Un beso, una caricia y la pasión que estalla, que enciende las luces en el cielo. Una batalla, piel a piel, que se intensifica a cada instante, que no da tregua ni respiro, que no cesa. Arenas ardientes cabalgata loca hasta quedar sin aliento casi…
Una y otra vez nos amarramos, giramos y cuando están a punto de estallar los sentidos, salto como un resorte en la cama, me incorporo, preso de esa pasión que me devora y se lo digo a mi compañera, a mi amiga, al amor de mi vida, sin más vuelta, algo que me quedó atragantado desde anoche a las 23.05, para ser más exacto….¡fue penal!, la jugada en la hora, ¡ fue penal!, y el maldito árbitro no lo cobró…
- CAMACA -
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