sábado, 30 de agosto de 2008
Reflexiones sobre el proceso venezolano
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Venezuela: El cambio estructural frente a la “Revolución burocrática”Homar Garcés (ARGENPRESS.info)
Al mantenerse incólumes las estructuras y mecanismos del viejo modelode Estado burgués representativo en Venezuela, la revolución seguirásiendo un anhelo popular frustrado al creerse que nada podríacambiarse más allá de los cambios políticos, sociales y económicosproducidos hasta ahora, limitados todos a las iniciativas adoptadas alrespecto por Hugo Chávez. Quizás se alegue en descargo que el procesorevolucionario venezolano es pacífico, producto de la vocacióndemocrática del pueblo, y, por lo tanto, debe evolucionar de modogradual, inducido desde las alturas del poder constituido. Sinembargo, las expectativas populares parecen rebasar esta apreciación,aunque aún se adolezca de una conciencia plenamente revolucionaria,surgida de unos conocimientos conscientemente adquiridos; cuestiónésta que constituye el punto más débil de todo el proceso bolivarianoy sobre el cual poco se ha hecho seria y sostenidamente, a excepcióndel empeño puesto por William Izarra de promover el Centro deFormación Ideológica (CFI) a nivel nacional, además de lo hecho enigual sentido por otros revolucionarios en toda Venezuela, como unainstancia generadora de la teoría revolucionaria necesaria, cumpliendocon tres objetivos primordiales, como lo son la difusión, la formacióny la investigación que debe comprender dicha teoría para asegurar elcambio estructural, el bien común y la democracia directa que debierancaracterizar en todo momento este proceso revolucionario.En las actuales circunstancias, se hace imperativo que los mismossectores sociales revolucionarios comiencen a apropiarse de losdistintos espacios donde puedan ponerse en práctica tales ideas, deforma que el cambio estructural inherente al proceso revolucionario,
basado en el ideario socialista del siglo 21, tenga una base desustentación popular más real y efectiva de la que pudiera tener enestos momentos. Esto tendrá que avivarse desde abajo, combatiendo yvenciendo la acción reformista, la desconfianza y cierto menosprecioexhibidos por algunos dirigentes del chavismo burocrático queobstruyen (a veces de modo deliberado y otras de modo irreflexivo) lacapacidad política y creadora del pueblo respecto al rol de sujetorevolucionario que le corresponde cumplir y los cuales se explican porel vacío teórico y el pragmatismo consuetudinario que aquellos hanimpuesto desde sus posiciones de poder, amparándose sólo en elliderazgo y la imagen de Chávez.Esto expone la necesidad forzosa de una confrontación ideológica,tanto a nivel interno como externo del proceso bolivariano, lo cualpermitirá que la lucha, el compromiso, la convicción, la disciplina yla organización de los sectores revolucionarios y progresistas seconviertan en murallas infranqueables frente a los embates de lacontrarrevolución que busca apoderarse de este proceso, haciendoposible en consecuencia la superación de la transición en que éste sehalla sumido, lo que implica asumir frontalmente la alternativa delsocialismo, pero ya de una manera que no dé lugar a las dudas ni a lasvacilaciones. Esto contribuiría en mucho a reforzar la gestión degobierno, principalmente en lo atinente al mejoramiento de lascondiciones socioeconómicas de la población, cediéndole espacios a laparticipación y al protagonismo del pueblo como condición primariainsoslayable para hacer verdaderamente -cambio estructural de pormedio- una revolución integral en esta nación bolivariana.Por ello mismo, la actual coyuntura electoral que vive el procesorevolucionario bolivariano tendrá que decidirse entre quienespropugnan el cambio estructural implícito en la propuesta socialista,
además del poder popular, y aquellos que representan una “revolución”burocrática, ávidos de ocupar espacios de poder, pero sin generarningún cambio revolucionario de verdad. Aún así, no puede determinarsede antemano que dicha confrontación electoral será definitiva; alcontrario, la puja por el poder entre estas dos corrientes político-ideológicas seguirá caracterizando al proceso bolivariano por algúntiempo, hasta que sea el mismo pueblo organizado y consciente quienmarque la pauta a seguir, de un modo audaz, original, independiente yrevolucionario, delineando lo que será el socialismo del siglo 21.
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