La televisión, un encanto en cajita
La televisión está tan integrada a nuestra vida, que luego de respirar y comer, hablar más del projimo, y quejarnos de nuestros parientes, es lo más importante en nuestras vidas. La televisión es un vehículo cultural, que nos lleve algún lugar o no, es otra cosa, pero que es un vehículo cultural es, atortugado a veces, acangrejado otras, desbocado muchas veces, y que deja sus enseñanzas, no se sabe adonde pero las deja, tampoco vamos a ser tan exigente, ¿no?, van a ver como les apago la tele y se les termina tantos cuestionamientos. Quien no bailó por un sueño, o se hizo un sueño mientras bailaba, quien no patinaba por un sueño, se patinaba el sueño de salir con la más linda del barrio. Los niños han aprendido mucho de animalitos, y los grandes también, ahora saben que el koala es un osito que se agarra de los árboles. Y que Rocío Marengo es una koala rubia que se agarra del primer tipo que encuentra. Hay otras mujeres, que no son tan conocidas como Rocio Marengo, y que hacen koala cosas….
Un diputado uruguayo dice que sugirió que el baile del caño lo bailen las diputadas de los tres partidos en nuestro Parlamento. Hay una empresa fabricante en prendas íntimas femeninas que dice que: “Nuestros modelos son resistentes al baile del caño, por más que ensaye una hora sin parar, si sale humito, no se asuste que igual no se rompe”.
“Los argentinos se quejan tanto de la contaminación ambiental, de Botnia y ellos nos contaminan todos los días con sus programas de televisión”, expresó un intelectual uruguayo.
“Menos mal que el Riachuelo, el delta del Tigre, Atucha II y las viejas papeleras del río Paraná no están en el Uruguay porque sino, más que piquete nos hacen picadillos”, Lafluf.
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