Para que les voy a mentir, me pasó una cosita de nada, claro, que unidas con otras...da una cosa de algo, ¿me entiende?. Vino una chica que me preguntó para una encuesta que estaba haciendo, con quién iba a fumar mi primer cigarrillo en carnaval. Como ya tenía uno encendido, y la encuestadora tenía sus muy buenas cosas, anatomicamente hablando, muy bien coformadas, le dije...¡con vos!!. Ella me respondió, “entonces espérame bicho que apenas suenen las doce campanadas te golpeo la puerta...
La vi irse, movilizándose como en una scola do samba, entrecerré los ojos, me imaginé cosas, y así, en ese ensueño me dormí. Cuando me desperté, ardía el pasto de la palza, los bancos de madera, y haasta los cubos que rodeaban la feuten. Como quien no quiere la cosa, chiflando con disimulo me alejé, pasé entre los bomberos que llegaban presurosos al lugar...
- ¿El incendio?, me parece que que es por allá, le dije al bombero que me preguntó...¡siga el resplandor, ya va a encontrar el calorcito...!
- ¡Que barbaridad!, como está la gente de imprudente hoy en día!.- agregué, mientras pasaba a mi lado el último de los soldados del fuego.
- Por mirar a los bomberos correr, caminar hacia atrás, avanzar de espaldas, al darme vuelta me topé con un gran cuadro de un pintor paisajista. Tiré pintura, caballete, aplasté pomos y me embarré las manos con el lodo del arroyito, con tanta mala suerte, que al intentar pararme, apoyé mis manos en la tela de aquel artista, que para nada agradeció mi aporte a su obra, fuera de si, como un reactor nuclear contaminando el aire con tanta malas palabras en una gran fusión radioactiva, me mandó saludo para mama, la abuela y mi tatarabuela, con un énfasis pocas veces escuchado.
- De rabía, ante la situación creada, en la vereda de la plaza “patié” una piedra con toda mi fuerza, con una potencia que ni Palermo, Ronaldiho, ni Forlán juntos. Yo no sé si fue un golazo o no, lo que si puedo decir es que estalló en el medio de una vidriera inmensa de una tienda, y de la manera en que salieron los empleados y los dueños, tomándose la cabeza, me di cuenta que era inatajable, para cualquier arquero....
Pero, no todos son comprensivos en este mundo, porque dependientes y patrones salieron detrás de mi con ganas, no sólo de anularme el gol sino con ganas de pegarme sin pelota.
Por suerte siempre piqué bien, y a fuerza de velocidad y empuje, me fui calle arriba, llegando a la transitada esquina de la avenida. Como un verdadero daltónico, porque no vi el semáforo en rojo y los autos que pasaban acelerados en esos momentos, crucé y por desviarme a mi, entre frenadas y esquives se ensartaron entre si, y el pobre semáforo quedó hecho un ocho, y ocho también fueron los autos que alcancé a contar quer se hicieron chante y cope...
Yo sé que a veces pienso que la gente no tolera muchas cosas por estos días. Cansado me apoyé en la escalera de un limpia-ventana, y el tipo se cayó desde el segundo piso. Lo fui a levantar y al querer parar la escalera, se me cayó encima de un gordo que estaba comiendo un pancho en la esquina. De la sorpresa, el pobre gordo se tragó el pancho y quedó con los bigotes amarillos de mostaza..
Paso frente a la casa de la vecina y veo al pobre Chichoncito, el pibe de año y medio que la madre lo acostaba y el nene soñaba y se caía de la cama, como diez veces se había caído ya ese día y en días anteriores, otro tanto. En el barrio lo conocíamos como “Chichoncito” al Santiago. La doña me salió corriendo con un paraguas diciendo que yo lo había ojeado, tanta mala suerte tuvo mi perseguidora que se cayó en una cuneta. El marido la fue a rescatar y un perro , que le tenía rabia, le salió al cruce y le mordió una nalga .
Me fui para mi casa, a mirar televisión, yo no sé, la gente se calienta siempre conmigo, por una cosita de nada, ¿no?...
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