lunes, 29 de octubre de 2007

Ruralanas: un canto a la creatividad y la solidaridad

Un canto a la creatividad y la solidaridad
"Ruralanas", mujeres de ignotos pueblitos del Uruguay impusieron una grifa a puro trabajo

Dicen que la historia comenzó en Artigas, en Pueblito Yacaré (hoy Bernabé Rivera), "allá por donde el diablo perdió el poncho", y "en un año en que no se tiene memoria". Tal vez fue aquel impulso de aquellas mujeres artiguenses, tal vez fueron las ganas de hacer algo, de vencer al ocio, de contribuir con el hogar.
El hogar, esa barca perdida entre mares de cerros y piedras, a orillas del pequeño poblado, un mundo de cuatro paredes donde de tanto en tanto pasan algunas cosas, la menor de las veces, el trabajo.
La lucha diaria por el sustento se hace cuesta arriba, entonces, esas mujeres, que no saben de brazos cruzados, de esperas, salen a pelearle a la vida, y lo hacen con alegría, con creatividad, con un trabajo, cooperativo y solidario. Y lo que empezó en Yacaré se extendió a otros puntos del departamento, pasó a Salto, y hoy en día hay nueve grupos de mujeres integrantes de "Ruralanas", una grifa que se conoce en los principales comercios del sur y del este, pero que es sobre todo, una filosofía de vida.
Con ese impulso sin dobleces surgió el Proyecto Ruralanas, y lo hizo con un gran objetivo: "Contribuir a mejorar la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo de las mujeres rurales, coordinando y desarrollando una red de centros de producción de lana, para lograr una producción uniforme de prendas de calidad con una mayor capacidad de producción para la comercialización de los productos".
Para hablar de esta experiencia que lleva adelante Ruralanas, dialogamos con Ana Inés Córdoba (Asistente Social), Ing. Agr. Carolina Tolosa (Coordinadora de Producción del Proyecto), dos mujeres muy consustanciadas con este emprendimiento.
"Estas mujeres trabajan con telares manuales", nos dice Ana Inés Córdoba, y agrega,
"tenemos unas setentas artesanas que viven en diferentes pueblos rurales de Salto y Artigas. El trabajo que ellas hacen es el de hilado, teñido y a partir de eso hacen prendas de lana". Comenta Ana Inés que se ha logrado formar una red con los diferentes grupos para que comercialicen en forma conjunta la producción. Señala también que Ruralanas está apoyado por la Fundación Gastesi – Martinicorena y que han recibido un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo, a partir del cual se pudo dar formas al proyecto. El mismo cuenta con una Coordinadora de Ventas en Montevideo que es la encargada de colocar todos los productos".
Por su parte Carolina Tolosa nos cuenta que luego de obtenido el préstamo, el año pasado, comenzó a funcionar con esta nueva Unidad Ejecutora: Artesanas, Coordinadora de Producción, Coordinadora Comercial, Asistente Social, Diseñadora Textil.
Es bueno señalar que el proyecto en cuestión, con el apoyo del BID, termina en el mes de octubre de este año, y en adelante se autofinanciará.
Sobre lo vivido en esta experiencia, nuestras entrevistadas, se mostraron muy contentas de formar parte de esta red, en la que han recibido gratificaciones, puntualizando: "gratificaciones en cuanto al progreso que logramos en el desarrollo de la red, de formar nuevos grupos de pasar de pocas mujeres a contar hoy en día con más de setenta mujeres, que puedan contar con un ingreso mensual seguro", señala Carolina Tolosa, quien luego confiesa: "pero, por otro lado es bastante sacrificado, pasamos mucho tiempo en la ruta, cargamos todo, es como un trabajo de día a día".
Ana Inés Córdoba apunta: "Lo que pasa es que las características del medio rural aquí en el norte, son de pueblos con mucha distancia entre sí, con caminos feos, pasos que se cortan por la lluvia, la logística es bien complicada porque son lugares muy lejanos, a veces no hay acceso entre unos y otros. Eso hace a veces difícil compatibilizar el proyecto social con lo comercial, eso es lo que más trabajo nos ha dado".
Lo interesante de trabajar en red es que han podido unir voluntades con un objetivo común, generar una salida laboral para mujeres que viven en pueblos pequeños y que no tienen posibilidad de acceder a un trabajo, muchas veces, sus hombres no lo consiguen. Las creaciones en lanas han recibido elogios en todos lados, por sus diseños, por la elaboración de las prendas donde se cuida hasta el mínimo detalle, cada prenda tiene un código, colores definidos. Cuentan que cada tres meses se reúnen integrantes de los diferentes grupos, las sedes se van rotando. En esas reuniones intercambian experiencias, evalúan lo hecho y los pasos a dar. Lo interesante del tema es que se sigue capacitando a interesadas, se conforman nuevos grupos y el crecimiento es sostenido.
Carolina Tolosa comenta que se han interesado por experiencias similares de otros lugares, para ver en qué forma se puede mejorar. Ana Inés Córdoba, señala que una experiencia compartida, y positiva, se produjo cuando se participó en "Hecho Acá".
"Ruralanas", crece día a día, y lo hace con el esfuerzo de esas mujeres de ignotos pueblitos de la campaña norteña que encontraron una forma de vencer al "nosepuede" y crecer espiritualmente en un Proyecto que es ejemplo de vida y de trabajo.

Nota: Carlos María Cattani – (Camaca)
Salto, Uruguay, Nota realizada en mayo 2007

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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