Marcelo Cattani Estudio Fotográfico
¡DIEZ AÑOS "ESCRIBIENDO CON LA LUZ"!
"La palabra fotografía viene de dos antiguas palabras Griegas: foto, para "luz," y grafía, para "escritura." "Escribiendo con la luz".
Esto que sigue es la historia de cómo un profesional de la imagen se enfrenta al reto de construir significados con las luces". Han pasado diez años y en el papel del tiempo ha quedado estampado en forma indeleble el lápiz de imagines de este fotógrafo que escribe con la luz cosas impregnadas, de vida, de amor, que registra con la misma intensidad la risa y el dolor de un mundo que muchas veces no se mira asimismo. Diez años de un Estudio Fotográfico es un paso grande, pero, grande también será el siguiente porque el "Equipo todo terreno" que secunda a Marcelo Cattani está tan compenetrado en la tarea, es tan creativo que linda en lo insaciable. En estos diez años, es bueno tomarse un respiro y contemplar el camino andado, cobrar fuerzas y desafiar a los tiempos que vendrán. Y eso sólo se logra con el apoyo de la sociedad salteña, de sus instituciones, de sus medios de prensa, de los hombres y mujeres que creen en el trabajo, en el profesionalismo de alguien que por amor al arte "Escribe con la luz"
“Y aprendí de las aves
la sedienta esperanza
la certeza
y la verdad del vuelo”
- Pablo Neruda -
El arte de la fotografía tiene un nombre…
Cuenta la leyenda que un día andaba inquieta la vocación. Se miraba sin cesar, soñaba con tener alas, con volar, con realizarse. Era persistente, devoradora, intuitiva y movediza. Un día, como si cargara un pesado fardo, se hizo al camino, empujaba y empujaba su carga, con la fe de los que creen, con las ganas de los que saben y el valor de los que aman.
No lejos de allí, el talento despertaba. Todo lo veía con la simetría de sus ojos, el mundo encuadraba a su leal saber y entender. Todo tenía razón de ser y estaba perfectamente ordenado, lo supo desde el primer momento. Veía lo que otros no podían, no entendían o no sabían.
La calle Piedras, una tarde vio salir a un jovencito, apasionado de su tiempo, de la vida, de los sueños. Un joven inquieto, curioso, observador, intuitivo. Con pasos largos, firmes, seguros, subió el largo repecho con velocidad pasmosa, casi sin cansarse, como no se cansan nunca aquellos están convencidos de lo que hacen.
Quiso el destino que una cámara fotográfica llegara a sus manos, le propusiera un mundo de magia y fantasía, un mundo donde se puede crear, recrear, documentar y el joven aceptó el reto. Alguien dijo que ese día encontró su profesión.
Pero el joven supo en ese instante, apenas levantó sus ojos que caminaba hacia él, se apoderaba de su cuerpo y alma, la vocación, aquella que tiempo atrás soñaba con tener alas, realizarse… El talento rondaba desde siempre, de golpe perdió su timidez y confluyó con la vocación y la profesión, para sumergirse en ese lago sin igual de la pasión.
Desde entonces el arte de la fotografía tiene un nombre en Salto: Marcelo Cattani.
- CAMACA -
“Quiero una buena imagen”
Es la exigencia que hacen todos a la hora de requerir los servicios profesionales de un fotógrafo. Y se supone que la buena imagen es la que se vale por si misma, pero depende del propósito…fotográficamente puede ser una buena imagen si tiene buena luz, buena composición, y "buen momento", como diría Bresson. Alguien podrá agregar, y estará acertado, que para ser considerada una buena imagen, tendría que tocarte lo suficientemente para hacerte sufrir, o llorar, para hacerte reír, gozar, pensar, que te haga algo, que no te resulte indiferente.
Risas y llantos del mundo
"Tus fotos me han impactado mucho", se escucha a menudo. Es el mejor elogio que se le puede hacer a un fotógrafo. Y quien lo dice mira un álbum con las fotos del bautismo de la más pequeña de la casa, de la abuela en su poltrona, del tata, mate en mano. De los 15 años de la más bella de la familia, del casamiento del mayor de los hijos. De las gestas deportivas del mimado de la familia. Son tantas las escenas posibles de buenos momentos, como actividades y acontecimientos se realicen. Hay otras fotos que también impactan y que parece que nos producen, "un rasguño en los ojos, un golpe en el cerebro y un desconcierto en la conciencia. Son imágenes que no permiten hablar del encuadre, del foco o de la dirección de la luz. Son tan claras y tan reales que la técnica que las ha hecho posibles esta oculta, la técnica existe como un soporte transparente que solo permite ver el contenido".
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