Solo un eco entre ellos mismos
Aparecer en todos los medios de comunicación, repetir las mismas cosas y asegurarse que los enemigos sigan invisibles es también parte de la propaganda. Al inicio de cada guerra, Israel lanza una millonaria campaña publicitaria, saca a sus mejores voceros, muchos de ellos nacidos en los EE.UU. y hablan perfecto inglés. Están disponibles a cualquier hora para los grandes medios y todos repiten lo mismo.
Al mismo tiempo, a los periodistas independientes se les niega el acceso a las zonas de conflicto o les permiten entrar solo acompañados del ejército. Esto les posibilita darle el ángulo que ellos quieran mientras “suprimen las posibilidades de una verificación independiente del horror por el que atraviesa Gaza,” dice Zogby.
Según Zogby uno de los postulados mas importantes de la maquinaria propagandística de Israel es no decir más de lo necesario y asegurarse que el poder político en Washington, los voceros, analistas y los medios de comunicación “solo sean un eco entre ellos mismos.”
Cuando la realidad y la verdad sean insostenibles hay que negarlo todo, una y otra vez. Decir temerariamente “¿ha quien hay que creerle, a nosotros o a sus mentirosos ojos? La maquinaria propagandística, dice Zogby, arremete con la narrativa contraria que impone e invierte el razonamiento de la culpa de todo al contrario: “nosotros no lo hicimos, ellos nos obligaron.” La muerte de civiles es siempre la culpa de otros.
Si todo lo anterior no funciona, destacar y generalizar los argumentos antisemitas. Insinuar que es eso lo que motiva a los críticos siempre funciona dice Zogby. Puede que el argumento del antisemitismo esté demasiado usado, pero es la coacción histórica que siempre funciona, que “puede silenciar o poner a los críticos a la defensiva.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario