Rompiendo mundos por la amistad
"El que quiere nacer tiene que romper un mundo" dijo Herman Hesse.
Y desde aquella palmada y el primer llanto
he roto mundos cada día,
intentando nacer,
y apenas si respiro a golpe de pulmones
un aire mutilado,
que no reconoce mi solidaridad
con la esperanza,
el estrecho vínculo con la persistencia.
Miro espejos hacia atrás, tiernos, jóvenes, frescos y lozanos
contrastan con los tristes y arrugados del futuro
donde me cuesta reconocer mi rostro
familiarizarme con mi cada vez más árida piel,
mis multiplicados achaques.
"y el dolor de ya no ser".
Entretanto, en esa brecha abierta entre pasado y futuro
sigo cimentando los ideales, candiles que se atreven
andar mis días paso a paso.
Siempre están allí, me alumbran, me alimentan
y rompen mundo.
Muchas veces he caído y los empecinados ideales,
sin un reproche, con un gesto de amor, me ponen en el camino.
no tengo más remedio que romper mundo
para nacer en el pensamientos de mis amigos
cada día.
¡Por ustedes hermanos del alma, aún estoy en el camino!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
LLEGAS RESOPLANDO...
Llegas resoplando como una locomotora
como una barca traída por los vientos
y llegas al puerto de mi cama
a amarrarte
tibia y serena.
Tu geografía despareja
te ata cordilleras a la cintura
y es tu vientre el cofre donde guardas
el oro más preciado; el de la vida.
Allá afuera, el cielo trae tormentas
desata ráfagas salvajes
de un viento que estremece, la dársena, la escollera
y se pone a silbar de mal talante.
Entonces, pongo mi viejo corazón de puerto
transformo mis brazos en tus muelles
y desde el faro del vigía suelto un canto marinero
para que cierres poco a poco tus postigos.
Te oigo respirar acompasada
con esa paz de niña buena
y me siento el más feliz de los mortales
por el simple hecho de quererte.
Nosotros que supimos de naufragios
de amores perdidos entre las olas
hoy izamos las velas de un sueño
que navega a nuestras costas
desde hace casi nueve meses...
o-o-o-o-o-o-o-o-
Estuvimos esperando por ti
Hay un tiempo lunar que te anuncia
que descuelga hojas cada día
un batir de cascos en el pecho
y un río de ansiedad que se desborda.
Hay un pájaro en el cielo que dibuja
el momento preciso en que irrumpes
que te adueñas del mapa de la vida
y se pone a latir nuestra alegría.
Estuvimos esperando por ti
desde el fogoso aliento de la siembra
cuando el arado se abrió pasos en el surco
y la semilla soltó raíces en tierra fértil.
Estuvimos esperando por ti
fruto del amor, sagrada síntesis
agua vital del nuevo día
eco de ecos esperanzados.
Estuvimos esperando por ti
sismo capaz en un instante
de conmover el universo familiar
con la magia sin par del primer llanto.
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