Brasil utiliza la carne y genética uruguaya para abrir nuevos mercados
Según estadísticas aparecidas en las últimas semanas dan cuenta que Brasil se ha transformado en el mayor exportador de carnes del mundo, desplazando a Australia. Los brasileños venden el doble de carne, pero cobran la mitad que los australianos, por la sencilla razón que sus carnes son inferiores.
El mayor volumen de carne brasileña es de cebú, siendo esta la razón principal para que Australia logre mejores precios.
Este tema ha sido largamente estudiado por lo brasileños y han diseñado una estrategia desde un tiempo a esta parte que involucra a Uruguay. En primer lugar la irrupción en el mercado cárnico uruguayo comprando frigoríficos permiten a los brasileños operar desde nuestro país y conquistar mercados con carnes uruguayas y fundamentalmente, mantenerlos, porque es carne de primer nivel, reconocida en el mundo entero. Esto, según comentaba un técnico brasileño de paso por Salto, es una estrategia en la que se gana tiempo, porque el segundo paso, que ya se está haciendo a ritmo acelerado, y en forma callada, es que se está utilizando genética uruguaya para mejorar la producción brasileña. Se estima que en un mediano plazo las mejoras serán notorias y en un plazo no mayor a los diez años, Brasil no sólo será el primer exportador de carnes vacunas sino que estará en condiciones de competir en calidad.
Uruguay es su abastecedor de genética, pero los ojos brasileños no quitan su mirada de Argentina y Australia para conformar un stock que conforme al más exigente de los mercados.
Debe de tenerse en cuenta que Uruguay hace poco tiempo que ha pasado a exportar material genético. Es bueno señalar que también Uruguay importa material genético de varios países. En 1995 se adquirieron en el exterior 254.303 dosis de semen bovino, 400 dosis de semen ovino y 1.529 embriones bovinos congelados, según los datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Actualmente, a partir de haber logrado más terneros de probeta, Uruguay se ha convertido en un exportador de genética (embriones congelados y fertilizados in vitro) y eso abre grandes perspectivas de inversión.
“Quiniman Com ya aprovechó esa oportunidad y realizó un joint venture con la empresa Vitrogen, la más importante de Brasil en el área genética, puesto que produce la mitad de los embriones in vitro que hoy se manejan en el mundo. Tiene 90.000 animales nacidos por fecundación in vitro y produce, entre 9.000 y 10.000 embriones mensuales por fertilización in vitro, a partir de los cuales se consiguen 2.500 preñeces mensuales”, señala.
Uruguay hasta hace poco ha venido mirando hacia el mercado interno, aunque es consciente de las limitaciones que este presenta, y la demanda brasileña ha ido acelerando el proceso en marcha. Según un análisis técnico, durante largos años hubo una incorporación de animales del exterior, lo que posibilitó obtener genética adaptada a las condiciones del campo uruguayo y eso hoy se puede proyectar hacia los rodeos nacionales, y empezar a consolidarse en mercados, como el brasileño que busca niveles de seguridad y eficiencia con un costo razonable.
Camaca, desde Salto, Uruguay
Según estadísticas aparecidas en las últimas semanas dan cuenta que Brasil se ha transformado en el mayor exportador de carnes del mundo, desplazando a Australia. Los brasileños venden el doble de carne, pero cobran la mitad que los australianos, por la sencilla razón que sus carnes son inferiores.
El mayor volumen de carne brasileña es de cebú, siendo esta la razón principal para que Australia logre mejores precios.
Este tema ha sido largamente estudiado por lo brasileños y han diseñado una estrategia desde un tiempo a esta parte que involucra a Uruguay. En primer lugar la irrupción en el mercado cárnico uruguayo comprando frigoríficos permiten a los brasileños operar desde nuestro país y conquistar mercados con carnes uruguayas y fundamentalmente, mantenerlos, porque es carne de primer nivel, reconocida en el mundo entero. Esto, según comentaba un técnico brasileño de paso por Salto, es una estrategia en la que se gana tiempo, porque el segundo paso, que ya se está haciendo a ritmo acelerado, y en forma callada, es que se está utilizando genética uruguaya para mejorar la producción brasileña. Se estima que en un mediano plazo las mejoras serán notorias y en un plazo no mayor a los diez años, Brasil no sólo será el primer exportador de carnes vacunas sino que estará en condiciones de competir en calidad.
Uruguay es su abastecedor de genética, pero los ojos brasileños no quitan su mirada de Argentina y Australia para conformar un stock que conforme al más exigente de los mercados.
Debe de tenerse en cuenta que Uruguay hace poco tiempo que ha pasado a exportar material genético. Es bueno señalar que también Uruguay importa material genético de varios países. En 1995 se adquirieron en el exterior 254.303 dosis de semen bovino, 400 dosis de semen ovino y 1.529 embriones bovinos congelados, según los datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Actualmente, a partir de haber logrado más terneros de probeta, Uruguay se ha convertido en un exportador de genética (embriones congelados y fertilizados in vitro) y eso abre grandes perspectivas de inversión.
“Quiniman Com ya aprovechó esa oportunidad y realizó un joint venture con la empresa Vitrogen, la más importante de Brasil en el área genética, puesto que produce la mitad de los embriones in vitro que hoy se manejan en el mundo. Tiene 90.000 animales nacidos por fecundación in vitro y produce, entre 9.000 y 10.000 embriones mensuales por fertilización in vitro, a partir de los cuales se consiguen 2.500 preñeces mensuales”, señala.
Uruguay hasta hace poco ha venido mirando hacia el mercado interno, aunque es consciente de las limitaciones que este presenta, y la demanda brasileña ha ido acelerando el proceso en marcha. Según un análisis técnico, durante largos años hubo una incorporación de animales del exterior, lo que posibilitó obtener genética adaptada a las condiciones del campo uruguayo y eso hoy se puede proyectar hacia los rodeos nacionales, y empezar a consolidarse en mercados, como el brasileño que busca niveles de seguridad y eficiencia con un costo razonable.
Camaca, desde Salto, Uruguay
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