jueves, 5 de abril de 2012

Las luces malas nunca van a ser buenas...

El Atanasildo iba por tercera vez al boliche del Anacleto, con una bronca que...
- ¿Qué le pasa al gaucho que de nuevo está en el trillo?
¿Y qué me va a pasar?, otra vez una luz mala
- ¿Una luz mala?, pero, su rancho debe de estar embrujao...
- Carcule, no es para menos.
- ¡que desgracia!
- Y no hay de santiguao ni nada de eso, cuando queiro acordar, me aparece la luz mala, apenitas atardece, velay si es una recurrencia...
- Dicen que hay que pedirle al cura la bendición, que eche agua bendita, ¿no ha probado?
- Y me da no sé que, ¿vio?
- Vaya y pida la bendición...
- Lo que voy hacer es comprarle al Anacleto las dos bujias que le quedan, y si siguen dando luces malas, voy y le pido al cura un par de velas, ¡esas si que dan luces buenas!
DE PLATO VOLADORES LA COSA
De tanto en tanto se habla de platos voladores, resurge el tema. Por un casual, lo que sigue es eso, reverberaba la tem{atica esa. Con decirle que el Remigio, que no se calentaba por nada, se puso hablar del tema, y lo hizo en medio de una reunión de experto en Ovnis, UFO y extraterrestre, del boliche de la esquina. Intervino porque realmente estaba aburrido de escuchar tanto bolazos.
- Yo estoy acostumbrado a ver platos voladores, y sin embargo, no ando boconeando...
-¿Ves platos voladores, vos?
- Fresco, nunca, pero, cuando ando medio tocadito, una cantidad...
- Lo que vos ves son visiones, Remigio...
- Los veo pasar por encima, te juro...
- ¿Y vos decís que son platos voladores?
- Si, los que me tira mi mujer cuando llego a casa y me siente olor a vino, ¡vuelan sobre mi cabeza los platos!

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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