Raúl Fain Binda BBC Mundo |
Diego Maradona, el personaje más fascinante (o irritante, si usted quiere) de la historia del fútbol, está nuevamente en el primer plano, para alegría de sus admiradores y consternación de sus detractores.
Ahora, además de semidiós en Argentina y santo en Nápoles, también es (o parece ser) Diego I, rey de Escocia.
Su debut como seleccionador de Argentina, en el amistoso con Escocia, congregó en Glasgow a centenares de periodistas de todo el mundo, en una jornada con varios clásicos internacionales, como Alemania-Inglaterra, en Berlín.
El público local lo recibió como a un héroe, un poco por auténtico respeto a su trayectoria, pero fundamentalmente por la añeja rivalidad entre Escocia e Inglaterra.
Los escoceses suelen disfrutar con los disgustos de los ingleses, así como los catalanes se deleitan ante los contratiempos de los madrileños.
Se trata de un minué político y social, que diferentes nacionalidades del mismo país danzan con diversos grados de gusto y humor, según la ocasión.
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