"!Si el vino viene, viene la vida!", se oía en la radio...
Será por eso que me puse a cantar a dúo con la voz del eter, "Si el vino viene, viene la vida".
Esta filosofía guaranistica, horaciana y popular, también la sostuvo el sabio autodidacta griego Litrito de Zucosecha, isla vitivinícola famosa en el Siglo VI A.C.. Pero el griego más que volver en vino, volvía en curda, porque se quedaba a dormir la mona en la casa de una Kurda, muy buena moza y muy comprensiva además, que siempre le perdonaba sus alejamientos para beber.-Que Litrito le eche nomás, que llene los vasos, ¡total, siempre vuelve con esta Kurda (decía orgullosa la mamúa, digo la Kurda).¡El vino!, la vida del hombre hubiera sido muy distinta si no existiera. Claro que existe, y desde luego, cada vez se le descubren nuevas propiedades, con lo que los bebedores se sienten cada vez mejor.La otra vez fui a visitar a un amigo, justo llego cuando el tipo estaba descorchando un vino de mi flor. Me lo dio a probar y me quedó el gusto por largo rato en el paladar.- ¡Que cuerpo tiene este vino!, le dije, - la botella estaba vacía ya - ¿no tenés otro?, le pregunté.- De este no, tengo un abocado que no sabés lo que es.- ¿Qué marca?- Marca yerno. El desgraciado está abocado en tomarme todo el vino que tengo....
- CAMACA -
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