Balance y Perspectiva
Lista 1001 da su visión sobre las elecciones departamentales
El 09 de mayo los salteños determinaron que el FA no sea nuevamente gobierno a nivel departamental. Y a partir del 08 de julio esta situación convivirá con el hecho que somos gobierno a nivel nacional y oposición en lo departamental.
Los comunistas entendemos que se debe dar un análisis autocrítico, profundo y responsable de la derrota, que permita asumir las condiciones objetivas de esta nueva etapa. Este debe contener no solamente lo sucedido puntualmente el 9 de Mayo o en las semanas previas al acto eleccionario, debe transversalizar la discusión en el proceso de estos últimos cinco años, desde una perspectiva nacional con proyección departamental, con especial hincapié del papel de nuestra fuerza política inserta en las masas.
En el 2005, el Frente Amplio asume el gobierno con el compromiso de llevar adelante un programa por el cual fuimos electos. Esta alternativa, tras décadas de gobiernos tradicionales, de claras políticas antipolulares, generó en la población una importante expectativa en el avance de nuestro pueblo a través de cambios profundos que posibiliten una verdadera justicia social. La gestión nacional se caracterizó por un alto contenido en políticas sociales que tendieron a lograr la equidad en las capas más desfavorecidas de la población. A su vez la política económica continuó en cierta medida en la misma línea que se venía de anteriores gobiernos, estableciendo medidas, como el caso de la aplicación del IRPF, gravando en forma diferenciada el capital, recayendo sobre todo en las capas medias. También influyeron en forma negativa la aprobación de la Ley de Educación, que no reflejó, lo planteado desde el campo popular. En el mismo sentido la no anulación de la Ley de Caducidad, fue un retroceso en los avances de los Derechos Humanos en el Uruguay y golpeó fuertemente sobre los ánimos de los militantes frenteamplistas que tienen en esta causa una bandera histórica de lucha.
Algunas de estas medidas no ayudaron a la acumulación de fuerzas, si no que han desacumulado en la dirección de proseguir por un camino de cambios profundos. Estas carencias en la gestión, sumados a un distanciamiento con la ciudadanía, se traslada también a nivel departamental, sobre todo teniendo en cuenta la influencia en lo local de las políticas nacionales. En una elección departamental diferenciada en el tiempo, se agrega a la problemática nacional, la incidencia de los errores propios amplificando los aspectos negativos.
Tuvimos en estos últimos tiempos algunos indicadores que nos ponían en alerta, como fueron las elecciones internas, que aquí en Salto posicionó al FA segundo por debajo del Partido Nacional, con una diferencia de 872 votos. Para una fuerza que está en el gobierno, estos valores muestran un grado importante de desmovilización y desmotivación. Luego en las elecciones nacionales, no logramos el objetivo de ganar en primera vuelta, acá volvemos a ver que todos los avances y cambios producidos, no habían “prendido” conscientemente en la ciudadanía, pero además con las medidas de gestión descriptas anteriormente, las cuales contribuyeron a este retroceso. En Salto, particularmente el haber obtenido 16512 votos por encima del Partido Nacional, nos supuso una clara victoria en las departamentales, generando un estado de triunfalismo, que se expandió al casco militante más próximo.
Nuestro gobierno departamental, de arranque se despega de la fuerza política, en algo tan importante como es la elección de las responsabilidades ejecutivas de la Intendencia, responsabilidades que cayeron en personas con escasa o nula participación en el Frente, dimensionado con la controversial designación del hijo del Intendente en un cargo de Dirección. En estas decisiones primó la adhesión personal a la figura del Intendente antes que a la fuerza política. De allí en más –sobre todo en los primeros años- se gobernó prácticamente en “permanentemente conflicto” (con el gremio, con algunos ediles, con algunos periodistas, con algunos sectores del FA, con la gente por las políticas en el tránsito etc.). Esto fue creando opinión pública , la cual utilizó la derecha a través de los medios de comunicación y en particular algunos comunicadores , que estuvieron en permanente estado de agresión a la gestión municipal y por consiguiente al Frente Amplio en su totalidad.
Muchas de las decisiones importantes se tomaron sin que el FA lo pudiera discutir para orientar o esta se tuvo que dar ya sobre hechos consumados, lo que constituye un grave error político.
El relacionamiento Ejecutivo-Fuerza política, es de primordial importancia para defender un gobierno adjetivado “de todos”. El modo de proceder ante definiciones de carácter político, que se redujeron a la decisión del Intendente, su sector y en ocasiones con la complicidad de algunos otros sectores, llevaron irremediablemente a un debilitamiento político de la defensa de un “gobierno que había sido conquistado por todos”.
A pesar de promover la participación en el discurso, en los hechos esta no fue de la profundidad que un gobierno de izquierda debe aspirar, limitándose a la visión proveniente desde el Ejecutivo. El llamado “presupuesto participativo” distó mucho de serlo, por lo mínimo del porcentaje destinado, así como por la forma en que los delegados del gobierno trataron siempre de incidir en la toma de decisiones por parte de la gente que participaba en las “coordinadoras vecinales”.
Algunos cometidos básicos de todo gobierno departamental no fueron resueltos correctamente. Ejemplo: caminería rural y el estado de las calles en los barrios.
A los militantes frenteamplistas se les exigía-por parte del ejecutivo-la defensa permanente del gobierno. Esto-que en principio es correcto-no puede ser la única función del FA. El FA debe apoyar, pero además orientar, proponer y controlar a su gobierno. Para que un militante sienta como propio al gobierno debe saberse parte de él. Estos aspectos incidieron en la desmovilización del FA y en la poca actividad de sus Comités de Base. Es de destacar también la no consolidación de la dirección departamental del FA como conductora de este proceso y el poco involucramiento de los distintos sectores con el funcionamiento de toda la estructura frenteamplista. Parece que nos hemos dedicado más a promover nuestros sectores que al FA; nuestras propuestas y candidatos más que a formar dirigentes políticos.
La interna de la fuerza, se vió constantemente sacudida por las frecuentes desviaciones, sobre todo de ediles que accedieron a una banca a través de acuerdos sectoriales, pero que no tenían una vida interna en la fuerza, los cuales trasladaban la discusión hacia los medios, con un claro propósito de protagonismo personal, desconociendo todos los mecanismo que tienen el Frente para canalizar diferencias. Estos hechos abonaron aun más la campaña mediática contra el FA, llevada desde algunos medios. A su vez las luchas intestinales que se daban en algunos sectores, fueron dificultando la tarea militante. En estos últimos años vimos con gran preocupación, la aparición de proyectos personales dentro del Frente, que anteponían a lo colectivo. aspiraciones particulares; si bien esto para fuera de la fuerza no fue significativo, para la interna, para nuestros militantes, trasladó preocupación sobre todo en anteponer lo personal sobre lo colectivo.
Si bien, previo a la campaña electoral se realizó y firmó un compromiso, que entre otras cosas establecía criterios a manejar en el transcurso de la campaña misma, estos no se respetaron cabalmente, sobre todo en la defensa del Frente Amplio como gobierno y no por el gobierno de tal o cual. Los comunistas no tenemos proyectos personales, por eso en esta campaña destacamos aspectos como positivos, como fue, la recuperación financiera de la Intendencia (recordar que se la recibió prácticamente fundida del gobierno colorado); el apoyo y la coordinación con el gobierno nacional de las políticas sociales, apoyo a emprendimientos productivos, llamados para cubrir vacantes por sorteo y/o concursos. Las diferencias sustanciales de gestión la canalizamos en la interna y hay muchos ejemplos de esto.
En los días previos a la elección departamental, estuvimos invadidos por un excesivo grado de confianza, de que sin mayores inconvenientes seríamos nuevamente gobierno. Este nublamiento político nos llevó a no ver el trabajo que se venía haciendo de parte de los partidos tradicionales y en particular del Partido Colorado, aquietó nuestra movilización. La mimetización del P.C., no solo con los colores emblemáticos del FA, sino con su forma de relacionarse con la gente, su estructura, copiando a los comités de base, sumado a una presencia mediática voluminosa, contribuyó al resultado del domingo 9 a la noche.
En este escenario debemos de ser lo más preciso posible a la hora de evaluar resultados, no podemos caer en el análisis numérico que nos dice que el FA votó más que en el 2005. Realizando un ajuste real de la incidencia del crecimiento de los votantes, tenemos:
| 2005 | 2010 | | | ||
| Votos | % | Votos | % | Diferencia | Real |
FA | 30685 | 39,06% | 33693 | 40,34% | 9,80% | 1,28% |
PN | 28541 | 36,33% | 10401 | 12,45% | -63,56% | -23,8% |
PC | 16687 | 21,24% | 35027 | 41,93% | 109,91% | 20,64% |
PI | 466 | 0,59% | 597 | 0,71% | 28,11% | 0,12% |
En Blanco | 1488 | 1,89% | 1941 | 2,32% | 30,44% | 0,43% |
| | | | | | |
Totales | 78553 | | 83527 | | 6,33% | |
Es decir, que para una fuerza política que está en el gobierno, y en la que pensamos que hicimos correctamente nuestra tarea, con los mejores recursos, tanto humanos como presupuestales, el haber solamente crecido un 1,28 % y haber perdido el gobierno es un fracaso a todas luces. Fracaso sobre todo ideológico, por que más allá del escenario del 2005, los números traducen que el departamento no se desarrolló en forma real para que la ciudadanía pueda percibir los cambios y defenderlos. Y no anteponemos en nuestro análisis elementos subjetivos como la simpatía, la soberbia o cualquier otro adjetivo que se han estado manejando. Seamos objetivos, la gestión del gobierno del Frente Amplio, no cautivó al ciudadano salteño, para volver a confiarle un nuevo gobierno.
Como partido comunista, constructores del Frente Amplio desde una visión convergente y de elevado análisis político, estamos convencidos que todo esto es posible revertir. Para eso debemos ir a “beber en las fuentes de la unidad y principios frenteamplistas”. El FA nació, creció y llegó a ser gobierno por ser portador de esperanza que es posible un país y departamento distinto. Es posible una sociedad más sana, solidaria, que crezca pero que distribuya equitativamente ese crecimiento.
Es posible gobernar de forma diferente, con honestidad, austeridad, anteponiendo siempre los intereses del pueblo a los particulares, no pretendiendo “hacer la nuestra”. “No estamos aquí para hacer plata” le dijo Mujica a su equipo, nosotros debemos tomar nota de eso. El FA se formó-y debe seguir siendo-como una fuerza distinta a los partidos tradicionales. Por tanto si nos vamos pareciendo a ellos dejaremos de ser portadores de esa esperanza.
Hoy se habla mucho de la necesidad de modificar y actualizar la estructura y el funcionamiento frenteamplista. Para nosotros esto lo resolvemos con más Frente Amplio, más Comités de base y estos repletos de compañeros participando. El cro Brovetto (presidente del FA), dijo que “vamos a abrir las ventanas para que entre aire fresco al FA”. Compartimos eso, pero nosotros “también queremos abrir las puertas del FA para que entren muchos frenteamplistas a participar”. Debemos generar las condiciones para que los Comités sean espacios agradables, disfrutables y atraigan a nuestros militantes. Sin dudas que eso será posible si el aporte de los compañeros y sus resoluciones se convierten luego en decisiones del FA, si cada militante se siente útil porque lo que propone se refleja posteriormente en la línea y accionar del FA.
Compañeros, tendremos 5 años de gobierno del partido colorado en Salto. Nosotros deberemos estar alertas y ser defensores de todos los avances que el pueblo salteño conquistó en este período. No podemos permitir que por el accionar de este próximo gobierno tengamos un retroceso en cuanto a esas conquistas. Debemos promover la movilización popular en la defensa de sus intereses, mantener lo actual y conquistar más derechos.
Si logramos esto, en 5 años más podremos gritar bien fuerte: “Habrá más, pero mejor gobierno frenteamplista en Salto”.
Hasta la victoria, siempre.
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