martes, 15 de octubre de 2013

Cuando nací me dije…













Cuando nací, me dije…al mundo le hacía falta un tipo como yo, alegre, divertido, con sus vasos comunicantes al servicio de la esperanza, de los nuevos tiempos, y de la solidaridad sin límites.
Al crecer, le hice ver a mis padres y hermanos, del orgullo que deberían sentir, cada cual en la medida de su comprensión, del llevar el mismo apellido que yo.
Tuve cierta consideración con mis tíos y primos
, con mis cuatro abuelos, porque ellos en el reparto, no me tuvieron tan cerca, tan ADN, de la esencia de mis apellidos, algunos les tocó una rama, a otros, otras, pero, bueno, por más que uno intente ser generoso, en la vida no se puede repartir todo lo que se tiene por igual, démosle una oportunidad a las virtudes y talentos, que también!!.
A maestros y profesores, les inculqué ese orgullo de la pertenencia, les hice sentir sublime en el papel educativo, porque tenían ante si la oportunidad, el privilegio, de educarme para la vida. Se que el Estado nunca ha sido justo en remunerar a los docentes, y en eso me solidarizo con su pena, pero, bueno, por lo menos han tenido la gran oportunidad de hacer de mi un ciudadano receptivo en sus enseñanzas y defensor acérrimo de la inteligencia humana, puesta de manifiesto por la naturaleza en mi persona, y pulida, artesanalmente, por esos docentes que se beneficiaron con mi presencia en sus aulas…
Cuando adolescente, me dije…ya estoy preparado para la vida, el mundo necesita que yo lo impulse, que lo hidrate, que lo multiplique en sus sueños, rumbos, metas, logros.
El mundo no me respondía, no daba muestra de su gratitud ante mi presencia, lo tomé como un rasgo típico de su timidez, lo vi cohibido, poco proclive a manifestarse y a reconocer en mi a uno de esos faros de luces que guían los barcos para llegar a buen puerto…
Cuando mayor, me dije… el mundo no puede darse el lujo de desconocerme, de no mirarme, de no entender que lo quiero ayudar, que puedo ser la clave de sol de la música de un tiempo nuevo. Cuantas tareas podría emprender!!!, cuantos caminos ayudaría abrir!!!, cuantos horizontes cercanos haría ver, en estos tiempos de desganos, de incertidumbres, de dolores…
Cuando anciano, me dije…el mundo se olvidó de mi, ya no cuento, hoy  nadie me conoce, todos me ignoran, todos se creen superiores y al mundo así le va. No me han hecho caso, no me han mirado, no me han querido, pero yo, hoy, aquí, ahora, voy a llevar acabo una acción que el mundo se acordará por siempre de mi. Con esta inmensa aguja, por a pinchar el mapamundi de goma que me regaló mi abuelo y que me acompañó toda la vida, y termino ya, desde una vez y para siempre, con las cosas de este mundo…qué se cree que con su redondo andar se lleva todo por delante?, no, estás pinchado viejo, adiós mundo cruel, ya nunca te veré….




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flamencos

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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