Liliana Perusini (Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
La vida me dio amores,
amores de una noche
cuando la luna cómplice
se asomaba en el cielo.
Sólo una noche…
Y amé…
sin permisos ni disculpas,
y esos fueron mis sueños.
Caminos sin destino,
pasión, amor y encanto,
que se los llevó el tiempo.
Adormecida está mi vida,
en estos días de enero.
No quiero desear amores,
sólo estar despierta,
y volver a leer tus poemas,
aunque me duela.
Y en el calor de la noche,
revivir tus versos,
y volver a sentir,
en mi piel adolescente,
las emociones primeras,
de mis veinte años,
de juegos y promesas
y amores verdaderos.
Y así…
volver a acariciar la vida,
desnuda y sin miedos.
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