Roberto Hammond define al rock uruguayo de la A a la Z
La editorial Amuleto publicó dentro de su colección de humor “100% Rock”, una enciclopedia irónica y corrosiva sobre el rock uruguayo de postdictadura, escrita por el crítico ficticio Roberto Hammond, que ganó popularidad en el programa Justicia Infinita y que actualmente tiene su espacio en Vulgaria (Océano FM). |
El libro recorre de la A a la Z un completo inventario de conceptos, bandas y personas que hacen a este género en Uruguay desde la instauración de la democracia. El gran atractivo está en las observaciones corrosivas de este personaje sin rostro que cataloga al guitarrista de Buitres Gustavo Parodi como Dios.
Con el rock clásico como única premisa válida y considerando cualquier tipo de fusión musical como una aberración, su grado de intolerancia llega a puntos extremos. Pero lo gracioso es, que en el fondo, no hace más que una crítica al eterno conflicto ideológico que nunca llega a determinar qué es rock y qué no lo es en nuestro país, y a los propios críticos que no siempre poseen ni la agudeza ni la formación necesaria para ocupar ese puesto. El músico que no se lo tome con humor, pierde. No te va gustar, por ejemplo, es considerado en el libro como “el máximo exponente de la Mafia del Calipso” y “luego de Jaime Roos” como “el proyecto solista más convocante de este país”.
A continuación, el polémico Roberto Hammond en primera persona:
-¿Sobre qué base te apoyás para criticar tan vehementemente?
-Tengo muchos años de experiencia criticando, escuchando, estoy desde que sonó el primer acorde de Parodi contra la dictadura y eso me da cierta autoridad para hablar. Los críticos jóvenes por cuestión de edad no vivieron todo ese proceso.
-¿Cuál es tu opinión sobre los críticos de rock que hoy están los medios?
-Hoy la crítica está toda comprada por las grandes mafias, viene la gente de Bizarro, Koala, Montevideo Music Group y les dan un cheque. Vienen las Piana (Majareta Producciones) y les arriman las notas. Al final del día los críticos son gente que necesita alimentarse y acepta esos cheques. Hay algunos que entienden más que otros lo que está pasando. De rock lo que se dice rock hay muy pocos que saben. Esta enciclopedia los va a ayudar.
-¿No es una visión muy rígida la tuya?
-Bueno, el rock es clásico y encasillado. No estoy en contra de que haya tumbadoras, pueden haberlas, pero no es rock. Yo hablo de rock, se creó en 1954 entre Chuck Berry y Bill Halley. Si le ponemos un triángulo pasa a ser una comparsa.
-¿Cómo definirías al rock uruguayo?
-El rock uruguayo es Gustavo Parodi. Hay gente que trata de arrimar el bochín. Frankie Lampariello de Hereford entiende lo que es rock. “El Garo” (Arakelián, de La Trampa) también pero lo que pasa es que tiene al cantante de ópera al lado (Alejandro Spuntone), entonces hay gente que no se entera que hace rock. Están los muchachos de Doberman, los Silverados, pero hace falta una crítica que los guíe porque los músicos son casi seres humanos, no tienen una gran inteligencia, lo que aprendieron es a tocar el instrumento. Entonces se acerca mucha gente maligna que los lleva por otro camino, les doran la píldora y el músico es como el futbolista que se ve en el campito, no tiene nada, lo aplauden dos veces, le compran una botella de cerveza y lo llevan para cualquier lado. Los críticos tenemos que decirles a los músicos por dónde caminar, cuáles son amigos y cuál es el diablo disfrazado de amigo.
-¿Algún músico se enojó por tus apreciaciones?
-Sí, algunos se enojaron, pero parte de ser crítico es decir lo que pensás y después bancarla.
-¿Cuál es el mayor mérito de Gustavo Parodi?
-La guitarra de Parodi fue la primera que entendió que había que acoplar, que sonar estridente, que no era necesario ser virtuoso. Fue el primero que hizo rock and roll bien hecho en este país. Entiende que no es como la mujer barbuda, no hay que saber tocar todas las notas, sino aquellas que se necesitan. Nada más. Además tiró abajo la dictadura con su guitarra.
-¿Cómo preparás tus críticas?
-El disco lo escucho entero, dos o tres veces, marco tema por tema, me escribo anotaciones para después recordar en qué minuto está el solo, cuántos segundos hay entre que arranca y empieza a cantar, eso es lo que diferencia al rock del pop. Si arranca cantando es pop, entonces ya no lo comento. Si tiene por lo menos quince segundos de instrumentación, una guitarra por lo menos, ahí puede llegar a ser rock. Lo analizo y después lo comento por respeto a la audiencia. La tarea del crítico es decirle a la gente “este disco está bien, pero con este otro te están robando la plata”.
-¿Te sentís respetado por el público?
-Sí, aunque a veces me desautorizan. Yo hablo pestes de un recital, por ejemplo, del que hizo la Mafia del Calipso -No te va gustar y La Vela Puerca- dije que no había que ir y me agotan las entradas. Entonces, ¿para quién estoy hablando?, me pregunto.
Leo Lagos, el detractor
El músico Leo Lagos, integrante de Los Supersónicos y panelista del programa Vulgaria (Océano FM), dice que “los críticos son una fauna y hay que aprender a tratar con ellos”. Sin embargo, asegura “lastimosamente” que Hammond no es el peor que ha conocido, dado que “por lo menos dentro de su universo es coherente”. “Si le hiciera caso ya tendría que haber dejado mi banda. Estoy en desacuerdo con muchas cosas que dice. Pero tiene una visión demasiado ortodoxa de lo que es rock, con la cual a veces coincido peligrosamente. Coincidir con Hammond da vergüenza y eso es lo mejor que hace el personaje”, agrega.
Lagos explica que este ser de voz ronca expresa sus ideas como si fueran verdades absolutas cuando en la música éstas no existen. Por otra parte, Roberto Hammond ironiza sobre la figura del crítico. “Hay cierta honestidad en él aunque también se dio vuelta al aire muchas veces. Basta con que alguien le meta el peso para que cambie de opinión, cosa que hacen muchos críticos de verdad. Últimamente hay cierta crítica que prefiere hablar de cuánta gente concurrió a un show, o de cuántas entradas se vendieron. Me parece que no están escuchando demasiado y en lugar de hablar sobre música están refiriéndose a todo lo que hay alrededor. Se está perdiendo el crítico que analiza la música, la compara y la pone en contexto. Lo de Hammond puede ser un llamado de atención para ellos”, señala.
(tomado de Últimas Noticias, merece una reflexión tuya)
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