lunes, 10 de noviembre de 2008

Obama: La cara perfecta del imperio

Eva Golinger

Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X... Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color.

Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción.

Que dios bendiga América.

Nadie puede negar el momento histórico que viven los Estados Unidos de Norteamérica. Una nación construida con la mano de obra de los esclavos africanos acaba de elegir su primer presidente afro-descendiente. Un país con una constitución que aún mantiene su lenguaje original que define a los negros como "tres quintos de un ser humano" acabo de eligir un hombre negro con una abrumadora mayoría. El voto fue otorgado a los afro-estadounidenses en el año 1870, cinco años después de la abolición de la esclavitud y casí 100 años después de la ratificación de la constitución por 55 hombres blancos terratenientes. Sin embargo, la población afro-estadounidense sigió recibiendo un trato de segundo y el país vivió en segregación durante la mayoría del Siglo XX. Las grandes luchas revolucionarios por los derechos civiles de Martin Luther King Jr., Malcolm X, las Panteras Negras, Angela Davis y otros grandes líderes de la comunidad afro en Estados Unidos durante los años sesenta y setenta lograron un posicionamiento importante para la población negra dentro del país. Sin embargo, el racismo y la segregación continuaron como temas integrales de la sociedad estadounidense. Hubo un Collin Powell por allí, una Condoleezza Rice por allá, pero siempre y cuando se subordinaban a la supremacía blanca y actuaban como los token negros para dar la aparencia de un gran progreso de la nación.

Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X. El Presidente Electo Obama es un afro-estadounidense que ha aprovechado de un momento de desesperación dentro del pueblo de Estados Unidos y que ha jugado sus cartas casi a la perfección. De padre africano, ausente de su vida, y madre blanca del corazon de Estados Unidos, el Estado de Kansas, Obama utilizó su ambición para lograr asistir a las mejores universidades del país ­ Columbia en Nueva York y luego Harvard para su doctorado en derecho. Optó por una candidatura al Senado por el Estado Illinois y logró recaudar suficientes fondos para ganar el puesto en 2004, convertiéndose en uno de pocos afro-estadounidenses que ha sido eligido al Senado de Estados Unidos. Escribió dos libros sobre sí mismo, enfocados en la ausencia de su padre en su vida y su lucha por subir la escalera del "éxito" y "oportunidades" que supuestamente ofrece Estados Unidos con sus calles de oro. Se hizo multi-millonario con sus bestsellers y otros trabajos que le llegaron por su carisma y potencial como un próximo líder del país. No fueron sino dos años en el Senado y Obama decidió arrancar una campaña para la presidencia, capitalizando del momento de descontento en el país debido al fracaso de la época Bush-Cheney y el rechazo a nivel nacional al posible regreso de los Clintons al poder.

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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