domingo, 1 de febrero de 2009

El día que me metí en política

Agenda de un candidato

Se viene el carnaval, y todo vale, eso dicen los que saben. No se si fue una broma de carnaval lo que me pasó, pero yo se las cuento por la dudas. Confieso que al principio me costó entender como venía la mano. Insinuaciones, uno recibe a cada rato, pero a veces, puede ser una suposición o una simple coincidencia. Pero no, ¡todo era real!. Me ofrecieron la candidatura a convencional para las internas del mes de junio: "Es cierto, vas a ir en el puesto 40, pero, pensá en el tango, las cuarenta del mazo, desde allí dominás todo, ¿me entendés?", me dijo mi líder. Eso, para mi es palabra santa.

Con la chorrera de voto que vamos a tener, como me dijeron algunos de los convencionales principales, la cosa va a ir bien. Yo puse unos pesos para la lista, mandé a buscar una majadita para ir tirando en los clubes de barrio. Me hice unas tarjetitas con mi nombre, par soltarla entre las conversaciones que se vayan dando.

- Repartí todas antes de las elecciones, no te guardes ninguna, total, si se te complica la bocha te mudás de barrio y punto", me dijo, un veterano correligionario, sabio autodidacta lugareño, caudillo zonal, con más actos electorales que años vividos.

Martes 3 de febrero – Ayer fue el primer club que visité. Debuté como orador. Todo anduvo bien, hasta me aplaudieron. Lo único que me equivoqué fue de barrio, dije compañeros del barrio Charrúa y estábamos en el barrio Guarani, rivales desde los tiempos de las flechas.

Jueves 5 - La campaña viene linda. Ayer estuvimos en dos clubes de la periferia de la ciudad. La gente se devoró mi discurso, y los corderos que llevé. Había un par de borrachos que me aplaudían a cada palabra que decía. Agarré viento en la camiseta, me paré en los pedales y me salió un discurso redondo-redondo, porque de la emoción me caí del entarimado y rodé como bolita de purrete arrabalero…

Sábado 7 – Es cosa de no creer, cada vez me salen mejores los discursos, hay más gente que me aplaude y que se come mis corderos. De algunos parezco que ya soy su ídolo porque me siguen a todos lados y ni los huesitos dejan. Es cierto, mis compañeros de lista también me piden plata, y cordero a lo bobo, para otros clubes que van ellos, y yo les respondo con un discurso de aquellos. Me acuerdo de las raíces del partido, del tronco del partido y de la copa…de vino que me volcó un correligionario sobre la camisa de seda que me regaló mi esposa.

Domingo 8 – Hoy destapamos champagne, comimos caviar y analizamos la marcha de mi carrera política en mi casa quinta.

- Ya estás pronto para venirte al centro.- me dijo mi líder.- Con esa labia que tenés, en cuanto se enteren en Montevideo, te mandan un par de asesores de imágenes para ponerte camino al Parlamento en las elecciones que viene…

- ¿Qué me falta, qué debo corregir?

- Muy poco. Tenés muchos tic nerviosos, date cuenta que estás diciendo un discurso y no jugando al truco, por ahí se confunden las señas…

- ¿Y qué más?

- No cabecees cuando hablás. Son aplausos los que te brindan, no te levantan un centro. Además el cabeceo lo patentó Paulino hace muchos años…

- ¿Algo más?

- Por qué estornudás cuando te mezclás con la gente?

- Me mata el olor a transpiración y a perfume barato del pobrerío…

- Tenés que hacer como Tachuela cuando le dijo al Cheby, "respire hondo mijo que esto es olor a pueblo", y estaba en medio de una manifestación de peludos que hacia una semana que no se bañaban…


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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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