lunes, 25 de mayo de 2015

Teníamos un juguete




Teníamos un juguete; era el más divertido del mundo. No lo habíamos inventado nosotros pero jugábamos mejor que sus inventores. Aceptamos algunas palabras de su idioma original: ful, corner, orsai, pero enseguida lo llenamos de palabras nuestras: sombrero, rabona, pared. Empezamos a jugar en la vereda, en los patios, en invierno y verano, hasta que un día algunos de nosotros, los que jugaban mejor, dejaron sus empleos y se dedicaron por completo. ¡Y qué bien jugaban!
Era tan grande la belleza de sus movimientos que muchos dejamos de jugar y nos pusimos a mirarlos. Armamos clubes sociales, construimos tribunas de madera y de cemento, solamente para ver de cerca a los mejores de cada barrio. Después organizamos torneos semanales, discutimos reglas y elegimos colores para las camisetas. Éramos hombres, pero actuábamos como chicos la mañana del seis de enero.
Y claro, los que habíamos nacido en un barrio queríamos que el domingo ganaran los nuestros, y que los vecinos perdieran. Entonces le incorporamos una variante al juego: mientras durase el partido, los que mirábamos teníamos que cantar a coro y a los gritos. Y así lo hicimos.
¡Qué bien nos salía cantar! Pronto averiguamos que no solo éramos buenos con el juguete, sino también mirando el juego. No habíamos resultado espectadores tristes, como en otros continentes. Nosotros nos involucrábamos, tirábamos kilos de papel picado para recibir a los nuestros y componíamos canciones de aliento. «Sí sí señores / yo soy de Racing. / Sí sí señores / de corazón». Nos divertíamos durante la semana inventando estrofas, y hasta empezamos a componer otras, más picarescas, para fastidiar al vecino. «River tenía un carrito / Boca se lo sacó / River salió llorando / Boca salió campeón». Qué risa nos daba molestar a los vecinos.
Imagínense. Si el juguete ya era divertido en silencio, con el contrapunto de las tribunas el pasatiempo se convirtió en un espectáculo asombroso. Tanto, que venía gente de todo el mundo a conocer nuestra fiesta popular, llena de papel picado y de cantitos. Empezamos a decirle «hinchar» a la acción de fastidiar al rival con canciones picarescas. Y nos bautizamos a nosotros mismos «hinchas», y al grupo enfervorizado de la tribuna le pusimos de nombre «hinchada». Habíamos aprendido a vestir al juguete con accesorios.
Un día se hicieron tan numerosas las hinchadas, y tan efusivas, que tuvimos que poner barras de fierro en las tribunas, a la altura de la cadera, para no caernos en avalancha por culpa de la emoción. Más tarde esa barra de metal sirvió para que el hincha con mejor garganta, subido a ella, dirigiera el coro improvisado. Bautizamos a este hincha con el nombre de «barrabrava», porque sus malabares eran de vértigo.
Nuestros mejores jugadores, que ya empezaban a jugar en otros países, al debutar en el extranjero sentían un vacío: la emoción de las tribunas no era igual. Todos sentados, nadie cantando. Muchos elegían volver al club de su origen, incluso perdiendo fortunas, con tal de escuchar otra vez el rumor de las hinchadas dirigidas por los barras. Fue entonces cuando nos empezó a interesar más el accesorio que el juguete.
En esa época empezamos a exagerar la emoción que sentíamos. Los hinchas, que hasta entonces caricaturizábamos pequeñas guerras ficticias, olvidamos que actuábamos en chiste. Empezamos a llamarle «pasión» a nuestra simpatía por un club.
Y los cantos se volvieron literales. «Corrieron para acá / corrieron para allá / a todos esos putos los vamos a matar». A muchas empresas esto les pareció muy rentable y reforzaron la idea de «pasión». La pasión del encuentro. Todos unidos por una pasión. El juguete se había vuelto tan importante como la vida. Era, incluso, un resumen de la vida.
Entonces, una tarde, dejamos de alentar a los jugadores y empezamos a ser hinchas de nuestra propia pasión. «Pasan los años / pasan los jugadores / la hinchada está presente / no para de alentar».
Mientras en el pasto ocurría el juego, las tribunas se felicitaban a ellas mismas, y creímos sensato fundar periódicos, emisoras de radio y canales de televisión que informaran durante las veinticuatro horas sobre el juego, aunque el juego solo ocurriera una vez por semana. No nos pareció excesivo. Porque de martes a sábados queríamos saber sobre las hinchadas, sobre los barrabravas y sobre las pasiones.
Los periódicos le daban la misma importancia, en la portada, a un conflicto entre hinchas que a la guerra de Medio Oriente. Y los barrabravas empezaron a tener nombre y apellido en la prensa. Les sacaban fotografías, se hablaba de ellos en las tertulias. Cuanto mayor era su salvajismo, más grande su fama y su titular.
Los relatores del juego, que al inicio solo decían los nombres de los jugadores por la radio, también empezaron a fingir emoción exagerada en el relato. Durante los partidos gritaban los goles durante cincuenta segundos en el micrófono, como poseídos, como si no hubiera nada más importante en el universo, y después le pedían calma a las tribunas.
Nadie sabe cuándo fue, exactamente, que todo se fue al carajo. Nadie recuerda cuándo murió el primero de los nuestros, ni a manos de quién. Nadie sabe cómo algunos se hicieron dueños del juguete. Pero un día las tribunas se convirtieron en campos de batalla. Y la prensa no hablaba de la muerte de seres humanos, sino de la muerte de «hinchas de». Para alimentar la pasión.
Los jugadores que triunfaban en el extranjero ya no quisieron volver, y los dueños del juguete se llenaron los bolsillos sin mejorarle el mecanismo. Hoy, cuando vamos a ver jugar a los nuestros, ya no hay sombreros, ni rabonas, ni paredes. El pasto está alto y descuidado. Y pusieron una manga de plástico para que los jugadores puedan entrar a la cancha sin morir.
Teníamos un juguete. Era el más divertido del mundo. Todavía no sabemos si fue un accidente, pero rompimos el juguete en mil pedazos. Lo hicimos mierda.
Y lo más triste es que no sabemos jugar a otra cosa.

Hernán Casciari
sábado 23 de mayo, 2015

viernes, 22 de mayo de 2015

El bergantín perdido en aguas del Arapey….




Clímaco Soria vivió toda su vida en los campos de El Arriero que daba sobre el Arapey. Era un hombre de muchas historias, que parecían brotarle cuando le daba al aguardiente brasilera, en noche de fogones en el monte, en  un almacén de ramos generales, en una kermes o cuadrera.
Fue en 1963 cuando, en un asado que le hizo al hijo del patrón, Guzmán Araya, y sus tres compañeros de clases, de un liceo de Salto que se había inaugurado ese año en que contó aquella fascinante historia….
Silvio Ramírez, por ese entonces, un gurí de trece años, quedó obsesionado por el tema, el bergantín perdido, con dos barricas con monedas de oro y de plata, un recado de oro, espuelas de plata, entre otras cosas, en alguna parte del río Arapey.
Al otro día, cuando estaban los cuatros muchachos en la cocina, Silvió le preguntó a Ramiro, el hijo del dueño de la estancia, si sería verdad lo que contó el hombre viejo.
“Clímaco siempre cuenta historias. Ésta, del tesoro del bergantín perdido, siempre la cuenta. Dice papá que cuando él era niño, ya Climaco la contaba y nunca le cambió un punto ni una coma al relato.
Papá dijo que era cierto, que su padre y unos amigos, de tanto en tanto, hablaban y decían que desde siempre sonaba esa historia, relato que ha transitado de una generación a otra, desde los días lejanos de 1823, cuando al parecer ocurrieron los hechos, y que ese famoso bergantín, era perseguido, por brasileros y argentinos que se enteraron lo que transportaba y decidieron cometer  sus fechorías…..
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El bergantín es una embarcación de dos palos, el mayor y el trinquete, con bauprés y velas cuadradas. Por vela mayor tiene una gran cangreja y, a veces, otra mayor redonda. El bergantín apareció a mediados del siglo XVI y se empleó de forma generalizada hasta el siglo XIX. Se caracterizó por la gran superficie de velamen que era capaz de desplegar para su desplazamiento, que llegaba hasta 600 t, su rapidez, su agilidad en la maniobra y su adecuación para el tráfico, en pequeños ríos, grandes caudales y mares.
Este, conocido como “Cafuringa” fue hecho en un astillero en Iraí, cerca de donde nace el río Uruguay, y su tamaño, era la mitad de un original, era como para andar por los ríos de la región, y nada más.
EL TESORO DE ELIOMAR
Pasaron 12 años, en 1975, Silvio se recibió de Veterinario y se fue a vivir a Alegrete. Un día por razones de su profesión, se fue a trabajar a Vacaria y se afincó por un tiempo largo. Iba y venía a Caxia do Sul, Novo Hamburgo, Erexim, Passo Fundo, Carozinho, y  en todas las fazendas en que anduvo, entre decenas de relatos, había uno que se repetía y que tenía una rara similitud con la historia del viejo Clímaco, “el tesoro de Eliomar”. En 1983 se contactó con sus viejos amigos del liceo, y el tema concreto fue, “se sabe algo del bergantín perdido?. La respuesta fue, “nada”. Se enteró que el viejo Clímaco había muerto dos años antes y que la última historia que contó fue la del bergantín, de idéntica manera que aquel lejano 1963 en que ellos la escucharon..
A Silvio no le costó mucho recomponer la historia. …Eliomar Souza Duarte era un rico hacendado pernambucano, conocido revolucionario por aquellos días, que acosado por los realistas decidió huir, con el fin de escapar a Europa con su familia. Su mujer y dos hijas menores se fueron a París sin problemas, con una pequeña fortuna como para que se mantuvieran un tiempo esperando la llegada del resto de la familia. A sus tres hijos le dio, a cada uno dos barricas, con monedas de oro y de plata, y un pequeño ejército para que los protegiera. Cada uno tomó rumbo diferente, y se cree que escaparon y llegaron Europa, dos de ellos, por lo menos, el tercero se quedó en Venezuela, prendado y prendido, a “Mama osa”, una rubia de casi dos metros, un tanto salida en peso, pero de cara muy hermosa, y muy fogosa a la hora de amar.
Eliomar se vino con un grupo de cangaceiros, mercenarios de tierras agrestes que lo fueron protegiendo en su rumbo al sur. La idea de Eliomar era llegar hasta Colonia del Sacramento donde vivía su hermano Ederson, y los dos juntos irse a Europa. Por allí pasar a Buenos Aires era muy fácil y de Santa María de los Buenos Aires viajar a Europa era un juego.
Eliomar llegó a donde hoy es Vacaria en 1821. Tierra próspera. En su carruaje había cuatro barricas de monedas de oro y plata. Se compró una fazenda, mucho ganado, era algo así como el rey del ganado, y pronto se hizo conocer, sobre todo por las mujeres, donde su fama de don Juan con plata derretía corazones de viudas, solteras y casadas. Por ese entonces no había divorciadas porque si no, las conquistaba también.
Los novios, maridos y amantes del mujererío de la región no lo querían para nada, los gendarmes y jefes políticos si, porque era muy generoso a la hora de untar algunas manos…
Pero, claro, meterse con mujeres ajenas, a la larga trae problemas, no todos aceptan esas protuberancias o cornamentas, como quieran llamarlas, sobre sus cabezas, y si bien no se animan enfrentar al poderoso ganadero, urdieron un plan, contarle al ambicioso capitán Joao Faustino Gonzalvez, que estaba al frente de un poderoso ejército en Santa Catarina, sobre la existencia de un rico revolucionarios que sembraba la división, entre las familias de los gauchos do sul. En realidad, el pícaro Eliomar sembraba de hijos el lugar ya que varias mozas, solteras y casadas empezaron a experimentar la hinchazón de las nueves lunas.
Lo más extraordinario fue descubrir a varias viudas, muy recatadas ellas, aunque también rescatadas por Eliomar, de las garras de la soledad, para volver a experimentar el fuego del amor. Se sabe de por lo menos cinco viudas, enclaustradas, casi como con un cinturón de castidad que nadie pudo abrir por años, que Eliomar, vaya uno a saber como, los abrió simplemente con sus manos, sus ardientes palabras y sus incansables noches de amor. Dicen que muchos no podían creer cómo Eliomar no se cansaba de amar todas las noches y a distintas mujeres. Dicen que él tenía un elixir, un yuyo para el amor que los cangaceiros le habían traído desde el norte, un afrodisíaco que no fallaba, y así se pasaba noches enteras, amando, charlando y volviendo amar….
Por la mujer de uno de los conspiradores, que quería irse a vivir con él, se enteró que el capitán Gonzalvez venía en su búsqueda y no con cara de buenos amigos. Eliomar le dejó a Edinha, una viuda, de las primeras amantes que tuvo, que le había dado el primer hijo, la fazenda, parte de su fortuna, con el compromiso que mantuviera el campo y que acogiera a los hijos de las otras viudas y de las solteras que quedaron embarazadas por él, recalcando que a las casadas no, que se ocuparan sus maridos, que no se hicieran mas los distraídos porque iban a venir otros hombres y les iba a volver a pasar lo mismo. Eliomar juntó lo que pudo, dos barricas con monedas de oro y plata, las otras las había transformado en campo, ganado, y en mas dinero que dejó a la viuda para que hiciera lo que le pidió y conservara la fazenda

 UN LARGO Y SINUOSO CAMINO….
Partió al alba con cinco cangaceiros rumbo a Iraí, donde su amigo Facundo da Cundha  tenía un pequeño astillero. Una semana después llegó a Irai, se ocultó en la casa de su amigo, y le contó sus planes. El amigo le dio un pequeño bergantín, un mapa de navegación río abajo. Eliomar le confesó que sus cinco cangaceiros iban a volver a su fazenda para cuidar a la viuda (de otro) madre de un hijo suyo y que él iba a precisar gente que supiera guiar la embarcación.
Fue así que cinco jóvenes navegantes, personas de mucha confianza de Facundo se hicieron a las aguas llevando a Eliomar. Facundo le sugirió que pusiera las monedas en cuatro gigantescas vasijas de barro cocido, con tierra encima y con plantas exóticas que él tenía en su casa, para disimular. A su vez cargar las bodegas de cueros, tasajos y de otra mercancías fácilmente de comercializar, así llegaba a Colonia del Sacramento como un mercanchifle mas de los que andaban por esos días. Facundo le dijo que en Sao Borjas había un baqueano, gran conocedor del río que lo contratara hasta un pequeño poblado llamado Belén, del lado oriental de las aguas. Allí había otro baqueano que lo iba ayudar a sortear un gran salto de agua y que capaz tendría que contratar una barcaza después de los saltos porque iba a ser muy difícil pasar con el bergantín.
El 5 de enero de 1823, Eliomar partió en el bergantín aguas abajo. Los jóvenes navegantes cantaban todo el tiempo, glorificando la aventura por una paga que jamás nunca habían recibido en sus cortas vidas. Llegaron a Sao Borjas y mientras Eliomar salió a buscar al baqueano, cosa que le llevó más tiempo que el pensado, les dio una moneda a cada uno de los jóvenes para que se divirtieran que luego les esperaba un largo viaje. Cuando encontró a Xico Do Rio y llegó a un acuerdo con él, difícil fue encontrar a los cincos jóvenes que entre tabernas y burdeles se habían perdido en la noche borgiana. Al amanecer algunos, a media mañana otros, y al mediodía el quinto, los jóvenes llegaron al bergantín, partiendo, apenas el último puso un pie en la embarcación .
HABLAR DEMAS NUNCA CONVIENE…..
Pusieron rumbo a Belén en una cálida noche de enero, ignorando Eliomar que a uno de sus jóvenes acompañantes, en un burdel, le contó a su dama de compañía que iban rumbo a Colonia del Sacramento y que llevaban monedas de oro escondidas en las bodegas. Ziroca, que así se llamaba el joven integrante del bergantín, por casualidad, estando en la bodega, metió la mano en una de las vasijas, descubrió monedas, repitió su acción en las otras vasijas, y todas, debajo de la tierra tenían monedas brilantes…
La dama en cuestión le contó al dueño de la taberna y burdel contiguo, y éste, llamó a sus amigos, le contó de lo que se había enterado y cuando fueron a tomar por asalto el bergantín, éste ya navegaba aguas abajo.  “Xico Do Rio los conoce bien a ustedes”, dijo el tabernero, van a precisar más gente para alcanzar la nave y no tienen que dejar rastro”. “Podemos ofrecerle una parte al gaucho Ramírez que tiene una embarcación con un cañón y sus tres navegantes tienen fama de no errar un tiro con sus trabucos”, propuso uno de los amigos del tabernero, y así se hizo. Ramírez aceptó, pero le llevaban como un día de ventaja. “Xico en algun momento va a parar, y ahí será nuestro”, dijo otro de los amigos del tabernero que ya comenzaba hacer planes con la fortuna a conquistar.
La navegación se hizo rápida, cuando el bergantín llegó a Belén fue fácil encontrar a Simón Pacheco y proponerle el viaje con una buena paga mediante. Simón Pacheco era sobrino de Chaleco, el militar que fundó el poblado, era un gran conocedor del río, de los saltos de agua. Xico Do Rio, por su parte cobró la plata prometida y regresó por tierra a Sao Borja. Nunca se enteró de la conjura ni de la suerte de sus compañeros navegantes. El experto Simón sumó a Nildo Zapata a la delegación aduciendo que era muy conocedor del poblado del Salto y que allí podría conseguir otra embarcación para seguir río abajo.
Partieron de Belén y al atardecer vieron un punto difuso que venía tras ellos. Fue cuando sonó el primer cañonazo, pegó en un mástil pequeño en la popa. El segundo cañonazo fue fallido y el tercero volvió a golpear en la popa dejando a la embarcación con peligro de hundirse. Simón tomó la rápida decisión de adentrarse en el Arapey que estaba allí a su izquierda, pensando que les iba a ser más difícil dar en el blanco entre tantos recodos del río.
Y fue así, además la noche que avanzaba le dio el tiempo justo para huir. Claro, en ese afán de ganar distancia Simón hizo enfilar la nave demasiado cerca del monte, y una saliente de piedra golpeó y abrió más aún a la nave, que siguió avanzando noche adentro.
 En un ancho del río, cuando parecía que había que alcanzar la orilla derecha, ocultar las cosas en el monte, hasta conseguir algunos caballos con el indiaje y seguir rumbo a Salto. Apenas terminó Simón de señalar lo que había que hacer, se sintió un crujido enorme y la nave se partió en dos cayendo todo el mundo al agua. Eliomar recibió un golpe tremendo de un mástil que lo golpeó de costado y a su vez golpeó la cabeza contra otro madero, y se le hizo la noche, lo ganó una oscuridad que parecía eterna.
 Cuando despertó, estaba solo en la rivera del río. Nada supo de sus compañeros de aventura. Dicen que el sobrino de Chaleco fue el que lo sacó y lo dejó en la orilla, que solo dos jóvenes sobrevivieron y que Zapata nadó para la otra orilla, se perdió en el monte, y regresó a pie a Belén. Como Nildo no sabía que había en la embarcación, no se preocupó por recordar donde se había hundido. Simón Pacheco, el sobrino de Chaleco, tampoco sabía el secreto que guardaba el bergantín. Fue encontrado por los indios, anduvo un tiempo por las tolderías y luego, dicen, que regresó a Belén.
LA NAVE PERSEGUIDORA TAMBIÉN ZOZOBRA
En su afán por alcanzar el bergantín, no se tomaron algunas precauciones, y no se aseguró el pesado cañón que estaba en cubierta, en lo alto de la proa, para un mejor tiro. Fue después del cuarto cañonazo que  la máquina de la muerte, rompió el cordel que la amarraba para que no se soltara y cayó pesadamente, de una gran altura, sobre un piso algo frágil, incapaz de soportar el pesado envión. El cañón rompió madera y el agua lentamente se comenzó a filtrar. Eso y el descuido del timón, provocaron el hundimiento de la nave perseguidora.
A duras penas ganaron la orilla mientras veían internarse al bergantín Arapey adentro. Nunca imaginaron los perseguidores que unos  metros más adelante, el bergatín se hundiría, como ya contamos.
ZIROCA SE QUEDA EN LA ZONA….
De los jóvenes que iban en el bergantín y  se salvaron, los dos se perdieron en el monte, uno de ellos era Ziroca Soria que llegó luego de varios días de caminar a una estancia, donde lo recibieron muy bien, se afincó allí y con los años se casó con una de las hijas del capataz.
 Ziroca contaba, de tanto en tanto la aventura que lo había llevado hasta allí, del hundimiento del bergantín, de las monedas de oro y plata, pero como no sabía con exactitud el lugar donde se había hundido, quedó como una historia de fogón, que se fue haciendo tradición de boca en boca y de generación en generación, pero nada más.
Eliomar nunca supo porque estaba allí, por qué se vio caminando campo afuera, dónde estaba, hacia dónde iba, quién era?. Su mente estaba en blanco, fue como si los recuerdos se hubieran alejado como las golondrinas, en  otoño…
Pasó días y días así hasta que llegó a cercanías de la población del Salto, se quedó a vivir, cerca del San Antonio, se hizo una casa, sembró, cuidó ganado, pero eso le dio para vivir nada más. Nunca nadie de la zona pudo saber de su pasado, le decían bayano, o portugués, por su acento, pero, nunca recobró la memoria. Se juntó con una mujer sola del lugar, tuvo un par de hijos y así siguió hasta que murió en setiembre de 1850, según dice un parte de defunción…
Partida de defunción que Silvio Ramírez leía una y otra vez aquella mañana  de  2015. Silvio, con 63 años a cuesta, se había pasado los últimos 10 recabando datos del bergantín perdido. Tenía todos los planos habidos y por haber del río Arapey, tenía máquinas detectoras de metales, tenía a sus hijos y sobrinos. Tres camionetas cargadas con equipo de buzos, carpas. Con todo salió rumbo al Arapey dispuesto a encontrar las monedas de oro y plata este 1° de mayo de 2015, con un cielo amenazante de lluvia sobre el río. Dicen que Silvio Ramírez anda buscando lectores que lo ayuden a encontrar el tesoro, si sabe de alguno, busque a Silvio en el Arapey, todavía anda por allí, y le da una mano…..





Matrona caribe: el papel de la mujer en la obra de García Márquez

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Franz Kafka y La metamorfosis (1915-2015)

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sábado, 16 de mayo de 2015

La Rifa de la vaquillona y otros premios….



Sucedió hace mucho tiempo en u n barrio muy conocido. Alguien hacía rifas de comestibles, a veces, de artículos domésticos, en otras ocasiones. Se jugaba con la “oficial”, y los números se los fabricaba un amigo que trabajaba en una imprenta. En una palabra, vivía de eso.
Un día decide hacer una rifa “más grande”. Era cerca de fin de año y el premio era tentador: una vaquillona, una damajuana de vino y una canasta navideña. En menos de una semana vendió todos los números. Era el comentario del barrio, todo el mundo esperaba el día del sorteo y mostraba el billete con el número adquirido. ¿quién será el tarrudo?.
El bolillero entró a dar vueltas, todos en el barrio atentos a la radio que transmitía la lotería. Se conoce el primer premio y…
El número de la suerte lo tenía el cantinero del club, ¡esa noche hubo jolgorio!, parranda tupida, el cantinero sirvió vino como nunca.
- ¡Mirá el tapado!
- ¡Que había sido suelto el hombre!
- ¡Quien hubiera dicho!
Música de bailanta, farándula, deditos al cielo y tragos. Todos estaban felices.
Un parroquiano le dice al cantinero que cierre y vaya a la casa del quinielero a buscar el premio. Van todos detrás del hombre más feliz del barrio. Llegan a la casa del quinielero, que estaba en la puerta.
Cuando lo ve avanzar al cantinero le dice
- ¿No me digas que fuiste vos?
- ¿Qué cosa?
- ¿Qué ganaste el premio?
- Si
- Vení, pasá que te lo doy. Sobre la mesa había una vaca de plástico, una damajuana de vino de juguete y una canasta navideña de cartulina…
- ¡Tomá!
- ¿Me estás tomando el pelo?
- No, este es el premio
- Pero la boleta de la rifa decía, una vaquillona, una damajuana de vino y una canasta navideña…
- Y bueno, aquí están las tres cosas.




El paraíso perdido





Algunos pensarán que tiene que ver con esa vasta composición, tan épica como ditirámbica de John Milton “que nos introduce a una visión particular, compleja y gloriosa de la creación, partiendo del escueto relato del Génesis”.
Otros pensarán que se trata de una óptica diablesca sobre el fútbol uruguayo, las eliminaciones de torneos importantes de nuestros clubes principales, o de los sueños inconclusos de nuestras selecciones nacionales que han mejorado muchísimo, en expectativas, por lo menos, en relación con décadas pasadas, pero...

Otros creerán que se refiere a políticos que no lograron sus objetivos, monetarios y de poder, en  elecciones nacionales.
No faltarán los que crean que se refiere a aquellos artistas que dejaron de gozar del cariño de la gente, del gusto popular, de las contrataciones de los empresarios.
Pero no, tiene que ver con algo más íntimo, más familiar, quizá, pero con un tronco común, con lo demás, el del paraíso....

Y de serpientes, manzanas y tentaciones, todos padecimos, saboreamos y vivimos, en ese orden si lo quiere o distinto, por aquello tan viejo que decían en el barrio, que: “el orden de los faroles no altera el alumbrado”.

En mis largas caminatas diarias, siempre haciendo el mismo recorrido, sabían que al doblar la cuadra 56 e internarme en la 57, de las 100 de ida que hacía en cada jornada, ella estaba allí, linda y fatal, tentadora. Mis ojos se encantaban con aquellas tentaciones de la serpiente temblorosa del deseo. Más de una vez tuve ganas de morder la manzana, pero tal vez por un miedo supremo que me transformaban en un paralizado Adán, me impidieron abandonar el Edén de la cordura.
Naufrago en el mar de las debilidades, me aferré a la balsa de las leyes sagradas que nunca transgredí, por más que, en más de una oportunidad, me arrepentí, “de carne somos”, como dijo una empanada..pero no las transgredí..

Un día, mi obsesión se vio en jaque, comprendí que es muy difícil sustraerse a la fascinación por el ángel rebelde y sus secuaces, por ese diablo y el infierno tan temido. Todo se desvaneció en una pregunta que millones de peregrinos de este valle de lágrimas se hicieron antes, ¿ y por qué no?, y fue así, la tentación, el pecado, el sabor de lo prohibido, estaba allí. Respiré hondo y mientras exhalaba el aire de mis pulmones, toda mi vida pasó ante mis ojos. La honestidad, el respeto, el cariño de la gente, todo lo que me hizo ser un ser humano feliz, estaba en juego y lo podría perder en un instante, irremediablemente.

Pero algo de suerte me quedaba, porque aquella mujer lo comprendió todo en mi mirada, y simplemente me dijo, como para compartir la culpa, “pongo mi paraíso en sus manos...”. Mis manos acariciaron ese paraíso largamente, hasta saciarme y luego regocijarme largo rato, soñando sueños mejores.
Fue tal la alegría, fue tal el placer, fueron tales los deseos saciados, que llamé a mi gran amigo Servando, quien en un abrir y cerrar de ojos estuvo a mi lado, y le hablé largo rato de mi nuevo paraíso.
Con mi paraíso a cuesta nos fuimos en su camioneta filosofando sobre el pecado, la culpa y las redenciones. Me convenció que lo hablara con mi mujer, la llamé a  su celular y le hablé de mi paraíso.
Llegamos a casa, y al ir a buscar el paraíso (Elaeagnus angustifolia ), en la parte de atrás de la camioneta, no estaba, se había caído en algún recodo del camino.
Mi mujer estaba allí, con la pala de pocear, esperándome, ¿cómo le digo, ahora, del paraíso perdido?



¿Cómo hacen los astronautas para ir al baño en el espacio?





No digo que son meras disquisiciones aristotélicas ni profundas cavilaciones existenciales, pero, siempre me pregunté, cómo hacen los astronautas para ir al baño, en el espacio. Y mire que he leído diarios, he visto películas en el cine y en la televisión, he leído libros con esa temática, y nunca nadie dijo...Houston…tenemos un problemas…nos olvidamos del papel higiénico….
Salir de la nave para sacudir la modorra no pueden, sino mas de uno saldría a fumar y otros, se pondrían de espaldas, con una mano adelante y la otra en la cintura y aliviarían sus acumuladas tareas de los riñones en las vejigas…
Ya pensar en levantar la escafandra, abrir la cremallera del traje de astronauta y ponerse en cuclillas en el borde de la nave y soltar lo que sea al resto del universo, es imposible, porque quedaría flotando en el ambiente un resentimiento interior que salió  a luz y lentamente alejarse en el espacio exterior, vaya uno a saber si no cae en otro planeta o choca con algún meteorito…Uno ve a los astronautas flotando en las naves, casi siempre boca abajo, y piensa que así no se puede. Y hablamos nada más que de las necesidades fisiológicas, pero, pienso cuando se lavan los dientes, si se quieren peinar o lavar la cara, alguna duchita, ¿se bañan cabeza abajo y flotando?.
El Laureano Brizuela, que era un estudioso del tema me dijo que se utiliza, para bañarse, por ejemplo, una especie de sifón y uno se transforma en un gra vaso y se lo echa encima, el agua no cae, flota y se adhiere al cuerpo y largas burbujitas y con un jabón liquido, pero no de esos de lavar los platos, otros especiales, te pasás y luego te enjuagás con otro sifón. Al final de das un chijetazo de un desodorante o usás en barrita y quedás oliendo a fragancia allá arriba.
Decía Laureano que lavarse los dientes es más bravos, porque no podés tirar el agua, entonces te la tragás.
Los astronautas saben que el baño número uno es para hacer pipí y el dos para hacer popó. Dicen que Logan Meredith fue el astronauta que hizo el giro más lejano a la tierra y que pasarán muchos años para que alguien haga el mismo recorrido. Cuando estaba en el punto más lejanos, le empezó a doler la barriga y rajó para el dos, cazó el papel higiénico, corrió la cremallera, bajó el traje hasta el suelo, se sentó y dio riendas sueltas a sus a sus apremios más urgente. Cuando terminó, y sabiéndose el hombre record, en cuanto a ir al baño más lejos de la tierra que jamás hombre alguno había llegado, lo dijo por la pantalla de Houston…
-       A este no me lo emparda nadie….

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Soda Estereo - Musica Ligera

Soda Stereo - Tratame Suavemente

Gustavo Cerati - Crimen

No Te Va Gustar - Ese Maldito Momento (video oficial)

No te va gustar - Cero a la izquierda (incluido en NTVG en vivo en bs as)

No te va gustar - Tan lejos (DVD "Público", video oficial) HD

Selección femenina pedirá plata en alcancías en el clásico

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El país despide con honores a uno de sus grandes intelectuales

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Cuevas es finalista en Roma

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Defensor y Danubio igualaron 1-1

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jueves, 7 de mayo de 2015

La alegría y otras razones por la que la Lista 2001 va con Germán




La larga marcha va llegando a su fin. Se acerca la veda y la reflexión final. Cada uno sacara cuenta de lo que hizo y de lo que dijo, de lo que alienta, de lo que propone.
 Cada uno aspirará alcanzar un resultado positivo este domingo. Saludamos a todos, respetamos a todos, pero se trata de una ELECCIÓN, y en una elección, uno elige lo que considera mejor, más capaz o más adecuado para gobernar en el período que se inicia el 10 de julio de 2015.
La lista 2001 cree en Germán Coutinho, confía, y apoya. Y lo hace porque reconoce su gestión de gobierno, con aciertos (muchos), con errores (muy pocos), que la gente definirá si fueron importantes o no, pero con mucho empuje, con muchas fuerzas, muchas ganas y muchas obras.
Que otros han hecho obras, las habrán hecho. Que otros las podrán hacer, las podrán, y será tal vez por eso que se presentan como candidatos, con legitimo derecho, por supuesto.
Pero, nosotros creemos que en este período se han hecho obras y que hay planificadas muchas mas que se complementan con las que se hicieron y se están haciendo, y en eso creemos que está la diferencia, la seguridad, la ventaja de Coutinho, por eso apoyamos este envión histórico de obras realizadas de trabajo concreto, a vista de todo el mundo.
Y cuando hablamos de obras no sólo decimos, las tradicionales de calles, cordón cunetas, caminos vecinales, rutas interiores, arreglos en parque y plazas.
Hablamos de esas obras sociales que auxilian al mas necesitado, como el ómnibus a 6 pesos, los refugios para las mujeres que sufren violencia domestica, para los indigentes que no tiene donde dormir, para los ancianos, para las personas con capacidades diferentes.
Están las piscinas en los barrios y en el interior del departamento, ese es un gran logro social. Está la zona azul donde lo recaudado va para distintas instituciones de servicio, que han podido realizar algunas cosas importante al contar con esta recaudación.
Está la escuela de deportes para niños con capacidades diferentes donde se sienten incluidos, donde practican deporte y sociabilidad.
La recuperación de eventos y acontecimientos culturales, como las bienales, como la fiesta de la citricultura, el carnaval que dio un salto inmenso en estos años, en organización, en premios y en calidad artística. Pero en todo este tiempo, Eventos realizado muchas actividades artísticas y culturales, y en algunas, las mas cotidianas e invisible de sus tareas, fue la de apuntalar muchas actividades, aportando la logística, la mano de obra, el trabajo, la creatividad, y eso ha sido mucho, y bueno.
Hay muchas cosas mas que se hicieron, se hacen, y la lista 2001 aspira a que se sigan haciendo, por eso apoya a Germán. Y lo hace segura, convencida, porque esto también es alegría y se defiende...se defiende Salto, se defienden los sueños, los anhelos, la voluntad y el empuje de un pueblo naranjero que quiere hacer punta en el camino. Todos tenemos idea, anhelos, pensamientos, deseos, propuestas y proyectos, todo es respetable, y ojalá cada uno concrete lo que anhela por el bien de todos.
Vamos por Salto, con propuesta para salteños y simplemente aspiramos:
Por una ciudad turística – Un Departamento turístico.
Por un Salto productivo
Por una IMAE para Salto,
Por el 100% de saneamiento
Por el 100 % de calle con bitumen
Por mas y mejor iluminacion
Por un programa de mejoramientos barriales en Salto para mejor calidad de vida de todos.
Por soluciones reales a los más de 20 asentamientos en nuestra ciudad,
Por los 5.000 terrenos.
Por la amnistía tributaria a los más humilde.

.Por eso, y por muchos más, el domingo vamos seguros a las urnas.

Vamos por la Junta y para que siga germán



La multiplicidad de trabajos llevados adelante por el gobierno de Germán Coutinho, en lo social, a favor de los excluidos, de los marginados, de los más vulnerables, están a la vista, son muchos, son importantes.
Dicen que “la noción de vulnerabilidad social ayudaría a identificar a grupos sociales, hogares e individuos, que por su menor disponibilidad de activos materiales y no materiales, quedan expuestos a sufrir alteraciones bruscas y significativas en sus niveles de vida, ante cambios en la situación laboral de sus miembros activos”.
Y  por más que el gobierno nacional atiende, a esta franja de ciudadanos, la Intendencia sigue siendo la caja de resonancia, el lugar donde ineludiblemente concurren los que necesitan que le den una mano, un apoyo, para salir a flote, superar el mal trance.
Cientos de ciudadanos concurren diariamente en busca que se solucionen sus problemas, que son muchos y variados.
Y es bueno señalarlo, aunque el gobierno tenga actores en sitio, muchas veces viene una mirada capitalina que no se condice con la local y eso hace que la persona que busca una solución rápida y concreta ,acuda a la Intendencia o aún cuando la institución nacional le soluciona el problema, no deja de acudir a la Intendencia buscando algo más.
Ante este panorama Germán Coutinho, ha sido generoso, comprensivo y con mucha calidez buscó ayudar a los salteños que viven situaciones críticas.
Sin mirar de donde venía, su posición política, religiosa, si había posibilidad de ayudar se lo hacia. Por eso su gobierno siempre apuntó a la solución concreta de los problemas.
Esta visión, esta mano tendida, esta ayuda, no se puede perder, no porque que lo hizo Germán, sino porque hay gente que va a seguir necesitando ayuda después del 10 de mayo, por eso la lista 2001 trabaja apoyando a Germán y aportará desde la Junta o de donde sea, ideas, propuestas, proyectos, para solucionar cada problema que pueda hacerlo.
La lista 2001 va por su lugar en la Junta, va por hacer posible sus propuestas, pero fundamentalmente va para que Germán pueda realizar lo que hace falta, que es mucho, pero en cinco años es posible concretar…

                       LISTA 2001

martes, 5 de mayo de 2015

Lista 2001, vamos por un mismo sueño







Confluimos desde distintos pensamientos políticos, por distintas historias, en diferentes momentos, argumentando cada uno nuestras razones,  y brotando como un manantial a borbotones, por un mismo sueño. Un sueño colectivo.
Creemos en Germán, por las obras realizadas, por los proyectos que están en marcha, y por los destellos de esperanza que le ha dado a Salto todo, con su “Se puede”, un “se puede”, concreto y real en el presente, un “se puede” con futuro, porque muchos  “se puede” están esperando turno para hacerse realidad en un segundo período.
Hoy cuando estamos ante una instancia tan definitoria, como la que tendremos  el próximo domingo 10 de mayo, cuando los salteños elijamos a las autoridades que nos gobernarán en los próximos cinco años, sabemos que esta instancia requiere de hombres que hayan superado egoísmos y mezquindades, entregando todo su esfuerzo a la política entendida como servicio, como lo hace Germán Coutinho. Por eso lo  acompañamos, por eso nos sumamos, y por eso queremos ir por todas las cosas que faltan en el departamento, y que tendrán como destino una mayor calidad de vida para los salteños.
En la gente hay dignidad, hay una filosofía de vida, y a esa gente, invitamos a sumarse, a la gente de trabajo, de la producción, del comercio, del deporte, de la cultura, a los profesionales, a los estudiantes, a todos aquellos, provengan de donde provengan, que quieran sumar, que quieran aportar, participar, soñar, la lista 2001 abre sus puertas de par en par, porque nació así, para ser así, una suma de pensamientos, de ideas, de propuestas y de acciones.
 La 2001 es una lista horizontal, donde las ideas se discuten, se comparten, se defienden, se respaldan, con el mismo entusiasmo.
Pero, recuerden no basta con votar el 10 de mayo, hay que llevar este mensaje a todos nuestros amigos, a nuestros vecinos, a todos los compañeros de trabajo, que sienten de alguna manera que han visto un cambio en Salto.
Para ganar hay que convocar a todos, a nuestros adolescentes, a nuestros jóvenes, que también votan, pedirle el voto de confianza acompañarnos a trabajar, caminar las calles, golpear las puertas, porque creemos que el mejor reconocimiento que le podemos hacer es lo que él ha hecho;  andar  por todos los barrios, por todos los centros poblados, varias veces antes de ganar, y muchísimas veces desde que fue gobierno.
La 2001, esta lista multipartidaria en su conformación, pero muy unitaria a la hora de apoyar a Germán Coutinho, los invita a sumarse. Su voto es futuro, su voto es un Salto mejor, su voto vale por todo lo que falta por hacer por este Salto: mayor producción, más turismo, más trabajo, más progreso, más cultura, mas ciudad universitaria, más piscinas barriales y en el interior del departamento. Su voto es luchar por un  IMAE para Salto, es impulsar las esclusas de San Antonio, es lograr las regalías de Salto Grande.
Salteños queremos invitarlos a trabajar, sumarse también en ese trabajo de las 2001, y ponernos todos en marcha camino al 10 de mayo.
Confiamos en nuestras fuerzas, en la fuerza de la gente que siempre ha depositado la confianza en esta idea, en este proyecto, en este salteño llamado Germán Coutinho, y confiamos en usted, que a la hora de decidir lo hará con la razón y el corazón. Queremos a Germán cinco años más, de usted depende.
                                                                LISTA 2001


flamencos

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ustedes se la pasan haciendo piquitos

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