Estamos en marcha....

El uso y abuso del recurso de las marchas, por tal o cual cosa, pasó de ser un testimonio visible de una protesta a ser un simple desfile de modelos, puesta en escena de actores sin teatro y caminatas para adelgazar. Marcha por una causa o por una consecuencia pasó de ser una loable actividad, a una rutina, y se transformó en marchar por marchar. Mujeres de rojo, mujeres de azul,, hombres de lila, hombre de magenta, colectivo, sur, colectivo, norte, colectivo sin respuestos, colectivos con boletos baratos...en fin, colectivos de línea. Las marchas en Puntas del Sauce Verde eran cosas de todos los días, y las había de todos gustos y colores. Había marchas tradicionales, y muy respetables, como las de mujeres de negro, las de la diversidad, las marchas por los desaparecidos, por el tránsito, marcha de los hombres de verde, los 25 de agosto, también de los azules y de las blancas palomitas, todas en un mismo día, a las que se sumaba, la de la caballería gaucha que siempre gritaba, ¡viva la Patria!!!, acompañado de un ¡¡¡yuuujujuju!!!. Las últimas marchas registradas fue la de los mecánicos y afines, junto a los vendedores de respuestos de autos y motos, ante el anuncio del intendente de que por fin iba arreglar las calles. La marcha fue ruidosa porque los manifestantes llevaban bocinas de autos y de motos que se habían desprendidos de sus vehículos, debido a los pozos callejeros. Le pedían al intendente que no se apurara, que no cobrara al grito, que detrás de los talleres mecánicos y casas de respuestos habían muchas familias que se iban a quedar sin trabajo o por lo menos ver menguados sus sueldos si se arreglaban las calles. Los vendedores de bolsas de nylon también se manifestaron otro día, al escuchar a voceros de la comuna decir que se iba a solucionar el tema de la basura, que la nuestra sería en pocos días la ciudad más limpia del país. - Qué necesidad?, chancho limpio no engorda, y si no qué vamos hacer con tanto stock de bolsas que importamos.- Se quejaban los comerciantes del ramo. Una marcha original fue la de un club de fútbol, con fuerte arraigo en la ciudad y en el país todo, que perdió el campeonato y sus hinchas marcharon en silencio, cada uno con un pollo en la mano y un enorme cartel que decía, "Marchamos al spiedo". La marcha de dejar la ciudad iluminada como está, fue una marcha numerosa, no porque la ciudad estuviera bien iluminada, por el contrario, no lo estaba, era una boca de lobo, como quien dice, pero cuando se enteraron que la Intendencia iba a cambiar las bombitas del alumbrado público y que la ciudad estaría muy iluminada para fin de año, varios colectivos pusieron el grito en el cielo. Los novios de zaguanes, los de las esquinas, las parejitas de jardines brotaban de todas partes transformando la marcha en una de las más grandes de los últimos tiempos. Pedían que se respetaran los momentos de amor, de penumbras, que no se iluminara tanto. Un colectivo que se sumó fue el de los ladrones de casas y autos que no querían luz por nada del mundo. Decían en sus carteles que si habían pasado cinco meses sin cambiar bujias en las calles, que completaran el año, que no había apuro, y que con linternas, celulares y encendedores se veía, que ellos se remediaban. Pero la marcha que rompió todos los esquemas, la más curiosa, la de más gente y la de los carteles más insólitos fue la marcha "Hoy queremos una mentira más". Algunos carteles decían, "No nos cansamos de que nos mientan", "Por favor digan que van hacer algo que no", "sigan así que van bien", "amamos el truco, vivan las mentiras", "Puntas del Sauce Verde, tierra de embusteros", "que el 2 siga mintiendo más que el 1" y tantisimos carteles. La marcha del carnaval, la murga que se marcha, la marcha de Cristina, son marcha para estos días, las calles no estarán vacias por mucho tiempo, aunque el tiempo marcha, también, pronto cortaremos el pan dulce...Marchemos por las frutas secas, que ya no vienen como antes....