sábado, 25 de abril de 2009

Fiebre del asado a la noche



- Este es el cuerpo del delito...
¡tan inocente que parecía!











Muchos le echaron la culpa a las “bombitas de crema”, otros al tinto casero, y no faltó quien se quejara del chimichurri del asado. Lo cierto es que la fiesta de los cronistas de deportes terminó “trágicamente” para todos.
Ese sábado a la noche, todos los muchachos que componemos la sección deportes decidimos hacer un asado, para estar un rato junto, hablar de cualquier cosas y olvidarnos un poco de la rutina.
Entregamos todos los materiales temprano y nos fuimos para el club “50 lágrimas”, si ese que todos los años termina llorando…
La fiesta estuvo “mortal”, buen asado, buen vino, hasta postre tuvimos…bombitas de crema en abundancia. Todos “glotoneamos” bastante, dicho sea de paso.
Estuvimos hasta altas horas de la madrugada, como suele decirse, hablando de Dios y todo el mundo, filosofando a cada trago, a cada bocado. Formando y desformando equipos, selecciones, “Combinados”, en una noche salimos campeones salteños, del litoral, sudamericano y ya tenemos la fórmula ideal para ser campeones del mundo en Sudáfrica 2010, ¡es tan fácil!, yo no sé como no se dan cuenta…
No faltó al final alguien que propusiera, “¡che!, vámonos de farra por ahí!.
El drama se precipitó a la mañana siguiente, todos amanecimos con un extraño virus, contagioso para colmo.
Antes del mediodía, en la redacción hacíamos cola para ir al baño, gastando dos rollos de papel H en un santiamén.
La cosa venía brava, era de desensillar y ensillar a cada rato. Fue tanto el cántaro a la fuente que terminamos en una histeria colectiva. ¡Dale que me toca a mi!, ¡hace dos minutos que entraste!, ¿compraste el baño para vos?, “ya sé que este es el de las mujeres, pero una emergencia es una emergencia”, “ya no sé como sentarme”, “aprieten las marcas muchachos”, “me quedó como una rosa”.
El Jefe de Deportes, blanco como un papel, tomó una santa decisión, nos mandó a nuestros respectivos hogares a “laxantearnos”, y antes de arriar banderas, de abandonar el barco, le brindó un informe de la situación al Sr. Director.
Ese domingo se jugaba una fecha trascendental por el Campeonato Salteño de Fútbol, y había que cubrir o cubrir. El Director como Artigas, salió a pelear con perros cimarrones y a falta de cronistas deportivos hizo una leva en masa de las otras secciones. Y la verdad sea dicha, los muchachos cumplieron.
LA DE SOCIALES ESCRIBIÓ
Fue muy festejado el enfrentamiento entre los equipos de Tigre y San Eugenio. Ambas hinchadas, luciendo coloridos atuendos, al tono con los colores de sus instituciones, desde muy temprano se dieron cita para celebrar el acontecimiento. No faltaron los globos y las guirnaldas. Ingresaron ambos equipos, y pudo comprobarse el buen gusto para vestirse, del mismo modo los árbitros, con un negro mate en degradé, y un escudito satinado bien piripipí cucú. Ganó Tigres 2 a 1, pero nos quedamos con ganas del tradicional y sublime momento del cantito… “llegó la hora de cortar la torta, de cortar la torta”
EL DE CULTURALES COMENTÓ
En los pacatos años 50, surgió una generación de futbolistas que hicieron historia en nuestro país, ganando entre otras cosas, la Copa del Mundo en Maracaná. De aquel tiempo a esta parte la gráfica nos ha dado un montón de futbolistas frívolos, austeros y sin una filosofía de juego. Gladiador y Salto Uruguay no escaparon a estos tiempos irreverentes del anti-futbol. ¿Qué diría García Márquez si los viera jugar?. Onetti se hundiría en El Pozo, Fellini apagaría su cámara, Bergman sólo haría unos planos de los vestuarios y de rostros en penumbras, ¡que mal que andamos futbolísticamente hablando!. Nos falta una obra virtuosa, pensada, jubilosa, texto y contexto.
EL DE POLICIALES
En circunstancias en que el puntero Sandro Aranda de River Plate transitaba por el andarivel derecho del ataque, llevando como acompañante una pelota número 5. Al llegar a las inmediaciones del banderín del corner fue violentamente interceptado por tres sujetos con la camiseta de Ceibal, uno de los cuales logró aplicarle un fuerte golpe con lo que Aranda perdió estabilidad cayendo al suelo produciéndose lo expuesto. Concurrió al lugar el juez de turno del partido quien procesó sin tarjeta al agresor y con un curioso “siga, siga”. Este cronista continúa con las averiguaciones correspondientes para dar con él o los autores materiales del hecho. Fue tan rápida la jugada que no le vi los números a las camisetas. Aranda fue una víctima más de la violencia que padecemos a diario. Después queremos ganar litorales…
EL DE RURALES
Un partido, chato, seco, como la sequía de nuestro campo. En momento que Di Napoli de Ferro Carril se iba con la pelota, se vino la trilla de parte de dos jugadores de Universitario que lo hicieron arar y cuando se levantó lo vacunaron contra la aftosa del gol sin respetar la trazabilidad albinegra. En fin, un partido de remate, buenos lotes, muchos animales sueltos, pero poco fútbol….

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flamencos

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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