Jugando de la manera que jugó Uruguay, con la idea futbolística que presentó ante Chile, creo que la celeste del Maestro Tabárez tiene muy equivocado su rumbo, diametralmente opuesto al camino de Sudáfrica 2010, de eso no me quedan dudas. Y lo decimos hoy, previo a un partido ante Brasil, donde Uruguay tiene otras motivaciones, y a veces, la historia es infalible, otra veces la suerte, esa suerte de la que careció este domingo en el Centenario, nos da una mano contra los brasileños.
CHILE, MENOS QUE POQUITO…
Convengamos que Chile, este Chile de Bielsa no es nada del otro mundo, y que llegó al Centenario con el “Jesús en la boca”, con mucha timidez y cuidándose al extremo.
Por eso fue auspicioso el comienzo de Uruguay, con empuje, temperamento, desbordes. Abreu jugando de pívot, habilitando, los pique de Luís Suárez, algunas maniobras de Sánchez, ese afán increíble que pone el Cebolla Rodríguez. La tribuna se enardecía, pero salvo dos o tres maniobras hasta el hueso, lo de Uruguay era más cáscara que fruta. Es cierto, Chile tuvo un arquero estupendo, tuvo la suerte y con el correr de los minutos, la tranquilidad como para empezar arriesgar.
A medida que avanzaba el juego se hacia más notorio, que Uruguay no acertaba dos pases, a veces ni uno, que no tenía un generador de juego en el medio campo, que no abría a una defensa, muy limitada, a veces torpe, pero también muy aferrada al planteo de Bielsa, ese sello que le pone en el orillo a sus equipos y que los jugadores cumplen a rajatabla.
URUGUAY FUE SU PROPIO RIVAL
No se puede creer que jugadores, con el oficio, los años y la trayectoria internacional de Vicente Sánchez no sepan jugar en equipo, no sepan pasar la pelota con claridad, que cometan torpezas de un principiante, pero así era la cosa. Suárez perdía claridad, no había un conductor, hasta Abreu empezó a declinar en el juego aéreo. Chile con poco, muy poco, guiados por Fernández, algunos piques de Rubio, otros intentos de Suazo, complicaron al fondo celeste.
Hubo momentos en que se pasó mal, para colmo, Carini no daba seguridad.
Y al final del primer tiempo, tras un esfuerzo generoso del Ruso Pérez, un toque de Sánchez, la habilitación y el salteño Suárez que llega y ejecuta al golero chileno.
Uruguay estaba para seguir de largo, con esas perspectivas comenzó el segundo tiempo, Chile se caía, pero, los errores se fueron acumulando, Chile volvió a sacar contragolpes, Uruguay se abría, daba franquicias y en dos jugadas claves del partido, e interminable Marcelo Salas, que era figura nominal aparece solo en un cabezazo en palomita y empata. Al ratito otra jugada que termina en penal a favor de los chilenos y Salas que pone el partido 2 a 1.
ESE AMOR PROPIO…
Uruguay puso su amor propio al final, se jugó a cara o cruz y llegó al empate con gol de Abreu y así se terminó esa historia, donde se perdieron dos puntos, de local y ante un rival directo. El árbitro Pezzota favoreció a los chilenos y hubo dos situaciones muy dudosa en el área roja, que cualquiera hubiera cobrado penal y estaba bien, a parte un gran números de faltas evidente de los chilenos no las cobraba. El arquero se aburrió de hacer tiempo.
CAMBIAR AHORA O EL ADIOS A LAS ILUSIONES
Pasó Chile, ahora viene Brasil, y lo del comienzo, jugando de esta manera, no llegamos a Sudáfrica 2010. Hay que jugar al fútbol y para jugar al fútbol, Tabarez tendrá que elegir a jugadores que sepan dar pases, que tengan una noción de juego de conjunto, que sean capaz de sostener tácticamente al equipo, y fundamentalmente que tengan un amor por la celeste, que es el color del alma y no del dinero. Hay jugadores de este plantel, un 70%, como mínimo que no puede estar en la selección. Después de Brasil habrá que pensar en un tiempo nuevo con jugadores nuevos o YA hacernos a la idea que a Sudáfrica no vamos, que caminamos para un lado y queda para el otro…
CHILE, MENOS QUE POQUITO…
Convengamos que Chile, este Chile de Bielsa no es nada del otro mundo, y que llegó al Centenario con el “Jesús en la boca”, con mucha timidez y cuidándose al extremo.
Por eso fue auspicioso el comienzo de Uruguay, con empuje, temperamento, desbordes. Abreu jugando de pívot, habilitando, los pique de Luís Suárez, algunas maniobras de Sánchez, ese afán increíble que pone el Cebolla Rodríguez. La tribuna se enardecía, pero salvo dos o tres maniobras hasta el hueso, lo de Uruguay era más cáscara que fruta. Es cierto, Chile tuvo un arquero estupendo, tuvo la suerte y con el correr de los minutos, la tranquilidad como para empezar arriesgar.
A medida que avanzaba el juego se hacia más notorio, que Uruguay no acertaba dos pases, a veces ni uno, que no tenía un generador de juego en el medio campo, que no abría a una defensa, muy limitada, a veces torpe, pero también muy aferrada al planteo de Bielsa, ese sello que le pone en el orillo a sus equipos y que los jugadores cumplen a rajatabla.
URUGUAY FUE SU PROPIO RIVAL
No se puede creer que jugadores, con el oficio, los años y la trayectoria internacional de Vicente Sánchez no sepan jugar en equipo, no sepan pasar la pelota con claridad, que cometan torpezas de un principiante, pero así era la cosa. Suárez perdía claridad, no había un conductor, hasta Abreu empezó a declinar en el juego aéreo. Chile con poco, muy poco, guiados por Fernández, algunos piques de Rubio, otros intentos de Suazo, complicaron al fondo celeste.
Hubo momentos en que se pasó mal, para colmo, Carini no daba seguridad.
Y al final del primer tiempo, tras un esfuerzo generoso del Ruso Pérez, un toque de Sánchez, la habilitación y el salteño Suárez que llega y ejecuta al golero chileno.
Uruguay estaba para seguir de largo, con esas perspectivas comenzó el segundo tiempo, Chile se caía, pero, los errores se fueron acumulando, Chile volvió a sacar contragolpes, Uruguay se abría, daba franquicias y en dos jugadas claves del partido, e interminable Marcelo Salas, que era figura nominal aparece solo en un cabezazo en palomita y empata. Al ratito otra jugada que termina en penal a favor de los chilenos y Salas que pone el partido 2 a 1.
ESE AMOR PROPIO…
Uruguay puso su amor propio al final, se jugó a cara o cruz y llegó al empate con gol de Abreu y así se terminó esa historia, donde se perdieron dos puntos, de local y ante un rival directo. El árbitro Pezzota favoreció a los chilenos y hubo dos situaciones muy dudosa en el área roja, que cualquiera hubiera cobrado penal y estaba bien, a parte un gran números de faltas evidente de los chilenos no las cobraba. El arquero se aburrió de hacer tiempo.
CAMBIAR AHORA O EL ADIOS A LAS ILUSIONES
Pasó Chile, ahora viene Brasil, y lo del comienzo, jugando de esta manera, no llegamos a Sudáfrica 2010. Hay que jugar al fútbol y para jugar al fútbol, Tabarez tendrá que elegir a jugadores que sepan dar pases, que tengan una noción de juego de conjunto, que sean capaz de sostener tácticamente al equipo, y fundamentalmente que tengan un amor por la celeste, que es el color del alma y no del dinero. Hay jugadores de este plantel, un 70%, como mínimo que no puede estar en la selección. Después de Brasil habrá que pensar en un tiempo nuevo con jugadores nuevos o YA hacernos a la idea que a Sudáfrica no vamos, que caminamos para un lado y queda para el otro…