viernes, 29 de febrero de 2008

libros "Besos de Mariposa"


La poetisa Ana Maria Finozzi prepara su libro “Besos de Mariposa”
Ana María Finozzi García es una poetisa salteña que hace tiempo viene dándole forma a su libro “Besos de Mariposa”. “La poesía está en mi desde siempre”, nos dice Ana María, mientras evoca sus recuerdos de la infancia, y nombra a Olinda Alvez, como la impulsora de su planeo por el aire de las letras. Comienza a enhebrar recuerdos, vivencias, que se hilvanan como sus versos, que van bordando una conversación, en la que cuenta de sus afanes literarios, de la delgada frontera de su vida y sus versos, ambos caminando con miradas a un horizonte que tiene una meta, la publicación del libro: “Creo que es el tiempo de publicarlo”, nos dice, y agrega, “lo quiero hacer en Salto, este año, tal vez en un par de meses. Ya tengo todo listo el trabajo, tal vez pueda agregar algún otro poema escrito en estos días, pero lo sustancial, está”.
Le preguntamos la razón del título de su libro, “Besos de Mariposa”, y nos responde: “el beso de mariposa es cuando un ser querido pega a tu mejilla sus pestañas y las mueve hacia arriba y hacia abajo, es una sensación extraña pero muy divertida, es utilizar tu cuerpo de una forma diferente. Yo lo hice siempre con mis hijos, ellos saben de esto, han vivido esa sensación que a todos les gustó”.
Otro de los comentarios que nos hace la poetisa tiene que ver con el momento de su vida, “como dijera Garet (Leonardo), estoy en la edad del balance. Estos poemas son un compendio de todo lo mío, de años, de lo que tenía muy amarillo guardado, cosas que fueron surgiendo en la marcha de la vida, y entonces es que en esas cosas nació un cuadernito, un simple cuaderno, más prolijo tal vez de las cosas que tuve por tanto tiempo guardada. En julio de 2007, le dije a mi madre que venía a Salto y venía con esta inquietud, la de publicar un libro. La llamé a Olinda, una tarde de invierno muy frío y nos sentamos en un lugar de su casa donde ella tiene toda su vida guardada. Mi objetivo era saber únicamente si era posible hacerlo, si era deseable continuar. Indiscutiblemente yo necesitaba la opinión de alguien especial, y ella lo es. Me dijo que había mucha riqueza en mi escritura, que era posible seguir haciéndolo, que debía de hacerlo”.
Los poemas se fueron alineando como aves migratorias en búsqueda de una nueva primavera, hasta llegar a este presente, donde es cuestión de tiempo para que “Besos de Mariposa” vea la luz. Como adelanto, uno de los poemas de Ana María Finozzi:
RENACIENDO
Llevo mi puño cerrado
atesorando tibieza,
protegiendo las mil flores
que despiertan con pereza.
Llevo el olor de los campos
que renacen glamorosos
y el sonido de los montes
con bostezos despaciosos.
Llevo mi puño cerrado
por temor a que me quiten
todo el azul de este cielo
y de grises me lo entinten.
El otoño cae vencido
ante el castañear del río
frente al trinar de las aves,
que regresan a sus nidos.

Tengo mis manos abiertas
A este setiembre fértil,
de tierra que se renueva
en generosas cosechas…

Tengo mis manos abiertas
para recibir amor,
con caricias transparentes
y pies descalzos al sol.

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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