Pescadores mentirosos siempre hubo y uno aprende de cada uno, de los que tiene cerca. Por eso un día que Albertino fue a la iglesia y le dijo al cura,. Me vengo a confesar Padre de todos los pescados que cometi...”
- Pecados querrás decir, hijo mío...
- No padre, pescados, que dije que saqué y en verdad eran muchos más chicos que las medidas que les daba y de los kilos que decia, a mis amigos. No le digo que transformé una mojarrita en un surubí, pero anduve cerca, se parecían a dorados de tres kilos y cuestión...
- En verdad Albertino, no son pescados cometidos como decís, sino pescados acometidos...
- Si, Padre, pero usted sabe que yo siempre reconozco mis pecados y esta vez le digo bien, pecados...
- Si me acuerdo cuando me dijiste una vez que habías cometido el pecado de la carne y que yo alarmado te pegunté qué hiciste, y ¿qué me respondistes vos, del pecado carnal cometido?
- Que esa vez también me habia comido la chuleta que era para mi mujer, pero, tenía mucha hambre esa noche...
- ¿Y cuando te sacaron el premio de aquel concurso?, ¿por qué fue?
-Pero no fue mentira padre, fue aquella vez del Fenómeno del niño, se acuerda, una sequia más grande que las de mi bolsillos, estaba más seco el río que Batlle en el 2002. Y bueno Padre, por calendario nos tocaba recibir a los pescadores de la región en una nueva fecha del campeonato, y era un hilito de agua, más finito ese hilito que el bikini de mi vecina, que es una nadita... el bikini, porque la vecina es todita...voluminosa.
Era pesca de embarcación, pero como estaba tan bajo el río, se hizo de a pié. Yo encontré en el espejo del río una olla, donde había un surubí enorme, ni lo pesqué, lo saqué con las manos y el bicho me miraba como diciendo, dame un mate por lo menos, ¡tengo una sed! Y yo le puse unas piedritas adentro y cuando lo pesaron fue la pieza más grande y más pesada...Me dieron un gran trofeo..
- Pero fue una trampa hijo, ¿te descubrieron, verdad?, tu me dijiste que te quitaron el premio...
- Casi, padre, sino fuera por el viejo Tolentino que argumentó a mi favor.
- ¿Qué sucedió?
- Y que como buenos pescadores en la cena de cierre de la etapa, nos pusimos a contar historias y a tomar vino, casi amanecimos sacando pescados de mentira y tomando vino de verdad..
- ¿Y?
- Y no va que uno de los organizadores dijo, se nos terminó la comida y nos queda mucho vino, lo que hay es el pescado de Albertino...
- Abrilo nomás dije yo...No va que lo abren y estaba lleno de piedra, fue el pataleo de los pescadores, querían sacarme el premio que era lo único que podían sacarme en esos momentos porque la comida ya me la habia manducado y el “combustible” estaba en la bodega, ¿me entiende, Padre?. Fue ahí que el viejo Tolentino argumentó a mi favor, dijo que en tiempos de mucha sequia, los peces de rio comen piedra y que él varias veces había sacado bagres que habían comido piedra, que en sus tiempos mozo pensaba que se le rompia las vesiculas a los bagres se le saltaban las piedras, pero ya de veterano pescador se encontró con muchos pescados con piedras en el estómago y era que cuando peces tenían mucha hambre y como no había alimentos en un río tan bajo, se comían piedritas para ir tirando. Es más dijo que una vez que casi no había agua en el río, el había pescado más de 20 bagres, que los abría y largaban piedra, pero tanta piedra que dice que aprovechó para hacer un contrapiso en el patio...
Muy buen blog.
ResponderEliminarSaludos,
Postes de madera