lunes, 26 de noviembre de 2007

De suplicio al triunfo: Ferro zafó de la hoguera


El zapatazo de Juanchi Iriarte que se clavó en la red del arco de
Ceibal casi en la media hora del segundo tiempo sacudió la melena del
viejo león, del más laureado del fútbol salteño, de la franja nacida
en el año 1912. Y cuando se jugaba tiempo adicional, llegó el cabezazo
de Julio Roldán que puso a Ferro Carril 2 a 1 ante Ceibal, y dejó
latiendo una victoria que ilusionaba ante lo que pudiera pasar en el
partido de segunda hora. Esas dos acciones, más dos cabezazos previos
de Roldán, fueron lo único que Ferro Carril hizo en el partido ante
Ceibal.
LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER
Milan Kundera fue el autor de célebre libro con este título, quien
sabe lo que hubiera escrito si le tocaba padecer el primer tiempo
entre Ferro Carril y Ceibal. En el primer cuarto de hora parecía que
el fútbol se desarrollaba en el país de las imprecisiones, del fútbol
feo, irresoluto, de veinte tipo corriendo, dos observando y ninguno
pensando. Ferro de todas maneras se acercaba más al arco de Ceibal,
pero a los ponchazos, a puro espíritu, sin ninguna claridad ni idea
colectiva. Ceibal era lo que hacía Marcelo Menoni, por momento
haciendo valer su habilidad, otras, corriendo solo tratando de de
penetrar la defensa ferrocarrilera. Ese primer tiempo, tedioso, sin
luces fue dejando la sensación que Ferro Carril se conformaba con el
empate, que estaba más preocupado de no quedar último en la liguilla
que de intentar ganar, para tener una chance por el título. Parecían
dos condenados a un empate inamovible, parecían…porque cuando espiraba
la primera parte, Pablo González de tiro libre, un misil que se
incrustó en el arco de Burgos, puso a Ceibal uno a cero.
EL CONDENADO SE TRANSFORMÓ EN VERDUGO
Por más de 25 minutos de la etapa de complemento, la cosa parecía muy
clara, Ferro intentaba pero sin mucha convicción, sin mucho
temperamento y sin mucha suerte, llegar al arco de un muy seguro De
Souza. A medida que avanzaban los minutos, Ceibal daba señales de vida
y de que en cualquier momento podía aumentar el marcador ante un Ferro
Carril que daba facilidades en el fondo y que no reaccionaba
futbolísticamente. Con el ingreso de Roldán ganó en fuerza, en
persistencia, porque el fuerte delantero fue y fue, contagiando a pura
voluntad. Y como en una jugada de otro partido, de otro Ferro Carril,
el Juanchi Iriarte acomoda el cuerpo y saca un remate a media altura
que se mete lejos del alcance de De Souza, marca el empate, trae el
alivio y sacude a un Ferro Carril de su largo letargo.
Con ese gol, las expulsiones que gravitan, el partido comienza a
cambiar de rumbo Ceibal se quiebra, Ferro comienza a dominar y logra
al final un triunfo, mérito de un luchador incansable, Julio Roldán.
Ferro tiene que jugar ahora con Nacional para definir el título de
mejor del año, esas será otra historia, pero para Ferro Carril será el
tiempo de saber si recuerda algo del fútbol que practicó en el
Apertura o en el Clausura, hasta en el, primer partido de la liguilla,
porque si vuelve a jugar como ayer ante Ceibal, tendrá poca chance
ante un Nacional que viene de boca dura.
--Carlos María Cattani --

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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