sábado, 25 de abril de 2015

Todos llevamos un griego adentro




Hoy me levanté hecho un filósofo (¿seré un filosofo de sartén que solo sirve para romper los productos calcáreos de las gallinas…?).
 Con un aire de Sócrates fui al baño, me lavé la cara y rumbié para la cocina. Allí, como, Platón, me preparé un mate. Cierto es que Platón no tomaba mate, pero si lo tomara, seguro que lo preparaba así, de esta manera.
Me puse a pensar como Aristóteles, prendí la radio, ¿cómo Tabaré Cardozo o cómo Tales de Mileto?. Prendí un cigarro como Pitágoras, hice zapping en el dial como Anaxágoras. Salí a la vereda a ver como barrían las vecinas como Anaximandro . Saludé al vecino que volvía de parranda como Empédocles.
 Me senté con las alpargatas en chancleta como San Agustín, que no tenia alpargatas, es cierto, pero si chancletas, unas monjitas de la caridad que hablaban y hablaban.
En fin, con esos aires filosóficos, “debajo de un considero me puse a considerar”. Y es como dijeran Stoll y Meyer, cuando hablaban de lo considerado que debe de ser la consideración del momento a considerar. O como Frank Mortimer, que decía que lo considerable se considera, si se puede. También Iñigo Solari abundaba en detalles de lo considerable y lo inconsiderable.
 El Pardo Ayala, filósofo del boliche de la vuelta, y no andaba con vuelta (redundantemente lo digo)  cuando decía, “mire mi amigo, si tiene que considerar, considere, y si no juegue al casín”.
También la Petronila repetía a menudo, ¡ay, usted no me considera!, pero yo soy, ¡ muy recatada!!, “rescatada, Petronila, rescatada, de varias cobijas ajenas, por su marido, no confunda!!!.
Mujica tiene algo de griego también, el pelo ensortijado, por lo menos, y el talón de Aquiles, que como te dice una cosa te dice otra….
En fin, uno admite, comparte y pretende, ser portador de un espíritu griego, y es bueno hablar de Grecia, porque hablar de la diversidad cultural. Hoy como está el mundo, con lo caro que valen las cosas, seguramente si un griego contara el cuento de caperucita roja diría, que pocos productos le llevaba a su abuelita, y es que la canasta familiar, está tan alta que hay que tener tres sueldos para alcanzarla, por más que Astori sea el nuevo Platón.
El ágora de los griegos era un lugar al que siempre nos gustaría volver..
-       Allí ningún abogado te diría, yo sé de leyes, usted no….- Seguro que don Pablo Javier Bengochea le respondería, yo no soy abogado pero se de Leyes, a veces lo pongo y a veces, no….
-       Es como si José dijera, yo soy carpintero, y usted no, no hable si no sabe hacer banquito…
-       No voy a saber, Tabarez siempre me lleva de suplente (Gastón Silva).

Un consejo, de este filósofo, por hoy nomás lo digo, porque mañana me puedo levantar con aires clásicos, o con aires poéticos, o con aires musicales, o con aires de buseca, porque me invitaron a una esta noche. Pero no hablen de la diversidad en tiempos electorales, porque hay una unidad de respuestas, arriba de la tribuna “unidad en la diversidad”, abajo, “diversos descalificativos unánimemente dichos, por los que piensan diferente a ti”. “Te vi o no te vi, esa es la cuestión”, dijo el filósofo Orcasitas, viendo a su cuñada alejarse en la moto con su patrón….

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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