domingo, 2 de agosto de 2009

Canario, en el día de Liber, y como Gardel...


Hoy, mismo día en que murió el General Seregni, murió "El Canario" Luna, hombre fundamental del festival de teatro popular más largo del mundo: el Carnaval de Montevideo. Su apodo se debió a un cuplé en que representaba a un hombre del interior que al llegar a Montevideo cae preso, pero como me acaba de decir un amigo -hombre muy simple y buenazo- "Montevideo perdió a su canario"; conociéndolo diría que cayó un gorrión, por su mansedumbre, por su canto que espantaba a los amantes de la ópera, canto hecho de millones de cigarrillos fumados y muchos hectolitros de alcohol que pasaron por su garganta... Una voz única.
No puedo presumir que fui su amigo, pero nos conocíamos. El sabía la admiración que sentía por él y yo sabía que me respetaba. Ambas cosas nunca dichas, pero presupuestas en los diálogos que teníamos. Incluso un par de veces me contó de sus conflictos con algún músico famoso o algún gran director de murgas que no nombro porque hoy los vivo como si hubiéramos estado haciendo el sacramento de la Reconciliación. Y al secreto de confesión hay que guardarlo, aun bajo dolor.
Como mi homenaje personal quiero contarles la última vez que nos vimos.
Fue en el año 2006, en un enero de ensayos de Falta y Resto. Había ido con algunos jóvenes de la parroquia de Piedras Blancas, una experiencia totalmente nueva para los muchachos. En eso cayó El Canario y cuando me vio, se acercó a saludarme con un fraternal beso. Como sabía que había estado de gira por Europa nuestro diálogo fue, simplemente:
-¿Y Canario? ¿Cómo les fue por la gira en Europa?
-Padre, nos portamos como unas señoritas, nunca nos "empedamos".
Y eso fue todo, vinieron hinchas del Canario y el los comenzó a atender, mientras yo "hacía muting por el foro".
Hoy en los informativos me enteré de la noticia y volví a ver el video de Brindis por Pierrot. Descubrí que en una escena de dos o tres segundos aparecía un jovencísimo Tabaré Cardozo. El "Taba" definió a Washington "Canario" Luna, como "el Gardel del carnaval montevideano". Caí en la cuenta que envejecer es ir perdiendo a la gente que se amó o admiró, llámese Flores Mora, Wilson, Seregni, Matilde -la esposa de Zelmar-, mi hermano "El Tono", Pablito Estramín, Elsa Barbero de Falco, el "Darno" o El Canario" y aprovechando la feliz imagen de Tabaré, "se me piantó un lagrimón"
Eduardo

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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