educación, ¡que tema!

Enzo Fagúndez (Fenapes)
“Si se vota tal como está el Proyecto de Educación de la Ministra Simón,
sería una gran decepción para los 1.200 delegados del “Congreso Julio Castro”
“La ley de Enseñanza es un antiguo debate en nuestro país. Esto se remonta a la década del setenta, con la ley 14.101 hecha por el Dr. Julio María Sanguinetti, que luego se modifica en la transición democrática con la ley 15.739, pero que sigue manteniendo un marco autoritario. ¿A qué lleva una visión de la Educación autoritarista, como en este caso?, a creer que la Educación no es importante como política de Estado y que por lo tanto la deba discutir la población en general. Nosotros creemos que la concepción sobre una participación democrática en torno a lo que son fines y principios de la Educación Pública uruguaya, era algo que estaba prendido a la sociedad previo a estos momentos. La mayor parte de la población tenía idea sobre cómo se podría enriquecer la educación y por lo tanto hacia que fines y objetivos se debía de trabajar. Y en ese sentido, las duras batallas por lograr una autonomía verdadera en que se lograra una participación real de todos los actores implicados y que por lo tanto permitiera sostener un proyecto desde su base”, palabras vertidas por el Presidente de la filial Salto de Fenapes, Enzo Fagúndez. Fagúndez también sostuvo que: “Desde la fuerza política, hoy presente en el gobierno, se recogieron esos proyectos, peleas por la autonomía que tienen décadas en nuestro país. Se fueron enriqueciendo y actualizando con organizaciones sociales de base como, Asambleas Técnico Docentes, sindicatos y otras organizaciones sociales que aportaron en este sentido, y hablo a lo largo de estas últimas décadas. Llevan en sus propios programas estas definiciones sobre autonomía que pasa asociarse como cogobierno, como una manera de cambiar de raíz el sistema de Educación Pública para poder lograr las mejoras que no se venían logrando en las últimas décadas, en la dictadura sobre todo, cuando se implementan reformas y proyectos educativos inconsultos y autoritarios”.
“LOS TRABAJADORES CREÍMOS EN LA PARTICIPACIÓN EN EL DEBATE EDUCATIVO”
Enzo Fagúndez señaló luego que: “Los trabajadores de la Educación afiliados al movimiento sindical creímos en la participación en el Debate Educativo, que fue promovido en el discurso de asunción Presidencial del 1º de marzo de 2005, por el Dr. Tabaré Vázquez, donde sugiere que una de las prioridades será la ecuación en este país, en torno a lo que iba a ser una futura ley y además el presupuesto. En ese sentido se mandata a los organismos del ANEP, el Codicen y demás desconcentrados a propiciar la organización de este debate, en donde empieza a jugar un papel importante el Ministerio de Educación y Cultura. Un MEC, que hacia atrás no tenía participación directa en los desconcentrados del ANEP”. Fagúndez sostuvo que ya en ese 2005 hay algunas diferencias en como se planificaba la participación, “porque veíamos que algunas de las campanas, cuando se promueve el librito amarillo como le decimos nosotros, “Los desafíos de la Educación uruguaya. Interrogantes para el debate educativo”, que se imprime a un alto costo, un material de alta calidad, pero cuando uno leía su contenido, decíamos, aquí no se está recogiendo la opinión plural, verdaderamente plural, si es a esto a lo que se apuntaba. Sí es interesante recordar de ese librito amarillo, el último capitulo, inclusive en la jerarquización que se hacia en torno a las líneas del debate, interrogantes para el debate del capítulo 5, habían preguntas interesantes que se hacía en el 2005 en el Ministerio de Educación y Cultura, el Director Luis Garibaldi. Por ejemplo, la primera pregunta es, cuál es la organización más adecuada para constituir un sistema nacional de educación que articule y coordine sus diferentes componentes. Esta pregunta estaba a inicio del debate, antes de que se empezaran a desarrollar las asambleas territoriales y que se realizara el “Congreso Julio Castro” del 2006. Entonces, realizado el Congreso, hemos ido a buscar a síntesis que surge en este Congreso, que es lo que se resuelve en torno a esta pregunta. Nosotros tenemos claros que como eje central, en dos comisiones, que fueron 14 y 15, se remarca claramente, en breves párrafos, esa interrogante. Tenemos claro que un Congreso pudiera resolver un articulado de ley, tampoco que pudiera resolver en detalles la situación de cada rama de la Educación. En ese sentido hay un párrafo de la resolución del Congreso que responde a esta pregunta. Entonces, si pasamos analizar el Proyecto Educativo que se prevé en el actual Proyecto de Ley presentado por la Ministra Simón en Salto hace pocos días, creemos que se está no siendo coherentes, entre la pregunta que hiciera el MEC cuando se iniciara el debate, con la respuesta que obtiene en el Congreso y lo que es el proyecto que se elabora posterior al Congreso. Dice en principios autonómicos de gobierno: “Entendemos la Educación como un hecho político y social que en tanto tal nos involucra a todos. Constituye un elemento liberador y emancipatorio, siempre que se enmarque en un proyecto de profundización democrática y participativa, que parta de nuestra realidad concreta y se oriente a formar sujetos libres, críticos, solidarios y comprometidos. Para esto proclamamos la autonomía como un principio rector de la Educación Pública, en todos los niveles, como forma de preservarlo, de todo interés de carácter político partidario, religioso, económico, incluyendo a los organismos internacionales de créditos”. Creo que cuando se habla de la necesidad de una Educación en mano de la sociedad, se habla de buscar mecanismos para quienes pretendan usar un nuevo modelo educativo sean partícipes pero a su vez tengan posibilidades de seguir, porque esta especie de llamado a consulta, pero después se verifica que no se toma la consulta tal como fue realizada lleva al descreimiento y a la perdida de valor de las herramientas de participación democrática. Podríamos decir que si este proyecto se votara tal como esta escrito, sin dudas que va a generar dentro de los 1.220 delegados participantes del Congreso Julio Castro, una decepción en torno a la concepción que se tuvo sobre este histórico Congreso”.