Eligió la palabra como una trinchera de lucha, para ganarse los sueños por asalto, para contar los miedos y las humanas pasiones. La eligió tal vez sabiendo que de él quedaría lo dicho y lo hecho, páginas de ires y venires que nos siguen diciendo que el periodismo es oficio valientes cuando se narra desde las verdades
Aquí la voz desgarrada, cascada de tanto grito para despertar al alba, aquí su nombre de periodista cierto, de periodista comprometido con la historia del tiempo que le tocó vivir. Su palabra seguirá encendiendo las mañanas de las mujeres y hombres que leyéndolo viven a través de él y de todas y todos los que andan construyendo juntos el mañana que necesariamente habrá de venir.
Daniela Saidman
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