sábado, 14 de noviembre de 2015

Carta a un pozo

Querido pozo, como tuve que salir de la ciudad, no te vi en los últimos días, pero, me imagino que estarás bien, creciendo cada vez más, como es tu costumbre. Hace tres meses surgiste de la nada, pero enseguida sintonizamos, tuvimos feeling, por tu picardía, buen sentido del humor, amigo de los chistes y de la risa fácil, me haces acordar tanto a las viejas películas del Gran Charles, del Gordo y el Flaco, las de Los Tres Chiflados, aquellas de golpes y porrazos. Seguro que a más de un auto le habrás aflojado los elásticos, engañado algún motonetista, algún ciclista, y como decía Martín Fierro, “los pialabas contra el suelo”, porque los distraídos te veían playito, o no te veían, y vos, los esperabas en el medio de la calle con tu bocaza abierta y….¡gringo al suelo!. De vez en cuando le torcés los tobillos a los transeúntes que te perturban el sueño, eso es cierto. Los pobres salen rengueando como inspectores de playa, “aquí está playo/aquí está hondo”. No sé por qué me acuerdo que la última vez que te vi estabas medio tibiecito, bah!, caliente y pico, porque los empleados de la comuna andaban tirando tierrita con bleque, una babita, vamos a decir la verdad, porque eso no tapaba ni una muela, y vos te calentastes igual porque te ensuciaron la cara, te atoraron un poco y luego pasaron una aplanadorita, ¡quedastes de feo!. ¡Bueno, che!, no te la agarrés conmigo, es una broma, vos sabés como te quiero pozo, en el poco tiempo en que te conozco, y convivo con vos que estás frente a mi casa, te vi nacer y crecer y no te movés del medio de la calle ni que vengan degollando.. Te escribo así, para matar el tiempo y la distancia. Che pozo, lo que me enteré es que toda tu familia se vino para la ciudad, y se ve que les va bien, prosperan como loco, porque hay pozos por todos lados. Los otros días volando en una avioneta, le decía al piloto, “mirá, si nadie me dijera que ésta es mi querida ciudad, diría que son cráteres de la luna o un fabricante que dejó sus quesos gruyere a la intemperie, es más, si fuera un poco alma negra, diría que esos pozos eran de bombas de alguna guerra”. Bueno, querido pozo, te dejo, nos vemos un día de estos que vuelvo por la ciudad, tené cuidado con las enchorradas que te podés llenar de agua, a cada rato hay una, ¡nos vemos!!

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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