La difusión de la cultura, el desarrollo de la misma y la demanda, el consumo del público de las diferentes expresiones artísticas y culturales tiene también su pata en la economía. La cultura es una actividad que genera importantes economías externas como potenciador del empleo, por ejemplo y como catalizador de otras economías como el turismo.
El programa del Frente llama a “continuar con las tareas de: Apoyo a gestores públicos y privados en la difusión de bienes culturales y generación de empleos directos e indirectos. Incentivo y búsqueda de los talentos del departamento, que la cultura a transmitir sea por parte de gente idónea, que rescate los mejores valores nacionales y vayan al fondo de la razón de la existencia del arte”.
Pero, también enfatiza en: Propender a la innovación, apoyo y reconocimiento de la tradición e identidad.
Y tiene como objetivos:
“Promover la generación de mano de obra en los agentes culturales,
Impulsando su desarrollo y autogestión
Complementar las políticas específicas de cultura con el área de Turismo
Acompañar las iniciativas privadas de promoción de nuestra cultura
Estimular y posibilitar la profesionalización de los agentes culturales,
tanto en la parte artística como gestión y marketing.
Tender a la conformación y consolidación de un público local ávido a los
acontecimientos artístico-culturales.
Educar para el consumo, para el sano aprovechamiento constructivo del
necesario y vital “tiempo de ocio”
Pero debemos de decir que más allá de la relación conceptual entre la cultura y la economía, hay que realizar un nuevo enfoque orientado hacia el análisis de lo que podría ser denominado el sector económico de la cultura.
Comenzar a explorar y a desarrollar algunas cosas de esas implicaciones del sector económico, cumo la generación o identificación de indicadores cuantitativos y estadístico, el diseño y ejecución de una política económico-cultural, las estratégias de eslabonamiento del sector económico cultural con otros sectores económicos y, en fin, aquellas acciones que llevan al reconocimiento integral de la cultura como un motor de crecimiento y desarrollo económicos.
Desde otro punto de vista, el análisis de los impactos económicos de las políticas culturales puede constituirse en una herramienta muy útil para evaluar los resultados de una inversión en una determinada actividad concreta y sirve tanto para evaluar programas y políticas culturales determinadas, como para poner en marcha nuevas estrategias de cara al futuro, tanto desde el ámbito público, como desde el privado.
El de las economías culturales es un campo muy amplio y seguramente que los sucesos se irán encadenando y transformando a este presente, se abre un ancho horizonte, de los actores culturales, de los gestores, públicos y privados, dependerá el desarrollo de las economías culturales y de las ofertas artísticas que logren seducir al público y provocar una demanda constante, hay mucho por hacer en este campo, hay que empezar.
Los artistas salteños no pueden estar ausentes ni remisos en este proceso.
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