Mundiales eran los de antes, y las Eliminatorias también

Si señor, Eliminatorias, Eliminatorias, lo que se dicen Eliminatorias, eran las de antes, cuando clasificaba Uruguay. Ahora vienen los paraguayos, traen goles, traen cosas baratas, ¡ y hasta el dengue que sobra por allá!, y todavía quieren amargarnos un sábado.

También Mundiales eran los de antes, le digo, aquello era todo el día “Vayan pelando las chauchas/ vayan pelando las chauchas/ aunque les cueste trabajo”. “Celeste, gloriosa malla que para dicha uruguaya el destino te eligió”. Después vino el Pájaro Canzani y los avivó a los otros, con su canción “Todos goleando”, y todos golearon y quedamos afuera de los mundiales. Por si fuera poco el Jaime Roos insistió con “los de afuera son de palo”· y los únicos troncos fuimos nosotros que ni para escarbadientes servimos en las diferentes justas futboleras.

Antes abrías un diario en las páginas deportivas y los sabios nos inundaban con sus teorías, frases célebres, acuñaban los pensamientos y reflexiones más gigantescas que pueden imaginarse los seres humanos, jamás.

Era prender la radio y los filósofos hacían obras magnas de la palabra. La televisión no era tanto, pero, por ahí escuchábamos al precursor diciendo “amigos, ustedes lo vieron”. Después llegaron Daniel y Gerardo, en la Red y uno se enteraba de todo menos de lo que ellos pensaban del partido que se estaba viendo. Ahora, uno no sabe si está en el Estadio, en el Mercado Modelo o en una Sala de Maternidad porque te dicen “frutilla”, limón”, “zapallo”, “que papa”, “¿cuánto pesa esta criatura, JC?”.

No se sabe si los que transmiten están viendo otro partido o si las imágenes se adelantan a los relatos o si los relatos no tienen porque ser coincidentes con las jugadas, se dicen cada cosa, y lo peor, es que nos hacen creer lo que ellos dicen y no lo que nosotros vemos.

Hoy por hoy, en este caluroso mes de marzo en Salto, yo prefiero ver cine o una serial de tiros y acción porque de Eliminatorias estoy harto, y menos si siempre eliminan a Uruguay.

Para mi que a Uruguay tendrían que nombrarlo socio vitalicio de los mundiales, o como a los menores, ¿vio?, no cobrarle la entrada, total cuando mucho jugamos tres partidos y nos volvemos para casa, porque extrañamos el barrio, el mate y la costanera, ¡ah!, claro, también porque los rivales nos ganan, me olvidaba de ese pequeño detalle. ¿Cómo llegamos a un mundial, entonces?, estas Eliminatorias no nos sirven, sólo nos hacen sufrir. Por lo tanto es menester proponer, aunque algunos va a poner el grito en el cielo, ¡clasificación directa ya!. Y si no quieren eso, ¡viveza criolla mi amigo!, por ejemplo, que Uruguay juegue contra Uruguay y el que gana de los dos clasifica, nadie puede decir que no jugamos las Eliminatorias, de esta manera, estoy seguro que no faltamos nunca más a un mundial. Porque uno mira, los coreanos son sorpresa, es verdad, sorprenden lo barato que venden los televisores. Aseguran que son difíciles de marcar, y claro, si parecen clonados, son todos igualitos, “sabé lo que?”, dijo el Maño Ruiz, lo mandás a marcar hombre a hombre y hasta el kinesiólogo parece que juega, terminás los partidos como la fábula del sapo y la liebre, aquella famosa carrera, más mareado que borracho contando estrellas…”.

Yo estaba pensando, ¿no?, a lo mejor, ¿quién le dice?, ahora que hablan tanto del viagra, decirle al Maestro Tabarez de darle a los jugadores uruguayos ante de los partidos de estas Eliminatorias, ya que andamos de capa caída, impotentes, sin apetito por la gloria, una de esas pastillitas, que a lo mejor, sacamos a relucir la garra Charrúa de nuevo, ¿no?.