Personaje con fama bien ganada sin duda que era el Rubio Lemos, capataz de la estancia "Santa Tilinga", una de las más importantes de la comarca. El Rubio Lemos era un moreno de casi dos metros de altura, piel lustrosa, casi azul, dueño de un don de mando natural, jamás repetía una palabra. De hablar pausado y seguro, a espaldas suyas solían llamarlo "El Pulpa", porque no tenía nada de nervios. Una mirada suya bastaba para hacer temblar a quien la recibiera. Una orden desobedecida, era vérselas negra, sin dudas. Él en la estancia se hacía llamar "El Ingeniero", desde el día que construyó un aeropuerto casero al que llamó "El Mazo" pues según sus propias palabras, fue diseñado a imagen y semejanza al de Barajas de Madrid, que vio en una revista. La pista era uno de los orgullos de la estancia, construida por la propia peonada una tarde en que el Rubio Lemos no tenía otras ordenes a dar. Después, otra tarde, se mandó una más chica una legua más abajo, apenas pasando el primer alambrado, el que da al potrero de los baguales. "Más vale hace pista de atletismo o corrales de invierno Rubio porque si no esto va a ser más un complejo aeronáutico que un establecimiento rural. Y si no hay nada para hacer, no hagan", dijo el patrón, mientras el morocho grandote hacia un puchero que era una tremendidad. "O mejor no, hoy mismo les traigo un aparato a color de 29 pulgadas para que miren unas cintas y vean algunos informativos", afirmó el patrón mientras rumbeaba para la camioneta, pensando en qué firma comercial venderían más baratos los televisores.
El título de "Ingeniero" del Rubio Lemos quedó colgado en un ropero, pero, no se inmutó, porque desde hacía mucho sabía que profesionales de todas las disciplinas en el pueblo trabajaban de taxistas, vendían peinillas y ballenitas en los ómnibus, porque no podían ejercer su profesión en nuestro país y si querían hacerlo debían irse al exterior.
El "Ingeniero" se hizo adicto a la televisión e ideó una increíble antena que agarraba hasta canales de la China. El hombre se quedaba hasta los cierre de los canales. Seguía, eso si, levantándose al clarear. Hacía todas las tareas del campo, daba ordenes al barrer, como siempre fue su costumbre, y a las cinco de la tarde, se instalaba frente al televisor, junto a su patrona, y se miraba todos los teleteatros habidos y por haber.
El Rubio nunca fue un tipo egoísta, así que invitó a toda la peonada, a ver las novelas, mujeres y varones en el ritual de las cinco de la tarde, el mundial no miraba porque, como no jugaba Uruguay, no daba ni para cinchar por nadie. Tanto se metieron con los teleteatros, que a media mañana o en las primeras horas de la tarde, el Rubio y sus peones, mientras trabajaban, comentaban cosas de la televisión. A más de uno se le vio soltar un lagrimón. "Son cosas tan reales que…".
Y en el medio del campo, alguna vez se oyó.
- ¿En qué quedó ayer la cuestión, de “sos mi vida” que ahora la dan de nuevo?
"En que el Facundo, el sobrino del Mariano, se le declara a la Monito..".
- ¿El sobrino de Mariano?
- El Facundo Arana, ¿no es sobrino de Mariano?.
- El que sufre es el Quique, porque también la quiere a la Monito, pero, lo tiene bien merecido, por haragán.
- Yo lo traigo un tiempo a la estancia y le curo toda esa vagancia que tiene. Además canta fiero el disgraciau…
- Y está la tilinga de la novia del Facundo, esa ni cocinar ha de saber.
- Y está ganando plata lindo porque de noche trabaja en Lalola.
. A mi me tiene acollarado la novela de la fea esa de la tardecita en el Canal de Las Estrellas, ante del informativo.
- Es fieraza la pobre, como susto a medianoche.
- Pero, en el fondo buena, y se va a quedar con el patrón, yo le calculo…
- A mi la que me crispa los nervios es Montecristo, la pucha que es complicada esa cinta.
- Y el Echarri que mira todo detrás del espejo.
- Pero, el amigo que tenía es un desalmado, che, lo abandonó por allá por los pagos del Bin Laden…
- Marruecos, me parece.
- Puesi.
- ¡Lindo embrollo!.
- Figurese.
- Ta` lindaza la cosa, hasta unas ganas de pedir para salir antes tengo hoy…
-¡Eh!, gente, si dejamos para mañana con la cura de animales, terminamos de colocar estas tramas, total, quedan cuatro y nos vamos rumbeando pal rancho`, y nos apoltronamos frente al televisor para ver que pasa hoy.
- Usted manda Rubio, su palabra es ley….
Entraron al rancho alborotándolo todo, con una conversación que se oía desde El Vaticano, cuando las mujeres desde la pieza gritaron.
- ¡Shitt!!!, que está buenaza la novela mejicana, hay un enredo de parejas más grande que en la vida real…
- En el corte poné en el otro canal que está esa brasileña de la tarde que te hace llorar como si fuera cebolla…
- ¡Pero, no aprontaron ni el mate dulce hoy!
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