lunes, 10 de agosto de 2009

El sastrecillo valiente, Pepe y Danilo y las garotas de Ipanema









- Le gustaron tanto los trajes al Pepe que hasta le encargó uno a Nenono…


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No hace mucho tiempo que existía un humilde sastrecillo que se ganaba la vida trabajando con sus hilos y su costura, sentado sobre su mesa, junto a la ventana; risueño y de buen humor, se había puesto a coser a todo trapo. No estaba afiliado al BPS, y a menudo pedía fiado en el almacén.

En esto pasó por la calle el Pepe Mujica que andaba preguntando quién confeccionaba trajes por el barrio porque tenía que viajar a Brasil.

- Buenos trajes preciso, buenos trajes preciso!!!

Este pregón sonó a gloria en sus oídos. Asomando el sastrecito su fina cabeza por la ventana, llamó:

- Eh, mi amigo! ¡Sube, que aquí te hacemos uno a medida!

Subió el Pepe y Lucía detrás, los tres tramos de escalera con su pesado andar, y el sastrecito le tomó todo tipo de medidas. Lo inspeccionó lado por lado.

- Yo lo que quiero es que no me quede torcido, para no parecer un zapallo y que los brasucas me traen de nabo ni me digan zampabolla. Y como te digo una cosa te digo otra (aprovechando que Lucía estaba lejos mirando por la ventana), quiero que las garotaS se fijen en mi y si eso acontece bailo samba, ¡¡pra frente Brasil!!!.

Los sastrecillos saben de costuras y medidas, pero no de milagros y aquel buen hombre hizo lo que pudo y lo que no pudo, lo hizo la naturaleza del Pepe, una desbordante naturaleza que más que medidas, era desmedida, sobre todo en la zona abdominal “mucho bulto y poca leña” diría el viejo amigo del Pepe.

Por esas cosas de la naturaleza, al Pepe le gustó la hechura

- Me queda ni que pintado, con este “jetra” no sólo viajo a Brasil sino que voy a votar en octubre…

PLUNA ANUNCIA SU VUELO A BRASIL!!!

Y el Pepe y Danilo se fueron de vacaciones a Brasil aprovechando un plan de viaje muy económico, además fue la mujer de Danilo que se sacó un premio de la empresa y no pagó pasaje

- Qué digo la ciudad!», añadió. «¡El mundo entero se enterará de esto!» dijo el Pepe en pleno vuelo y de puro contento, el corazón le temblaba como el rabo al corderito.

Luego se ciñó el cinturón y se dispuso a salir por el país mais grande do mundo.

El Pepe hablaba maravilla de Lula, el mecánico que llegó a Presidente de Brasil.

- No sé si gobierna bien, pero es un mecánico de primera. La otra vez que fue por casa me dejó el Fusca Turbo cero kilómetro. Tan bueno es que yo le dije, cuando dejes la Presidencia poné un taller en mi barrio, ¡te llenás de plata!, los canarios pasan rompiendo los autos, las camionetas, los tractores….

En el camino a Brasil Danilo, más culto, más experto en vuelo y en el protocolo le dijo, “Pepe vos seguime a mi, repetí lo que yo digo, es lo correcto. Ahora si vos querés marca la diferencia conmigo, hablá como quieras.

- Yo me saco el saco en cualquier momento.

- ¿Te parece?

- Y la Lucía se olvidó de ponerme la corbata en el bolso

Llegaron al Palacio Planalto y en la puerta le preguntaron si venía hablar con Lula

ASTORI - Sim

MUJICA: Não…nao se demore rapais, llame a Lulinha…

PORTERO – Para frente meu bein

ASTORI: Obrigado

MUJICA: Abrigada ,,, a brigada de tránsito se necesita para esta inmensidad de casa..

PORTERO:, Com licença

ASTORI: Concedida.

MUJICA: No, con licencia no, ya no estoy mas en el senado…

PORTERO: Tchau, adeus

ASTORI, ya en el Palacio preguntó, ¿um Banheiro?

MUJICA: ¿vas a cambiar el agua a las aceitunas?

ASISTENTE: ¿e vocé’

MUJICA: No, yo quiero después de hablar con Lula ir a las praias, garotas, cashasha, caipirinha y muita samba…

ASISTENTE: ¿Teim cartão de crédito?

MUJICA: y unos pesos que me puso la Lucía en el bolsillo para algún Bauru y esas cosas por si la comida de Lula era poca, vos sabés como son las mujeres, me puso una gabardina y bufanda, ¡con el lorca que hace en el Brasil!

LULA dejó una agenda de comida para los visitantes: Café da manhã, Almoço, Jantar

Y un cardápio, de lujo.

MUJICA: Che Danilo, yo como lo que venga, pero ese almoco que nos puso ni loco, mire si para comer hay que sacar el pan del horno como cuando éramos botijas…

Todo fue tan rápido, la entrevista con Lula, las conferencias, las promesas y el regreso a Uruguay. Cuando se estaban despidiendo en Carrasco, Mujica le di ce a Astori.

-Vos sabé que me olvidé de la rapadura que me encargó la Lucía, los garotos para la barra y los ticholos para los vecinos…

- no te olvidés de ir a votar en octubre, Pepe…

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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