En facebook, en lo encuentros callejeros, en las reuniones familiares, de trabajo, en las expresiones publicas de nuestros dirigentes políticos, se intenta reflotar la mística frenteamplista, dar ánimo, buscar las razones de la derrota.
Se habla de hacer una profunda autocrítica, analizar, saber cuáles fueron los errores cometidos para perder el pasado domingo, qué se hizo mal.
Se pone énfasis en que no hay que buscar culpables, que no es cosa de descalificar a nadie ni hacerlo el chivo expiatorio. Esta bien, el consenso es ese y si la mayoría de los frentamplistas piensa así, está bien. Hay que volver a empezar, recomponer la marcha, fortalecer la unidad, mirar al futuro.
Nosoros no buscamos culpables, ellos lo encontraron, y es así compañero. Porque tenemos que admitir que inteligentemente plantearon la campaña electoral, no fue contra el Frente Amplio, no fue porque no se hicieron cosas en este período, se hicieron; muchas de ellas vinieron del gobierno central y la Intendencia las canalizó, en buena forma, lo importante era hacerlas, y se hicieron.
Entonces, tuvieron un objetivo en la mira y le tiraron desde todos los ángulos. El blanco a derribar era Ramón Fonticiella, lo siguieron, le apuntaron y le pegaron, así de sencillo.
Fueron inteligentes en polarizar la campaña, en decir que la cosa era entre Fonticiella y Coutinho, que los blancos no contaban. Y por más de alguna bravata de dirigentes nacionalistas, se instaló en el pueblo salteño esa disyuntiva, la cosa era entre Germán y Ramón. Para colmo el encuestador que asesoraba a Ramón una y otra vez, marcó que la cosa era así, y al final de cuentas el pueblo frenteamplista se fue convenciendo que la cosa era entre Germán y Ramón.
De Felipe Mutti y de Daniel Dalmao lo único que podían decir es que “juntaban votos para Fonticiella, que votar a Mutti y Dalmao era votar a Fonticiella”. Machacaron en eso, así se fueron convenciendo todos, y fundamentalmente DECIDIENDO TODOS.
Y mientras Germán Coutinho avanzaba a pasos seguros, mas de una vez le dijimos a los compañeros, que por nuestro trabajo, nosotros y los colegas, percibíamos que Malaquina crecía en los barrios, que Coutinho crecia en todas partes, poco menos que nos insultaban, nos tiraban los famosos 15 puntos por la cara. “Aún si se juntan no nos ganan”, “en Salto hay Frente para rato”, “no llegan, ni ahí”. La publicidad de Malaquina fue inteligente, la de Coutinho combativa y su mensaje final llegó aunque no nos guste.
Fonticiella por su parte, tal vez porque llevaba el peso mayor en la campaña, porque le daban palos de todos lados, porque era el gran favorito, comenzó a cometer errores, se mostró nervioso, no solo ante los medios de prensa, sino hacia adentro del FA Y ESO SE FUE PERCIBIENDO, la gente se da cuenta cuando algo no está del todo bien.
Y bueno los que polarizaron la campaña, lo que buscaron un blanco y lo encontraron, el blanco fue Fonticiella. La jugada les salió bien y ganaron.
Si eso no lo vemos, si no lo ponemos sobre la mesa, estamos dejando de lado una parte del análisis. Y si lo ponemos en la mesa y lo descartamos después porque no es relevante, está bien, pero por lo menos pensemos en estas cosas por un ratito.
CARLOS MARÍA CATTANI
- CAMACA -
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