El maestro, poeta y periodista fraybentinos, Javier Dos
Santos comentó el libro de poemas del salteño Fernando Rocha. Rocha, docente de literatura, es una de las
voces más importantes que han surgido en los últimos tiempos en las letras de
nuestro departamento.
COMENTARIO SOBRE “ESQUIRLAS”
Dos Santos, dice: “Estamos frente a un libro que da gusto
leer. Esquirlas es un libro recopilatorio de los dos primeros poemarios de
Rocha y de poemas nuevos que completan perfectamente el mismo. Está, por lo
tanto, dividido en tres partes. La última corresponde a los nuevos textos y las
dos primeras a “Umbral anacoreta”, 2004 e “Inexorable Bienvenida”, 2007.
Lo que se siente al leer este libro de un tirón es lo que
merece ser rescatado, es de lo que deseo hablar. Excelente poemario, está
estructurado en versos breves, en poemas breves pero sólidos, amenos,
punzantes, a veces, amorosos, otras.
Se puede establecer como una poesía del hacer cotidiano. Para
ser leído en una reposera en una agradable tarde de primavera. Porque la poesía
de Rocha no tiene malditismo, no trae golpes bajos, ni dolores intensos, aunque
sí trae dolores, soledades, amores y despedidas pero asordinados por el buen decir, por la suavidad de la
palabra que tan bien maneja. No vamos a encontrar ripios incestuosos ni
marejadas de metáforas hirientes, pero se disfruta con un placer lavado,
sucinto pero no indiferente a los temas clásicos de las ausencias, las penas y
las desilusiones. Es básicamente optimista, dulce y agraciada.
La primera parte recarga las tintas sobre los consabidos
temas del tiempo: la tarde, la noche, los lunes, la hora y varias referencias
ineludibles a esta temática. Aparece también el ser en busca de respuestas,
perdido e inocente en un mundo que no logra asir, como en el poema
“Montevideo”. También la libertad y la esperanza trasuntan las páginas y llegan
a personificarse como un gastado afán de necesidades demiurgas.
Es una poesía amable pero profunda a la vez. La muerte
aparece, de reojo, Rocha no la deja entrar con claridad. De soslayo aparece su
propia muerte mencionada pero no le da opción a afirmarse.
“Decir” es un gran
poema y abre la segunda parte. Aparece allí la necesidad de la palabra, de la
vida a través de la poesía: “Se me antoja/ la palabra...” es un gran comienzo.
Referencia históricas brillantes: “..quizás Pitágoras/ jugaba a ser Dios”. En fin,
mucho más para decir. Fernando es un amigo, lo demás sería injusto porque
primaría mi subjetividad por el afecto y la admiración. Recomendable.
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