el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de La Habana, sostiene que, aunque siempre el bloqueo ha costado más a EEUU que a Cuba, la brecha ha crecido considerablemente y los esfuerzos de Cuba por la diversificación y aumento de su comercio con otras naciones tras la disolución de la Unión Soviética han incrementado la diferencia entre los costos del bloqueo para el bloqueador y el bloqueado.
Apunta que el impacto del bloqueo es mas severo para la Isla a causa de su tamaño y recursos relativamente menores. Predice que, aunque el levantamiento del bloqueo inevitablemente elevaría el nivel de vida de los cubanos, la economía del país seguirá bajo los efectos del legado colonial y la condición de monoproductor. Los términos de intercambio desiguales dispuestos por los tratados y las organizaciones como la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional, presionan sobre la situación semicolonial de los países pobres. “Es necesario recordar este desigual escenario cuando se hagan comparaciones entre EEUU y Cuba”, dice el artículo.
También señala que, “pese a todos estos obstáculos, la isla socialista ha podido proveer a sus habitantes de lo que Estados Unidos, uno de los más ricos países del mundo, no ha podido aún dar a los suyos: la mejor asistencia médica gratuita; estudios medios superiores y universitarios gratuitos, y alimentación y servicios básicos subsidiados”.
El artículo brinda así mismo datos acerca de varios aspectos en los que Cuba compara favorablemente con Estados Unidos pese a los efectos del bloqueo: vivienda (en Cuba el 85% de las familias son dueños y los alquileres no pueden exceder el 10% de los ingresos); empleo (según datos de la CIA estadounidense en Cuba hay 1.8% de desempleados cuando en EEUU pasa del 7.6%; analfabetismo (en Cuba es 0.2% y en EEUU 3.0%); mortalidad infantil (4.7 por mil nacidos vivos en Cuba y 8 por mil en EEUU); y en prisiones (en Cuba, según datos del PNUD, hay la alta cifra de 487 por cada 100,000 habitantes, pero en Estados Unidos son 738 por cada 100,000 habitantes).
La autora concluye su artículo preguntando: ¿Si la única amenaza concreta que presenta la revolución cubana contra EEUU es la de su ejemplo, no es hora ya de enterrar el bloqueo?.
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