Vino el Mouse Pérez y se lo llevó

A mi chiquita de cinco años se le cayeron dos dientes en los últimos días. Al principio no se quería reír, luego, sus dos hermanos, un poco mayor que ella, la convencieron que no sólo le iban a crecer de nuevos los dientes sino que los próximos iban a ser de “Yogurt”, ya que los que se le cayeron eran de leche, y “ lo que te salgan nuevos van a ser más caros y mas lindos”, dijo Alfredo, “si, ¡van a ser de yogurt!”, exclamó Carlitos, agregando un “buenazo”, súper convincente.

“Te van a dejar plata los ratones”, dije en un tono que luego me arrepentí porque puse dinero a una conversación inocente.

- Si, si, el ratón Pérez te va a dejar plata como nos dejó siempre a nosotros.

- ¡Que tipo bueno es el ratón Pérez!, ¿no?. Dije en otro desubique.

- El Mouse, papá, el Mouse.- Dijo Carlitos.

- ¿El Mouse?

- Si, ¿no sabés que es Ratón en inglés?, me recriminó la propia Isa, en un tono informático que intenté asimilar con una sonrisa, bastante tonta, dicha sea de paso.

- ¿Vos sabés papá cuál es el animal que tiene más dientes?

- ¿El cocodrilo?

- No, frío, frio.

- ¿Un dinosaurio?

- Más frío todavía, animal vivo, papá, vivo…

- ¿Una piraña?

- ¿Te rendís?.

- Si.

- El Mouse Pérez, bobo.

¿El ratón Pérez?, si los ratones no tienen muchos dientes..

- El ratón Pérez tiene los dientes de todos los niños del mundo, ¿no sabés?, es el animal que tiene más dientes.- Dijo Alfredo dejándome sin respuesta.