Venezuela: El Satélite Simón Bolívar en el espacio
Fabiola Correa (TELESUR - RIA NOVOSTI)
Con el proyecto Venesat-1, también conocido como Satélite Simón Bolívar, Venezuela incursiona por primera vez de forma activa en la tecnología satelital, y lo hace como política pública con fines pacíficos, al servicio de los venezolanos y de América Latina.
El proyecto es impulsado y coordinado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y contempla cubrir todas aquellas necesidades nacionales que tienen que ver con telefonía, transmisión de información, acceso y transmisión de mensajes por Internet, entre otros.
El Simón Bolívar, será propulsado al espacio por un cohete que lo liberará a 200 kilómetros de altura, momento en el que recorrerá la distancia restante de manera autónoma para situarse en su órbita a 36 mi kilómetros.
El plazo de colocación en la posición orbital final será de cinco a diez días. Una vez en el espacio se realizarán unas pruebas de aceptación en órbita.
Es importante aclarar el hecho de que el satélite no va transmitir su señal inmediatamente que sea puesto en la órbita correspondiente. El mismo deberá pasar una etapa de pruebas de dos meses en la que se certificará que todos los servicios para los que fue programado operen de forma correcta: Internet, imagen digital, telemedicina, entre otros.
Una vez que se logre este objetivo, para finales de diciembre aproximadamente, se le entregará operativo el satélite a la Cantv, para que esa empresa disponga de la utilización del mismo.
Hay que destacar que el satélite Simón Bolívar tiene una expectativa de vida de 15 años, lo cual no significa que deje de funcionar, sino que este es el tiempo garantizado, ya que después empieza a tener problemas porque se acaba el combustible que le permite operar. Por tanto, en este período de tiempo, se tiene previsto lanzar un nuevo satélite para reemplazarlo.
El Simón Bolívar, llamado así en honor del prócer independentista, será uno de los cerca de 3 mil satélites geoestacionarios que orbitan alrededor de la tierra, esto quiere decir que donde se coloque, en relación al ecuador, él se moverá con la tierra.
Todos los satélites geoestacionarios cumplen funciones distintas y responden a intereses determinados por el gobierno o la empresa que los controle.
Independencia Tecnológica
El gobierno venezolano dirige todos sus esfuerzos a crear una plataforma tecnológica sin precedentes en la historia venezolana, con el objetivo primordial de lograr, en nuestro país, la tan ansiada independencia tecnológica que redundará, entre otros beneficios, en la seguridad de la nación.
Más que comprar un satélite Venezuela se encuentra en un proceso de apropiación tecnológica, de allí la incorporación de jóvenes venezolanos en entrenamiento formal y en capacitación técnica en calidad de operadores, tanto de satélites como de telepuertos.
Venezuela construirá la soberanía tecnológica del país, a través de la transferencia de conocimiento que, dicho sea de paso, permitió a 90 venezolanos viajar a China para formarse durante la propia fabricación del satélite Simón Bolívar, y adquirir lo necesario para fabricar y crear nuestra propia tecnología satelital en un futuro cercano.
Con los años, nuestro país podrá producir tecnología satelital lo que nos enrumbaría a estar entre las naciones con alto nivel tecnocientífico.
Según palabras de Nuris Orihuela, Ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología y presidenta del Centro Espacial Venezolano "dentro de unos años podríamos poseer nuestro propio cosmódromo, y dar asesoría tecnológica a otros pueblos".
"Nuestra presencia tecnológica se va a hacer más importante con los años y estamos trabajando arduamente en este gran proyecto", afirmó Orihuela.
Del grupo de jóvenes que viajaron, 15 cursaron doctorados, 15 maestrías en diversas áreas aeroespaciales vinculadas a la fabricación de la tecnología satelital y las 60 restantes se capacitaron para el control de órbita y manejo de tráfico satelital desde tierra.
Esto significa la creación de una escuela tecnológica nacional, es aprovechar para bien la tecnología que se nos presenta y no dejar ir esta gran oportunidad.
Como venezolanos debemos sentirnos llenos de orgullo porque nuestra bandera estará en el espacio, y porque venezolanos participaron en la fabricación de este satélite y serán también venezolanos quienes manejarán el satélite desde tierra.
Beneficios para los venezolanos
En una primera face, la puesta en órbita del satélite será, por una parte un gran paso hacia la soberanía del país en las telecomunicaciones, puesto que nos dará una seguridad absoluta en el tráfico de las comunicaciones que el estado requiere.
Colocando el satélite venezolano en el espacio ultraterrestre de la nación, ningún país podrá tener control sobre la información y las comunicaciones expresadas bien sea en imágenes, voz o en datos que sea transmitida entre las instituciones del Estado, entre las misiones o entre Venezuela y otro país en función de los intereses del pueblo soberano.
Por otro lado el Venesat-1 permitirá cubrir todas aquellas necesidades nacionales que tienen que ver con telefonía, transmisión de información, acceso y transmisión de mensajes por Internet. Sobre todo en aquellos lugares que por poca densidad poblacional no se han desarrollado las empresas de telecomunicaciones comerciales.
El nuevo satélite, proporcionará la posibilidad de ampliar la transmisión de canales de radio y televisión, a 24 canales tanto de uno como de otro, con fines educativos y culturales con alcance regional.
Dará el necesario soporte de conectividad de acceso a internet a los Infocentros y a los Centros Bolivarianos de Información y Telemática en zonas sin cobertura por las redes convencionales de telecomunicación, permitiendo llegar a las zonas rurales más apartadas de Venezuela.
Otro de los beneficios que traerá la puesta en funcionamiento del satélite Simón Bolívar es la consolidación de programas sociales vinculados a la educación y a la medicina.
A través de la teleeducación, cualquier ciudadano podrá tener acceso a programas educacionales sin necesidad de estar físicamente en un salón de clases, llegando a un gran número de estudiantes a la vez, mediante tecnologías de telecomunicación por satélite.
Y por otro lado, este proyecto va a enriquecer el saber de los venezolanos, permitiendo las clases a distancia y el intercambio académico satelital con universidades del mundo, abriendo así espacios para un nuevo concepto educativo.
Con relación a la medicina, se podrán transmitir y recibir radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas, mamografías, etc., de personas que se encuentran muy lejanas de los centros primarios de atención en salud. De tal forma que el tratamiento de una persona que se encuentra en un pueblito rural podrá recomendarse en forma inmediata sin esperar que este paciente se desplace desde su lugar de residencia hasta la ciudad más cercana.
Satélite socialista
Este proyecto nació dentro de las líneas de la revolución bolivariana, y por lo tanto, es un modelo tecnológico destinado a la inclusión de aquellos que, por las características de las zonas donde habitan o por su falta de recursos, han sido excluidos de los beneficios que ofrecen sus Estados.
La mayoría de las redes de comunicación en Venezuela están concentradas en la zona centro y norte del país, donde vive el 80 por ciento de la población, lo que imposibilita a un sector de los habitantes acceder a los servicios de televisión, radio e Internet.
El principal cometido, de este proyecto, consiste en beneficiar a estos sectores desasistidos del país quienes se encuentran en zonas remotas de la gran patria y que han estado "invisibilizados" en nuestra historia.
Adicionalmente, existen otras condiciones que hacen de éste un Satélite Socialista, como el hecho de que su concepto, diseño, y la forma de ejecutarlo parten del concepto socialista.
El proyecto nace de un acuerdo de transferencia tecnológica donde la República Popular de China nos hace copartícipes de su tecnología espacial, permitiendo hacer la debida transferencia de los conocimientos a profesionales venezolanos.
De esta manera el acuerdo, propone la coexistencia de todos ante un bien común y no un mecanismo intermediario de producción de ganancia que beneficia a un sector, concepción ésta del capitalismo, que determinaría la ganancia por la ganancia como único mecanismo fundamental y de motivación.
Desde el inicio de la era aeroespacial y satelital existen iniciativas, lideradas por algunos países tecnológicamente desarrollados, que buscan hacer del espacio algo para el sustento y administración de las grandes potencias. En pocas palabras buscan mercadearlo, hacerlo de ellos solamente, en base a que los países pequeños no poseen la tecnología para llegar al espacio.
No obstante, estas iniciativas se han topado con un muro construido por algunos países entre los que se halla Venezuela, nación desde la cual se concibe el espacio ultraterrestre como un bien de la humanidad y en consecuencia nadie tiene o podrá tener propiedad sobre el mismo.
Por todo lo anteriormente expuesto, es importante señalar que en cuanto a la cobertura, la adquisición del satélite no sólo beneficiará a Venezuela, sino que, gracias a su amplio espectro, permitirá que otros países adquieran conexión.
La huella de cobertura se distribuye de la siguiente forma: Banda C: Cuba, Dominicana, Haití, Jamaica, Centroamérica, sin México, toda Suramérica, sin los extremos más al sur de Chile y Argentina, puesto que allí no hay mucha probabilidad de implementar programas sociales.
Banda Ku: Haití, Cuba, Dominicana, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Banda Ka: se reserva exclusivamente para Venezuela, incluyendo además C y Ku que comparte con los países de Suramérica y el Caribe.
En todo caso, el satélite es una herramienta de integración regional muy importante que permitirá la incorporación de programas en la región.
Este proyecto es el más grande en la historia venezolana. La tecnología china marcará el futuro de las telecomunicaciones patrias con un soporte y aprendizaje para los jóvenes venezolanos. Un proyecto integrador para beneficio de la humanidad.
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