Misal de la virgen
-Usted nunca tuvo hijos.
-No. Aunque, un día, cuando era chica, surgieron de mí, de mi pelvis, tres lagartos. En cartílago grueso y anillado. Tres.
-Eh.
- Sí. Iban por la hierba. Al parecer tenían ojos, pero no pude saberlo. Se hundieron en el piso.
-Oh.
-No volvieron nunca. En el momento de la parición, salían de mis pechos (del izquierdo y del derecho), una gotita de sangre y una gotita de leche.
-...!
Y ella quedó impasible. Y aunque era completamente blanca, pareció lo que siempre había parecido:
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