El Piruco era como el Tabaré, el de Zorrilla de San
Martín, atenti, porque no se sabía de dónde había venido y usaba vincha como
Forlán, plumas como la Farro y penacho, porque era punk….
Dicen, lo que se
acercaron más a su biografía, que era más o menos como de aquí a la luna, la
distancia de la que pudieron hurgar algo, que en una oportunidad había
nombrado, como al pasar que era oriundo de Tranquera Rota, allá en el norte,
muy al norte de Puntas del Sauce Verde, como quien va para Costa Bizcocho, pero
doblando luego para el lado del Cerro del Porro, entrando por Paso Arizco y
viniendo a salir en el camino del Tiñoso, de allí, unas quince leguas más
adelante está tranquera Rota…
Piruco fue medio
caudillo en su pueblo, según confesó una vez, hasta aconsejaba a quién votar y
todo, hasta que un día aconsejó mal a un hacendado de plata, le dijo que
apoyara a fulano que ganaba con la fusta debajo del brazo, y el hacendado no
sólo lo apoyó sino que además puso, como dicen en las películas…”cien de los
grandes”, bajo la promesa que una vez en el poder le vituminizaba el camino a
la estancia…
No sólo perdió el
candidato, sino el estanciero perdió la plata que puso y se la quería cobrar al
Piruco..” si puedo mañana te pago…” dijo Piruco, y se ve que no pudo, porque
agarró su caballo y se perdió rumbo al sur. Esas fueron las últimas palabras
que le escucharon pronunciar, por allá por Tranquera Rota.
Esta, se dice, cuentan,
que se aproxima más a la verdad de sus orígenes y de su pago natal, y aseguran,
que fue en un asado en la que tomó mucho, que Piruco hizo esa confesión. El
cura del barrio, tiene otra versión de los hechos, porque Piruco, hay que
reconocer, era un tanto religioso, y así como muchos ciudadanos cambian de
partido político, con suma frecuencia, Piruco cambiaba de religión, hasta
encontrar la paz de su alma en la Parroquia de Baldomero, el viejo y querido
cura del barrio. Claro que lo que le confesó al cura, nunca lo vamos a saber,
dado el secreto de confesión, salvo que el Papa Francisco, que suele tener
muchas ideas de cambios, digan que las confesiones ya no son mas secretas, cosa
que dudamos pueda suceder en nuestro pueblo, porque de darse este hecho, y con
tantos pecados que andan en la vuelta, no habrá feligreses capaces de arrodillarse
ante el curo y decir “yo pecador me confieso…”
Un día en un club de
baby fútbol, habló de su niñez, dijo que jugaban con una pelota muy rara, era
una cabeza de vaca forrada de cuero, porque no tenían pinche para inflar una de
cámara y cuero que habían conseguido en Brasil, unos chiveros que pasaron y que
en una colecta la gurisada pudo adquirir.
Dicen que de gurí fue
muy inquieto, ruidoso, no dejaba dormir a nadie en la siesta, porque se ponía a
dominar la cabeza de vaca y pegaba cada pelotazos y largaba unos sapucay de
aquellos cuando hacia un gol, que los perros ladraban sin parar, como si cada
ladrido fuera una gota de lluvia y llovia barrullo, de no creer…
Se supo que en sus
mocedades era bueno pal pial, para la cerveza y para el amor. Con el pial hacia
unos pesos, con la cerveza juntaba coraje y en el amor hacia estragos que
duraban nueve meses recomponerse…
Desde su llegada a Puntas del Sauce Verde,
hizo de todo, trabajó, cantó, jugó al fútbol, vendió quiniela y diarios en un
kiosco y maní en el fútbol. Anduvo
timbeando en algunos lugares sagrados del juego y el chupe, que nadie dice que
ha visitado pero que todos saben donde quedan.
Hace poco abrió un comercio y al poco tiempo
lo cerró, dijo que tenía que guardar energía y plata para plantar y vender
marihuana, y si le fallaba ya iba a pensar en los arándanos y la soja, y si no,
agarraba y abría un club político, alguien lo iba a bancar, teniendo en cuenta
que se vienen dos años corridos de elecciones, para esto y para aquello, así
que el tuco estaba ahí….
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