Voz de canciones inoxidables
La cantante uruguaya fue señalada repetidamente como “la musa de Eduardo Mateo”, pero basta verla (y escucharla) sobre el escenario para comprobar que va más allá de cualquier etiqueta. Este martes sigue presentando Quién te viera en Notorious.
Por Cristian Vitale
“Cada vez que terminaba un show iba corriendo a lo de mi hermana. Era la única que me daba con un caño.” Diane Denoir acaba de cantar en Notorious y recibe el típico “qué lindo estuvo” de la gente, mayoría de mujeres de su edad junto a, se intuye, hijos que la tienen por ídola. Ella les resta importancia a los halagos, pero está satisfecha: la presentación de Quién te viera (Acqua) salió como esperaba. La noche es cálida. Pica un par de aceitunas, pide agua tónica y termina redondeando una anécdota que había quedado inconclusa durante el set. “Fue en 1974. Fui a ver a Gilberto Gil a su casa de Itapoa y lo grabé, mientras tocaba la guitarra. Así surgió ‘Lamento sertanejo’... él escribió la letra para que yo pudiera cantarla y, eventualmente, traducirla.” La versión, una de las catorce que pueblan el disco, viene con bonus histórico: el manuscrito escrito por el mismo Gilberto, en portugués, con remiendos, paréntesis y pulso de birome. “También me guiñaba el ojo ‘Oriente’, pero era muy salada para arreglar. Además, la verdad es que no se cuenta mucho del tipo que viene del interior a la ciudad... es algo terrible: el que no habla, no sabe comer sin tocino, no sabe dormir en cama blanda y no tiene amigos. La ciudad, para él, es una manada de gente caminando hacia la nada”, completa sobre el alma del texto.
Cada canción, como “Lamento”, recibe un marco. Diane dirá que la letra de “Dans mon coeur” –tema de Chico Buarque traducido al francés– es terrible, pero que el cambio de idioma la endulza; que “Medo de amar” es una rareza de Vinicius (“El siempre hacía las letras, pero en ésta escribió letra y música”); que “Caramba”, de Otilio Galíndez, le recuerda a los 15 años vividos en Venezuela. O que nunca está de más cantar lo que cantan los jóvenes, cuando se refiere a “Cuando apagás la luz”, del uruguayo Rodrigo Gómez. “Fueron, junto a ‘Montevideo’, de mi coterráneo Drexler, las únicas sugerencias. La verdad es que soy incapaz de cantar un tema que no me guste, o que me guste pero no me seduzca. Me aburro. Sólo canto lo que me da la gana”, explica.
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