Por razones
labores voy y vengo por calle Uruguay todos los días, y si por esas cosas,
tengo que hacer un mandado, que a menudo sucede, llevar un expediente, alcanzar
una nota, reunirme con fulano o mengano, allá vamos calle arriba o calle abajo.
Y uno entiende, disfruta, de las ofertas comerciales, de ver a la gente entrar
y comprar, pero en ese vaya y venga, uno se encuentra a cada cuadra y a cada
lado de las veredas a personas que hacen
el peso. Está bien cuando te venden ballenitas, yuyos, hasta una rifa, pero los
que te piden colaboración para esto, para lo otro, y aún dándole la primera
vez, pases diez veces te piden de nuevo porque nadie recuerda tu cara. Y uno es solidario por naturaleza, pero
cuando te salen que es para un chico que está en el Congo que es hijo de un
uruguayo y queremos
que vuelva.
Que es para un hijo de Lugo que como quedó sin trabajo ahora no lo puede
alimentar, que para ayudar tal o a cual. Y no todos, pero, algunos, entre
pedido y pedidos, se la pasan fumando, comprando cosas en los kioscos que vos
no sabés si ayudaste al fulano del tal o al que pide que tenía sed, hambre o se
había quedado sin cigarrillos…
El otro día me abordó un tipo muy simpático,
dijo ser un instalador de internet en
los celulares, que era de una compañía telefónica, y que tenía un pequeño
tornillito que se colocaba en un costado del celular, que era un pequeñísimo
sistema wi-fi y que con eso podía ver mi correo, leer los diarios, el facebook,
y toda la mar en coche. Dijo que era una promoción de los Juegos Olímpicos, que
se podrían ver todos los partidos de Uruguay, aún en el lugar de trabajo. Me
dijo que cobraba quinientos pesos por instalarlo…
-
Y
se ve enseguida, eso que me dice?
-
No,
demora 20 minutos, todo tiene un proceso, aproveche, es el último que me queda
y no vuelvo hasta fin de mes, porque ya me estoy yendo para Paysandú, y sigo
adelante porque recorro el país, cuando vuelva por acá ya los atletas olímpicos
uruguayos estarán de regreso…
-
Mejor
dejamos para más adelante, para el Mundial de Brasil, te parece?
Me miró con una cara de poco amigo, me hizo una encendida
defensa de su tornillito, no me convenció y salió calle arriba con su oferta
del día. Yo que iba calle abajo, encontré a varias personas mirando con
insistencia sus celulares, esperando tal vez un milagro, y pensé parece que al
mundo no le falta un tornillos, algunos celulares les sobra uno…..
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