jueves, 5 de abril de 2012

Yo fui a la pelota…


A la hora de minimizar errores no hay como nosotros…los uruguayos. Y en el fútbol como en la vida, de una decimos “yo fui a la pelota…”, es verdad, fuimos a la pelota, pero con los tapones para adelante para que el rival sienta que vamos, para que la vida sienta que vamos y para dar un cholazo “pa que se enduque”.
Nosotros nunca tenemos la culpa vamos a la pelota, quedamos regalados, con la amarilla flameando y luego de la macana, con la carita más inocente le decimos al juez, a las circunstancias, “yo fui a la pelota…”.
Y eso nos pasa cuando prometemos algo que no cumplimos, cuando nos pescan in fragantti en una mentirilla piadosa,
- “Cobro y le pago, quede tranquilo”.
- Lo uso y enseguida se lo devuelvo.
- Yo le hago esas gestiones no se preocupe.
- Yo hablo con el hombre y te consigo el trabajo.
- Pasé por casualidad, no sabia que era tu cumpleaños.
- Pagá hoy vos que la próxima pago yo….
- Me cuidé, pero…presiento que algo fallo…
- Yo me hago cargo, eso si, a mi familia no la puedo dejar…
También vamos a la pelota cuando hablamos del prójimo, y con cara de yo no fui, le pegamos un suelazo y miramos para otro lado…
- Parece que apareció el padre de la criatura y la deschavó, tiene un psado bastante movidito esa mina…No sé, dicen que en Montevideo dejó el tendal, acá lo disimulaba lindo, nadie le conocía nada…
- Parece que el hombre toma mucho, que una cosa es cuando habla, y dice conceptos claros en sus discursos, pero cuando toma, el mismo se encierra para no cometer macanas. Me dijo un vecino que una vez agarró la chata de rulemanes de su hijo y empezó a tirarse de la calle alta, a los gritos, dando vivas a su partido y relajando a sus adversarios políticos…
- Vos lo ves, así, muy servicial, pero el almacenero es flor de chusma, no le podés contar nada, enseguida lo reparte. Y si le debés algunos pesos se lo cuenta a todo el mundo…
LA MUJER DEL MAGO TAMBIÉN FUE A LA PELOTA….
Mago de mala suerte, si los hay, es sin dudas, el británico Chris Cox, más conocido como “Crisco”. Resulta que Crisco estaba almorzando, mastique va, mastique viene, hasta que su esposa le confiesa que la carne que se estaban manducando pertenecía a su conejo “Mister Roger”, el que usaba en sus actuaciones. Desde ese día, Crisco duerme con la palomita en la mano, por temor a que aparezca en algún guiso de arroz preparado por su esposa. Con las herramientas de trabajo no se juega….

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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