Está todo servido...

El nerviosismo era increible, todo el mundo iba de aquí para allá. Quien no daba ordenes preguntaba, y quien no corría, se estrujaba los dedos o se rascaba la cabeza. Todos estaban pendientes de la puerta principal. Los mozos se acomodaban sus chaquetillas, los moñitos, el peinado. Las mesas estaban servidas, fiambres, saladitos, todos los bocadillos de estilo, el vino de calidad. - Repasemos la agenda. - El menú está listo, la ensalada, los pollos, los postres, el vino, los refrigerios... - ¡Ya deberían de estar aquí!. - Tenga calma señor. De acuerdo al cronograma, faltan unos quince minutos. - ¡No puede ser!. - Es. - Repita el itinerario. - A esta hora están terminando de saborear una ensalada con los horticultores. En cinco minutos pasarán a tomar jugo con los citricultores, luego se detendran en el camino a la ciudad a degustar unos arándanos. Cinco minutos más tarde arribarán al Packing para comer algunas naranjas y frutillas. Luego seguirán hasta el Centro Comercial e Industrial para tomar un aperitivo con unos panecillos dieteticos y quesos artesanales. - Entonces aquí van a llegar más tarde, ¡otra que quince minutos!. - Bueno señor, póngale 20’, a lo sumo... - Sumo y sigo nervioso...¿qué más? - Y nada señor, de allí vienen directo para aquí. - ¿El Intendente no los agasaja?, ¿la Junta Departamental, tampoco?, ¿qué hace el PIT-CNT?, ¿las mujeres politicas?, ¿Primer Plano filma en directo?, ¿los de APC no le otorgan ningún pergamino, algún Fausto que les haya sobrado?. - No se ponga nervioso señor, ya llegarán. - ¿Será suficiente comida la que le ofrecemos?, ¿no se quedarán con hambre?. - No señor, además desayunaron en la Agropecuaria un asado con cuero de rechupete, me chusmearon. No se preocupe, recuerde que son cinco y nosotros hicimos comida para veinte... - ¡Ahí vienen!, ¡ahí vienen!. Llegaron los invitados, ¡los inversores extranjeros!, con millones de dólares para instalar industrias, comercios, renovar la granja, el tambo, el agro. Entraron sobándose la panza y los presentes escucharon con hinoptizada atención las palabras de quien parecía ser el jefe de la delegación, quien a viva voz, casi en un desespero, un clamor grupal dijo... - ¡Más que invertir en estos momentos, creo que con todo lo que comimos en la última media hora, primero vamos a depositar!, ¿dónde queda el baño?