sábado, 16 de mayo de 2015

La Rifa de la vaquillona y otros premios….



Sucedió hace mucho tiempo en u n barrio muy conocido. Alguien hacía rifas de comestibles, a veces, de artículos domésticos, en otras ocasiones. Se jugaba con la “oficial”, y los números se los fabricaba un amigo que trabajaba en una imprenta. En una palabra, vivía de eso.
Un día decide hacer una rifa “más grande”. Era cerca de fin de año y el premio era tentador: una vaquillona, una damajuana de vino y una canasta navideña. En menos de una semana vendió todos los números. Era el comentario del barrio, todo el mundo esperaba el día del sorteo y mostraba el billete con el número adquirido. ¿quién será el tarrudo?.
El bolillero entró a dar vueltas, todos en el barrio atentos a la radio que transmitía la lotería. Se conoce el primer premio y…
El número de la suerte lo tenía el cantinero del club, ¡esa noche hubo jolgorio!, parranda tupida, el cantinero sirvió vino como nunca.
- ¡Mirá el tapado!
- ¡Que había sido suelto el hombre!
- ¡Quien hubiera dicho!
Música de bailanta, farándula, deditos al cielo y tragos. Todos estaban felices.
Un parroquiano le dice al cantinero que cierre y vaya a la casa del quinielero a buscar el premio. Van todos detrás del hombre más feliz del barrio. Llegan a la casa del quinielero, que estaba en la puerta.
Cuando lo ve avanzar al cantinero le dice
- ¿No me digas que fuiste vos?
- ¿Qué cosa?
- ¿Qué ganaste el premio?
- Si
- Vení, pasá que te lo doy. Sobre la mesa había una vaca de plástico, una damajuana de vino de juguete y una canasta navideña de cartulina…
- ¡Tomá!
- ¿Me estás tomando el pelo?
- No, este es el premio
- Pero la boleta de la rifa decía, una vaquillona, una damajuana de vino y una canasta navideña…
- Y bueno, aquí están las tres cosas.




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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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