domingo, 8 de febrero de 2009

Don grandes, el ciego y el barbudo

Cortazariana y borgiana

Marcos Winocur (especial para ARGENPRESS CULTURAL)

A Borges y Cortázar los une la condición argentina, ella los ha llevado a morir lejos de su tierra, en Europa, como siglo y medio atrás el padre de la patria, don José de San Martín. Tal vez quisieron recuperar tardíamente el Viejo Mundo de sus antepasados, y allí descansar para siempre. Del argentino, en efecto, se dice que no desciende del mono sino de los barcos: aquellos que hace muchos años llevaron a los inmigrantes europeos al puerto de Buenos Aires para ser afincados en las ciudades y en las pampas.

De esa nostalgia incurable dan cuenta muchas expresiones argentinas, como el tango; y en quienes fuimos arrojados al exilio y luego optamos por el trastierro, la nostalgia se acentuó. En ella se inscriben las tumbas de los dos escritores, Borges en Ginebra, Cortázar en París.

Cortazariana

El 26 de agosto se cumplirán 88 años del nacimiento de Julio. El día siguiente será también su aniversario: se cumplirán 88 años y un día. El 28 de agosto serán dos días, y así de seguido. En una palabra ¿por qué los aniversarios han de contarse por años y no cada 24 horas? ¿Se acuerdan de aquel personaje estrafalario, El Sombrerero del libro Alicia en el país de las maravillas? Con sus amigos, grandes tomadores de té, festeja los cumpleaños en ciertas fechas y en las demás... ¡feliz no cumpleaños! Y todos brindan gozosos con las tazas en alto. La ventaja práctica, a más de pasársela de fiesta en fiesta, es la siguiente: no hay cómo equivocarse, todos los días del año se cumplen aniversarios de cuanto se quiera, sea el nacimiento de Julio o del lector, el triunfo en una batalla o un descubrimiento científico. A elegir. Está en la voluntad de cada uno, claro, los cumpleaños pasan a llamarse cumpledías; eso sí, cumplehoras me parece una exageración.

Estoy seguro que Julio, padre de los cronopios, estaría de acuerdo con estas reformas. Y también que uno de sus fans decidiera hacerle un regalo de cumpledías, a saber: un texto escrito a su manera, que divido en Introducción, Desarrollo y Conclusiones. Ahí les va.

Introducción. Del paso por la secundaria, el lector recordará haber estudiado los doble-u y los doble-v, tipologías humanas del tipo cronópico pero actualizadas a los tiempos que corren. Así, el mundo no se divide, como creíamos, entre izquierda y derecha (con su inevitable centro) ni entre ricos y pobres, ganadores y perdedores, buenos y malos, mujeres y hombres (con su inevitable centro) gordos y flacos, locos y menos locos, montescos y capuletos. No, ninguna de esas divisiones tiene hoy vigencia, sino la de doble-u y doble-v, según se explica a continuación.

Desarrollo. ¿Que quiénes son? Veamos. Un doble-u va al cine y compra palomitas a la entrada. Por el contrario, un doble-v se niega a ser verde.
Un doble-u canta y canta. Por el contrario, un doble-v nunca aprueba su examen de inglés.

Pero sería un error considerar que uno se define por la positividad y el otro por la negatividad.

Pues, y en esto reside la diferencia, un doble-u no tiene la más remota idea de la teoría de la relatividad; en cambio, si es doble-v, recibe devueltas por el correo todas las cartas que remitió a Albert Einstein.

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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